Veo ante mí, la vida pasar
y os auguro que muy a mi pesar,
el futuro no es halagüeño.
Sí, me diréis agorero
pero bien que os hago un guiño,
es algo que pensé…
cuando aún era un niño.
La sensibilidad a un lado,
la ambición y el horror al otro,
y en medio la humanidad
despistada, y desamparada.
La Tierra que nos sirve de manto
bien que lo dice en su llanto:
“No me estáis tratando
bien”.
Y al llegar la alborada observo.
que quizás ya sea tarde…
porque nos acorrala el acerbo.
Ya se acerca el ocaso
de una civilización turbada
por su gran fracaso,
no haber aprendido nada
de los siglos de Historia,
de no entender nada
de los sufrimientos habidos,
y de no apostar…
por los héroes postergados.
Fueron ellos quienes dijeron
que sin sensibilidad, la nada.
Sin afectividad se ahoga,
todo atisbo de esperanza
y hace del futuro,
un cargo sin confianza.