No espero más que horas vacías
en lo que me quede de vida.
La soledad se ha instalado en mi mirada
y el corazón está inundado de lágrimas.
Se me fue el camarada...
Ya no llama al timbre, ya no me ayuda.
El se ha ido para no volver,
se fue allá donde van las ánimas.
Jamás lo volveré a ver.
No mujer, no... no es cierto,
no estás sola, y yo estoy bien.
Ha sido terrible pero ya pasó.
Ten calma y espera, que yo lo sé.
Los ciclos son cortos y no hay límite.
Pronto, muy pronto, contigo estaré.
Otra vez enlazaremos las manos,
caminaremos unidos por las estrellas,
sonreiremos aliviados y enamorados,
abrazando juntos la existencia.
Recordaremos nuestros viajes,
las aventuras, las alegrías
de tantos años que vivimos juntos.
Aquí se está muy bien, hay mucha luz,
se respira calma y esperanza,
y se observa un camino largo, muy largo.
Yo te espero... iremos juntos.
No estés triste mujer, no estás sola.
Siente mi aliento... que yo te espero.
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