La sabiduría puede quedar reflejada en una
simple frase… así nacieron los proverbios, anónimos en su mayoría, fiel reflejo
de que no hace falta ser una lumbrera para reconocer la realidad. Es el caso de
un proverbio chino: “Cuando el sabio señala la luna, el obstinado mira al
dedo”…
Sin ánimo de ser peyorativo es justo lo que
entiendo que está pasando en nuestro País, hoy por hoy llamado España. Los
acontecimientos de esta época (Septiembre/Octubre/17) nos desvían de una realidad nada
alentadora.
Ninguna novedad si anotamos… que somos un país
que con el 18% de paro, seguimos siendo segundos tras Grecia en este lamentable
registro, dentro del marco de la Unión Europea.
Nos olvidamos de la a todas luces interesada lentitud de la “justicia”, y de los innumerables casos de corrupción
que afectan a importantes sectores, como pueden ser la política, empresas y
banca del País… y que esto también ocurre en cualquier parcela de Poder, no importa la
región donde esto suceda... dando la lamentable sensación, de que aquí no pasa
nada.
Nos olvidamos de que nuestra juventud,
pasada la época primaria escolar, ni estudia ni trabaja…y que sigue encontrando
enormes dificultades para entrar en el mercado laboral.
Nos olvidamos que los jóvenes
universitarios no ven claro el futuro y la gente más preparada de este país:
científicos, licenciados etc. emigra en pos de poder ejercer sus conocimientos
allí donde se los reconozcan.
Nos olvidamos que nuestros derechos más
elementales como la sanidad, educación, y el cuidado de los mayores, se va
deteriorando poco a poco. Casi sin darnos cuenta acabaremos por sufrir serias
consecuencias.
Nos olvidamos que este bendito País, hoy
por hoy llamado España, tiene un pasado que nos indica con claridad dos
aspectos que entiendo son transcendentales: La primera, es que confluyen en su
territorio, distintas costumbres, distintos idiomas, distintas maneras de ser,
distintas circunstancias históricas que no pueden ser desconsideradas, y que la
conformidad tiene que formar parte de la unión de voluntades y no de
imposiciones…La segunda, y por mucho que les duela a algunos, es que
desgraciadamente todavía no nos hemos sacudido de una vez por todas, la
inquietante herencia del franquismo.
La mayoría de nosotros solemos mirar al
dedo mientras el sabio nos señala la luna… o lo que es lo mismo, somos un País
que parece no importarle perder sus valores…y ha olvidado el sentido de la
verdadera protesta... ya no sabemos mirar a la luna, y seguimos con la torpe
obsesión de seguir con la vista, el dedo de los intereses creados por
quien pretende gobernar nuestras libertades.