Aterricé en un Mundo convulso
buscando a la añorada primavera.
No la encontré allá donde el hambre
reinaba, debido a la ceguera
de los falsos sabios sin renombre,
ni en el horror de las guerras,
ni en los corruptos sistemas
que anulan la voluntad
y explotan a los humanos
condenándoles por anatema,
ni en los egoístas y falsos mercados
tan arrogantes como ufanos.
Me dijeron seres ilustrados,
pese a todo...sí existe ahí, la primavera.
Es entonces cuando el designio brota
inundando de luz la esperanza,
cuando las semillas inician su derrota
para germinar en color y confianza.
No pienses, me dijeron...
que se puede vencer a la primavera,
por mucho que la quieran anular,
ella siempre llega, y nunca desespera.
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