domingo, 29 de septiembre de 2019

Relato: "La caminante en el desierto"


Andra nació para caminar… le costó entender hacia donde, pero nunca renunció. Le contaron que su nombre era de origen griego y significaba ser fuerte y valiente. Estudió filosofía porque ella quería amar la sabiduría, pero pronto comprendió que sus afanes no encajaban en el llamado Mundo Moderno, plagado de otra clase de amores. Cierto día escuchó una canción de un antiguo cantautor, y se quedó con unas frases de la misma: 

“Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué.
La Rosa de los Vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear,
entre el cielo y el mar.
Vagabundear
.

Como un cometa de caña y de papel,
me iré tras una nube, pa' serle fiel
a los montes, los ríos, el sol y el mar.
A ellos que me enseñaron el verbo amar.
Soy paloma torcaz,
dejadme en paz.”

Sentada sobre una roca y con el horizonte a lo lejos, se dijo a si misma: “Si soy fuerte y valiente, si estoy cansada de todo lo que me rodea y no encajo, me voy allá a donde no haya nadie, sola conmigo mismo”… y empezó a caminar.

Sus pasos le llevaron lejos de la gente y de sus historias más o menos turbulentas… Recorrió espacios donde solo la naturaleza le hizo compañía, hasta que entendió que eso no era suficiente para llegar a saber la razón de su caminar…y buscó la soledad más absoluta en un desierto de arena luz y sol…Llegada la noche, contempló el cielo plagado de estrellas, y fue justo entonces cuando un reflejo de claridad entró en su mente.

No…estamos…solos —se dijo— Es imposible que tamaña magnitud no tenga un sentido, al igual que lo ha de tener mi vida.

Andra  entonces recordó la última de las estrofas de esa canción:

“Es hermoso partir sin decir adiós,
serena la mirada, firme la voz.
Si de veras me buscas, me encontrarás,
es muy largo el camino para mirar atrás.
Qué más da, qué más da,
aquí o allá...”


…y empezó a caminar, ahora entre la gente, porque entendió que el sentido de amar la sabiduría, solo lo encontraría en la dificultad de vivir entre el género humano y sus historias… pero siempre al abrigo de la naturaleza.


viernes, 27 de septiembre de 2019

Cuento: "Ambrosio y la máquina del tiempo"


   Cierto día, y tras muchos años de trabajo y múltiples intentos, por fin consiguió Ambrosio su gran propósito, ultimar la máquina del tiempo. Primero hizo las pertinentes pruebas con un ratón, y el ratón desapareció de su vista tan pronto accionó los controles. Dio por supuesto que el roedor ahora se encontraría en cualquier rincón de la ciudad pero cien años atrás, tal como había dispuesto.
   Estaba decidido ha realizar el viaje él mismo con retorno incluido. El ratón era imposible que volviera porque no disponía de conocimientos para hacerlo, pero él si. La máquina estaba preparada para viajar, tanto al pasado como al futuro, y tan solo accionando un dispositivo podría regresar al punto de partida.

   Se sentó en la máquina, accionó los controles y ésta empezó a girar. Previamente se había marcado un objetivo, decidió visitar el pasado. Pronto se sintió como si estuviera en una burbuja viajando por el tiempo espacio. Se dispuso a parar cien años atrás, en su lugar de origen, con la decisión de encontrar a su ratón…pero algo estaba fallando.

   Ambrosio observó con asombro, como el tiempo se había detenido, nada estaba en movimiento. Sin embargo, el si que podía moverse con extraordinaria ligereza dentro de su burbuja. El tiempo era el actual, y para nada había conseguido viajar cien años atrás. Las mismas calles, las mismas películas en los carteles anunciadores de los cines, los mismos coches, las mismas noticias, las mismas gentes, su propia ciudad en tiempo real…pero todo inmóvil como si fuera una exposición en un museo de cera.

   Tras visitar la ciudad, ya nada atractiva para él por conocerla muy bien, decidió buscar nuevas emociones ya que podía desplazarse dentro de su burbuja, prácticamente con la velocidad del pensamiento. Optó por trasladarse a otro continente, pero antes debía de atravesar un océano. Cierto que podía hacerlo de forma acelerada, pero en un momento determinado decidió ralentizar el “viaje” para contemplar la magnitud del mar abierto. Y fue entonces cuando descubrió por casualidad una escena que le dejó boquiabierto. En el espacio de apenas una milla náutica, dos acontecimientos habían quedado paralizados en el tiempo: Por una parte, un avión comercial se estaba precipitando al océano con sus motores humeando, solo que estaba detenido a quizás dos centenares de metros de su desgracia; y cerca de esa vertical, un viejo bajel lleno de gente, todo parecía indicar que eran inmigrantes venidos de África, estaba naufragando y decenas de esas personas aparecían esparcidas en el agua unas ahogándose y otras a punto de hacerlo. A cierta distancia de aquel punto del océano, un buque guardacostas ya se estaba acercando para auxiliar a las víctimas del naufragio…La escena detenida era como un cuadro surrealista y el lo observaba desde su burbuja del tiempo.

Empezó a pensar…”Si yo he conseguido hacer funcionar la máquina del tiempo, quizás podría encontrar la solución para que volviera el movimiento, manipular el espacio tiempo y así detener la desgracia que estaba a punto de suceder”… Total que decidió volver a su laboratorio para intentar arreglar el inconveniente. Tan pronto lo consiguió y darse cuenta que podía generar movimiento en todo lo que observaba, se aprestó a viajar al aeropuerto donde justo antes del desastre debía de despegar el avión de marras. Observó como unos técnicos manipulaban los motores, y entendió que fácilmente podía indicarles que tuvieran cuidado porque ahí había un grave problema, lo cual consiguió…Luego se dispuso a ir un poco más atrás en el tiempo, para llegar al puerto donde estaba a punto de partir el destartalado bajel con las víctimas de su destino dentro. Habló con ellos para determinar si fuera posible hacerles recapacitar y que no entraran en ese ataúd marino… pero fue inútil, simplemente porque eran gente desesperada que solo quería partir a una vida mejor, después de haber pasado por todo un calvario antes de llegar a ese puerto.

Había conseguido influir en el destino de todas esas personas. Pero también entendió que si bien podía salvar a la gente del avión, esto no sería posible con muchas de las personas que partirían en aquel barco.

 Ambrosio tenía que comprobarlo y desde su máquina del tiempo se detuvo justo instantes  después de aquella imagen surrealista que observó primero sin movimiento, para visualizar el resultado de su decisión… El mismo avión que estaba apunto de caer, ahora surcaba el espacio con toda normalidad; mientras tanto, el guardacostas llegaba al lugar del naufragio para recoger cadáveres y también supervivientes.


Tras ese acontecimiento, Ambrosio tuvo que superar cierto estado depresivo al entender con claridad que el destino era injusto más con unos que con otros… y la muerte también. Ya no volvió a usar jamás su máquina del tiempo.


miércoles, 18 de septiembre de 2019

Meditaciones: Castillos en el aire


   Tiempo atrás conocí a un grupo de personas que se identificaban como idealistas. Querían cambiar el Mundo, acaso su mundo porque hacerlo en global se me antojaba harto difícil. Yo también me consideraba un idealista, pero en los diálogos con ese grupo de personan saltaban a relucir muy diferentes conceptos.

   No paraban de hablar y hablar teorizando sobre la sociedad perfecta, pero me daba la impresión que no se mojaban demasiado, vamos que parecían más políticos que otra cosa. Yo en cambio pretendía ser más pragmático o realista, el mundo que nos envuelve más directamente no cambia sino cambiamos nosotros, así de fácil y complejo a la vez.

  Ellos seguían y seguían con sus directrices con sus ideas grandilocuentes y el menda generando debate: “Que sí que sí que me parece bien ese mundo perfecto” pero, ¿Quién lo construye? ¿Acaso son las ideas quienes construyen un mundo mejor, o son las personas? ¿La clave está en la idea o en quien la pone en práctica?

El caso es que no acabábamos de entendernos ellos continuaban construyendo castillos en el aire y yo intentaba trabajar en los cimientos. 


viernes, 13 de septiembre de 2019

"Cuando vuela lo que amas"

   Que sensación más extraña cuando alcanzas un objetivo, como por ejemplo que te publiquen una novela… Son momentos previos de gran intensidad en donde no eres consciente de muchas cosas, tan solo te centras en la responsabilidad que conlleva dicha realización.

           Es mucho el tiempo que has invertido en crear una obra. No es en absoluto un esfuerzo porque es placentero lo que realizas, lo que si es inquietante es averiguar porqué y para qué lo haces…lo haces porque simplemente te gusta escribir, imaginar historias, porque quieres conseguir un éxito, porque crees que los que lean tu creación sentirán algo positivo con ello…

   Cuando consigues el objetivo de que tu creación haya visto la luz no sabes si aquí acaba todo. La primera sensación es de vacío, como cuando un hijo tuyo abandona el hogar para volar por si mismo, ignoras como le irá pero confías en él porque sabes que hiciste un buen trabajo, lo cuidaste, lo educaste y le sigues amando. También tienes la sensación de conmiseración por todos aquellos trabajos que consideras merecen el mismo desenlace pero que se quedan contigo, quien sabe si esperando su oportunidad de también volar.


   No conocemos el futuro porque no existe, además no todo depende de uno mismo, por lo tanto dejemos que vuele por si mismo todo aquello que amamos, dejemos volar en libertad y sigamos caminando sin mirar atrás, es mucho lo que queda por hacer mientras sintamos necesidad de seguir viviendo, creando y amando.


lunes, 2 de septiembre de 2019

"La Senda del Porvenir"

De ser de vuestro interés, podéis conseguir mi novela en:

Libros Indie
Amazon
La casa del libro

   La novela nace entre dos conceptos: el primero es estrechar la enorme distancia que existe entre la adolescencia y la posible sabiduría de la ancianidad, para ello nada mejor que desarrollar la acción en un lugar donde no existiera la cobertura del mundo digital, y aderezarlo con una pizca de magia, es así como esos dos mundos se ven prácticamente obligados a interactuar y ayudarse mutuamente.


   El segundo concepto es tratar de encontrar la manera de cómo dos vidas que nacen torcidas o muy torcidas, se pueden enderezar.