viernes, 22 de noviembre de 2019

Cuento: "Bella"


   Cuenta la leyenda… que en un lejano reino, existían dos doncellas muy peculiares. Una de ellas era esbelta, radiante, de un físico agraciado por lo escultural, elegante y de enorme atractivo para las miradas ajenas… La otra mujer era algo deforme, su físico era anti-estético y su sola presencia provocaba que fuera repelida por las gentes. Podría decirse que en función de su apariencia, una de ellas era feliz y la otra todo lo contrario, más está afirmación resultaba no ser del todo cierta; en realidad, ninguna de las dos era feliz.
Tal es así, que cierto día ambas se encontraron, quizás no por casualidad, en un recóndito lugar de un bosque cercano, justo donde habitaba una misteriosa hechicera.
La enigmática mujer que en ese bosque existía, captó de inmediato el problema y quiso tratar a ambas doncellas al unísono.

     Sé cual es vuestro problema…la soledad que provoca cierta infelicidad. ¿estoy en lo cierto?

   Las dos mujeres respondieron a la vez confirmando esa apreciación, la hechicera no se equivocaba… y les preguntó:

     ¿Cuál es la razón de vuestra soledad e infelicidad?

“Porque soy preciosa” —dijo una—, “porque soy horrible” — dijo la otra—

La curandera solicitó a ambas que se extendieran en sus razones…
La más agraciada por su físico expuso: “Todos me miran, todos se acercan, todos quieren… mi cuerpo, pero nadie entiende quien soy”. La otra doncella expuso: “Me rehúyen, me rechazan, me anulan… por mi cuerpo, pero nadie entiende quien soy”.

La hechicera les propuso algo que estaba en su mano conseguir… que sus respectivas personalidades intercambiaran el cuerpo y volvieran al entrar la luna llena.

Llegado el momento, y tal como estaba pactado, ambas doncellas volvieron al recóndito lugar en el bosque donde habitaba la hechicera, al recibirlas pronunció:

     Y bien… ¿ha cambiado algo en vuestras vidas?

“Todos me miran, todos se acercan, todos quieren…mi cuerpo, pero nadie entiende quien soy”, dijo una de ellas. “Todos me rehuyen, me rechazan, me anulan… por mi cuerpo, pero nadie entiende quien soy”, dijo la otra.

Mas entonces queda demostrado que vuestra infelicidad, la soledad interior que os embarga no es culpa de vuestros respectivos cuerpos.

Por lo tanto… ¿que hemos de hacer? —dijeron ambas—

“Entender que la verdadera belleza, aquella que da la felicidad y destierra la soledad, no se encuentra en vuestro físico".


viernes, 15 de noviembre de 2019

Ralato: "Carta al pensamiento radical"


   Voy a empezar por una anécdota que justamente me acaba de pasar: Veréis, esta mañana tenía un control en el hospital, estaba esperando el ascensor cuando al lado mío una anciana se desvanecía de golpe, a duras penas la pude sujetar para que no cayera redonda al suelo. Llegaron otras personas con la intención de auxiliarla, fue entonces cuando decidí ir a urgencias para conseguir una silla y así poder llevar a la anciana… Y algo ocurrió, que me hizo pensar en uno de los chistes que suelen circular por las redes sociales: “Feliz navidad os desea VOX” apareciendo dos de los tres reyes magos, porque del negro solo estaba el camello. El caso es que apareció el negro africano, un mocetón de metro noventa y fornido a más y no poder. Si dudarlo pidió permiso a la señora para llevarla en brazos a urgencias, la señora accedió con timidez y la bonita escena desapareció ascensor arriba. La humanidad no entiende de colores, de razas ni de estratos sociales.

   Por cierto, también os diré un hecho histórico que no debe de caer en saco roto… sabéis que en la actualidad más de dos millones y medio de españoles residen en el extranjero…sabéis que por ejemplo entre los años 1880 y el estallido de la Primera Guerra Mundial tres millones de españoles emigraron, principalmente a Sudamérica, pero sin olvidar que medio millón de ellos lo hicieron a Argelia (datos estadísticos)…sin olvidar el éxodo de la Guerra Civil Española de más de medio millón de personas.


Por lo tanto si todos esos millones de españoles pudieron acceder con penurias o no a otros países en busca, se supone, de un futuro mejor, porqué os molesta que gente desesperada o no de otros países, quieran buscar en el nuestro ese futuro que todo ser humano desea, tener trabajo ser feliz y vivir en paz.


jueves, 14 de noviembre de 2019

Meditaciones: "Códigos Deontológicos"


Los fundamentos éticos más esenciales de nuestra sociedad están llenos de buenas intenciones. Por eso precisamente se establecieron los códigos deontológicos, que conforman lo esencialmente exigible en una profesión, representando un horizonte  que la mayoría de los ciudadanos reconoce como normas elementales de comportamiento cívico…pero como siempre ocurre, la realidad es otra.

Veamos como ejemplo el CÓDIGO DEONTOLÓGICO DEL PERIODISMO
—El respeto a la verdad
—Estar abierto a la investigación de los hechos
—Perseguir la objetividad aunque sea inaccesible
—Contrastar los datos con cuantas fuentes periodísticas sean precisas
—Diferenciar con claridad entre información y opinión
—Enfrentar, cuando existan, las versiones sobre un hecho
—Respeto a la presunción de inocencia.
—Rectificación de las informaciones erróneas

Los POLITICOS no poseen código deontológico, pero hace unos años un grupo de profesores universitarios elaboraron uno:

—Justicia
—Respeto
—Servicio
—Responsabilidad
—Honradez
—Imparcialidad
—Profesionalidad
—Transparencia


Y ahora solo pensemos si esto se cumple o no, ahí lo dejo.


lunes, 11 de noviembre de 2019

Poema: "El árbol de la vida"

Homenaje a la ancianidad de mi pueblo, Mura (Barcelona)

   Pasa el tiempo desgranando años,
asustan las arrugas del tiempo vencido.
   Más pensando en el regio árbol
de tronco recio  y sólidas raíces,
a vuestra  vera me arraigo, buscando abrigo.
   Es ese calor que de vuestra experiencia recibo
quien convierte mi ademán en una sonrisa,
tan plácida, serena como concisa.
   Bendigo los frutos de vuestra entereza
que recojo cada día con presteza.
   Y con todo mí ánimo renovado,
es mi deseo cuidar mimar y atender,
a ese árbol del que estoy, agradecido.
   Mas si un día mi memoria fallara,
decirme que fueron ellos,
los que ya no están,
quienes cimentaron lo que ahora somos.
Y Para que el recuerdo no se extinga,
dejar que su mención, cabalgue al compás,
de nuestra efímera existencia.