Siempre he pensado que una sonrisa es una
puerta abierta a la esperanza. A través de la sonrisa, podemos abrir un
resquicio de luz en las dudas o las sombras. La sonrisa es la ventana del alma
por la cual somos capaces de vislumbrar un paisaje de ilusión, de fuerza y de
moral. Un ser sin sonrisa, es un ser sin alma, o con el alma muy escondida,
pues todo ser ha nacido para sonreír. Se puede sonreír desde la tristeza, desde
la nostalgia, desde la desgracia. Se puede sonreír desde el cautiverio, desde
los problemas, desde las dudas, desde la angustia, desde el dolor… se puede
sonreír desde la alegría. Una sonrisa no es una máscara, se acerca más a la
franqueza porque ella no se puede disfrazar, si lo hacemos esa sonrisa es fácil
que se convierta en una mueca.
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