La
triste actualidad de nuestros días, el atentado terrorista en Barcelona y
Cambrils, hizo que me acercara a una joven adolescente de 17 años. Su nombre
Amina, nacida en Catalunya y de descendencia marroquí.
La
encontré triste, abatida y no me costó saber porqué. No entendía la razón del
porqué pasaban estas cosas, y se mostraba muy afectada por las repercusiones
que esa desgracia podían tener sobre ella y su familia.
Me
decía: Yo nací aquí, he sido educada aquí como cualquiera de los jóvenes que
son mis amigos, hablo tres idiomas, el de esta tierra, el español y el de mi
País de origen. Soy musulmana y llevo el velo por respeto a mi cultura y a mi
familia. Entiendo la religión, la que sea, como una guía para hacer el
bien…pero también entiendo que muchos no lo comprenden así. No se como se puede
llegar a matar en nombre de Ala, de Dios, o de la religión que sea. Quiero
vivir en paz y decidir por mi misma. Cuando sea mayor de edad quiero ser libre
de ataduras, solo creo en la buena gente, en la que siempre me ha tratado bien…
quiero estar aquí, con mis amigos, quiero ser feliz…me da miedo que no me
respeten.
No me fue difícil comprender que Amina
necesitaba que la escucharan, quedé en silencio, puse mi mano sobre su hombro y
solo supe decirle… que la entendía.
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