La ventaja de cumplir años, es que puedes recopilar historias del pasado
a poco que uses un ápice de memoria. Hará poco más de veinte años, yo solía
frecuentar una masía en el área del Bages (Barcelona), allí podías encontrar
toda una serie de personajes verdaderamente atípicos, como es el caso de un
australiano de rasgos mezclados entre aborigen y occidental. Vivía de manera
nómada fabricando tambores con la raíz de la pita y dando clases de percusión.
Una noche de verano, bajo un manto de estrellas nos contó una historia que no
tenía desperdicio y que nos dejó más que asombrados:
Decía provenir de Bougainville, la isla más grande del archipiélago de
las islas Salomón, y que aún hoy pertenece a Papúa Nueva Guinea. Decía formar
parte de un grupo guerrillero llamado BRA, y que luchaba desde hace unos años
por la independencia de la isla.
Nos contaba, que Bougainville es una
isla rica en recursos naturales, y como no podía ser menos desde doscientos
años atrás había siempre estado en manos de los llamados colonizadores, primero
alemanes, luego australianos y japoneses. Nos contaba Kora-así se llamaba-, que
el origen de todo el conflicto en aquella isla fue en el año 1967 cuando los
australianos delegaron a una potente compañía inglesa de nombre Rio Tinto Zinc,
la explotación de una enorme mina al aire libre para extraer cobre. Aquello
originó toda una serie de catástrofes medioambientales. Los nativos tuvieron
que sufrir las consecuencias, no solo les quitaban sus recursos sino que les
contaminaban la isla. En el año 1975 Papua Nueva Guinea se independizó de
Australia, pero nada pareció cambiar.
Hacia el año 1988, los nativos
exigieron a los propietarios de la mina una fuerte indemnización por los daños
cometidos durante años, la respuesta fue reírseles a la cara. Los nativos
reaccionaron y sabotearon con explosivos que robaron la alimentación eléctrica
de la mina. Esto motivó la llamada “Revolución de los cocos”, donde Kora se
centró y mostró un claro énfasis.
Como era de esperar, el gobierno de la Isla envió al ejército para aplanar la rebelión.
Pero lejos de claudicar, los nativos se armaron de ingenio para no solo hacer
frente a los soldados sino conseguir ponerles en serios aprietos. Así nació la
guerrilla, fabricaron armas primitivas como ballestas, tirachinas etc, hasta
conseguir apoderarse de armamento del ejército. La respuesta fue la represión
de la población civil por parte del gobierno de Papúa. Con el apoyo de
Australia originaron un fuerte bloqueo a la Isla, no permitiendo que entraran ni alimentos ni
medicinas, y obligando a los nativos a poner a prueba su inventiva.
Entonces se decidió que cada familia cultivara su propio huerto
aprovechando la tierra fértil de que disponían. Nos contaba Kora, que a alguien
se le ocurrió que los cocos podían ser una buena solución y se centraron en su producción. Aprovecharon cada parte del
mismo: La pulpa y la leche por su valor alimenticio, la piel exprimida para
curar heridas y repeler mosquitos, las hojas de los cocoteros para fabricar
utensilios, Incluso consiguieron
procesando la pulpa del coco, un aceite de alta calidad, que no solo servía
como lubricante y jabón, sino que además se obtenía del mismo un combustible de
alta calidad capaz de hacer funcionar los vehículos motorizados. Además,
reciclando materiales de la mina, llegaron a construir pequeñas centrales
hidroeléctricas en medio de la selva, suficiente para iluminar sus chavolas.
Toda una revolución ecológica.
Kora, nos dijo que se había tomado un respiro, pero que estaba dispuesto
a volver a la isla para continuar ayudándoles en una revolución que todavía no
había acabado. Le preguntamos como había conseguido burlar el bloqueo y él nos
dijo simplemente, que sabía como hacerlo. Cuando volví a la masía al cabo de
unos días, Kora ya no estaba.
Por entonces era el año 1993, y la verdad que escuchando a Kora y tal
como lo narraba, su historia parecía una fantasía, máxime cuando nuestra
ignorancia sobre Bougainville era total. Pero no, no era una fantasía.
Si Kora logró volver a la isla, lo más que probable es que continuara
luchando con los guerrilleros del BRA. Hacia el 1997, es decir cuatro años más
tarde de conocerlo a él en la masía, las fuerzas del BRA habían conseguido
derrotar al ejército del gobierno. Esto originó que se decidiera contratar a una
compañía de mercenarios inglesa (Sandline Internacional) para poner orden en la
isla. Pero no se consiguió otra cosa que los soldados del gobierno, celosos y
disconformes se revelaran a la vez por el mal trato recibido.
Consecuencia, los mercenarios ingleses
se tuvieron que retirar de la isla. A principios de 1998, el gobierno de Papua
Nueva Guinea inició un proceso de paz que culminó en el año 2001. Aunque hoy en
día Bougainville sigue siendo una provincia de Papua Nueva Guinea, en el año 2005, se consiguió una amplia
autonomía con derecho a la autodeterminación en un plazo máximo de 10 a 15 años.
Y esta es la historia de la que se
pueden sacar un sinfín de conclusiones… yo me quedo con el recuerdo de Kora y
su narración tildada de aspectos fantásticos, en una espléndida noche
estrellada en los aledaños de una vieja masía.