martes, 19 de mayo de 2015

Novela: "La lámpara en la penumbra" - Extracto -

   ...Tiempo atrás no lo entendía, ahora mirando en la distancia, acordándome de mis tiempos felices y comparándolos con mi presente, si que comprendo lo que significa la relatividad del tiempo. El tiempo se ralentiza o se dispara en función de tus sentimientos. Si eres feliz es fugaz y quisieras atraparlo para no perderlo jamás; si te invade la tristeza, la melancolía, la soledad, su transcurrir es lento y necesitarías que el tiempo no existiera para así no sentirte tan invadido por esas sensaciones. Entonces, cuando los minutos se eternizan y las horas son como días, no  queda más remedio que invadir  al tiempo y ocuparlo para que él no te aprisione y deteriore más tu ánimo.

    Aquellas tardes en Barcelona, después del trabajo, huía de mi piso que solo empleaba para dormir y luchaba con el tiempo intentando ganarle la partida. En muchos aspectos, la situación que atravesaba semejaba a mi época de adolescente cuando quería escapar de una realidad que no me gustaba. Ahora para espantar la soledad y al igual que entonces, caminaba y caminaba por las calles en busca de algo que sin duda no tenía. Deseaba encontrar el calor humano, la amistad y soñaba con el amor, pero sobre todo deseaba encontrarme a mí mismo... A estas alturas de la vida yo ya sabía que si no te das calor, si no te abrazas y te respetas, difícilmente se consigue ver que el amor se encuentra en cualquier esquina, y más difícil es todavía que se acerque a tu puerta...


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