Soñar… Imaginar, son dos términos que nos pueden alejar de la cruda
realidad. Y puedo asegurar que hacerlo no cuesta nada… como puedo asegurar que
sin imaginación no existiría el futuro... un futuro que muchos anhelamos que
sea mucho mejor de lo que ahora acontece.
Viene a mi recuerdo la canción de John Lennon: “Imagine”… “Imagino que
un día no habrá nada por lo que matar o morir, ni tampoco religión, imagino a
todo el Mundo viviendo la vida en paz…puedes decir que soy un soñador, pero no
soy el único”
Como recuerdo algunos tramos del
famoso discurso de Martín Luther King: “Sueño que los hijos de los antiguos
esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar
juntos en la mesa de hermandad”
Por lo tanto, como me considero un
soñador y creo que esto todavía está permitido, me pareció conveniente crear el
siguiente poema:
“Sueño de evolución”
Me encontré en un Mundo
de ensueño,
donde la calma peinaba el aire.
Caminé por senderos de
hierba,
respirando la fragancia de las flores.
Por donde quiera que
iba,
la naturaleza, desbordaba en colores.
Y lo más hermoso...
era,
el cálido carácter de sus seres.
Allí, el hombre era
libre,
nadie presionaba en sus mentes,
nadie les decía lo que hacer,
porque ellos lo sabían por sí solos.
Vivir, respetar y
avanzar,
empujando la evolución de si mismos.
Por qué ser egoístas...
si la muerte abrazaba venidera,
y caminaban por ella optimistas,
sabiendo que era un paso seguro.
Sus cuerpos gastados
sucumbían,
hermanados a la tierra trashumante,
mas su mente y sentimientos perduraban,
por los siglos de los siglos venideros.
Caminaban siempre en
compañía
de algo tan hermoso y entrañable,
como el respeto a la vida y al futuro.
Allí, no existían los
extremos,
ni el depender de algo ni de nadie.
El tiempo, dejaba de
ser tiempo
y transcurría liviano y sin notarse.
Trabajaban lo justo y
necesario,
para mantener la vida sin cansarse,
y pensaban, accionando sus cerebros,
permitiendo que avanzaran sus sentidos. Para ellos, el riesgo
del espacio no existía
y las estrellas alcanzaban confiados,
comprendiendo la miseria que ahí había,
en planetas de dramas y torpezas.
Sin poder ayudarles, lo
sabían,
porque el ser humano, por si mismo,
sus miserias, tienen que sacar con la cabeza.
Pues el ser humano por si mismo, sus sentidos,
tiene que despertar con su firmeza,
sintiendo latir al corazón
y amando la vida con fijeza.
Cambiando los errores
por aciertos,
si se aceptan los errores con nobleza.
Desperté de mi sueño
anonadado,
preguntando si era real lo soñado.
Por qué en la Tierra hay ignorancia,
por qué somos salvajes, violentos, egoístas
por qué le falta dignidad a la ciencia,
y sentido a las creencias.
Por qué ansiamos el
poder y la gloria,
pretendiendo ser protagonistas de la historia,
si todos lo somos de la vida.
Y sigo viviendo en la esperanza,
de que la Tierra
aguante las torpezas,
y el hombre cambie...
como cambian las horas de los días.
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