La palabra Hipócrita, proviene del
griego antiguo y significaba en su tiempo a un actor, es decir, el que finge
sentimientos o ideales que en realidad no se tienen.
Nos preocupa el cambio climático,
algo ya contrastado por la ciencia y se crea una gran cumbre para hablar del
tema. Decimos preocuparnos por el futuro que deparará a los hijos de nuestros
nietos, con un planeta devastado por los negativos efectos acumulados durante años y años
tras el inicio de la época industrial… y todo quedará igual porque el que manda
es el Reino de la
Hipocresía , quien prefiere acumular beneficios para sus lobbies
financiados por potentes multinacionales, con el fin de presionar a los políticos de
turno. Mucha pantomima pero seguirán a lo suyo, el futuro les importa poco, al fin y al cabo cuando los
hijos de sus nietos aparezcan en el Planeta Tierra, ellos ya no estarán ahí.
Lo mismo sucede con las guerras
actuales… desde nuestro prisma occidental nos preguntamos quien financia a los
“malos”, quien les vende armas y les compra el petróleo a precio de ganga… y la
pregunta queda en el aire pendiente de que nos la contesten desde el Reino de la Hipocresía … Mientras
tanto la Tierra
sufre, como sufren miles y miles de inocentes.
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