Quieto está el aire, encogidos los corazones por la sombra de la duda.
Que será lo que acontece que envilece el buen criterio y desordena la armonía.
Donde está la ternura que palia el misterio que nos acoge. Silencio en el
centro del tornado y miedo en la frontera de lo desconocido. Antes de que todo
se derrumbe, aguantemos firmes lo que bien se ha construido y no dejemos de
mirar al lado.
Quien conoce el miedo sabrá que detiene la cordura y desbarata el
silencio. No dejemos que el ruido nuble los sentidos. Cerremos los oídos a las
palabras perturbadas. Aguantemos firmes
el envite de los fantasmas ordenados y esperemos que las aguas se calmen cuando
pare la tormenta, para descubrir quien intenta hacernos, tanto daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario