Se le sugirió al químico James Lovelock,
autor de la teoría, que la denominara Gaia (Diosa griega de la Tierra). Dicha
teoría se publicó en el año 1979 y consistía básicamente en entender que en
nuestro Planeta es la propia vida la causante de sus modificaciones, y las
condiciones resultantes son consecuencia y responsabilidad de la vida que lo
habita. Si bien, la Tierra se comporta como un sistema autorregulado que tiende
al equilibrio.
Si aceptamos dicha teoría, me pregunto:
Acaso los humanos, parte esencial de la vida, no estamos forzando demasiado la
máquina de la autorregulación y corremos el serio riesgo de romper dicho
equilibrio.
Todos conocemos las consecuencias de la era
del Petróleo y la invasión del plástico. El cambio climático hace tiempo que ya
es aceptado científicamente. Los constantes incendios (en estas fechas está de
actualidad el incendio en tierras siberianas, más de tres millones de
hectáreas), Deshielos en los polos y en los diferentes glaciales cuya
consecuencia va a ser elevar un tanto el nivel de los mares, así como modificar
su temperatura, a la vez que se alteran las corrientes oceánicas. Por no hablar
de las desapariciones de especies animales, deforestaciones, sequías, climas
extremos tanto en calor como en frío, etc.etc.
Sea o no aceptada la teoría de Gaia, lo que
tengo claro es que los adultos tendríamos que estar preocupados por el futuro
que dejamos a nuestros descendientes…Y sería deseable que los jóvenes protestaran,
no esporádicamente, como se ha hecho gracias a la adolescente sueca Greta
Thunberg, sino en todo su conjunto, por el futuro que les dejamos los adultos,
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