miércoles, 21 de junio de 2017

Poema: "Buganvilla"


   Del blanco al carmesí,
asombras, embriagas de color
y afloras en espléndido frenesí.
   Venida de remotas culturas,
de tropicales y húmedos parajes,
no extrañas la calidez del mar azul.
   Descubierta por intrépidos viajeros,
Boungainville te trajo de Brasil,
para adornas jardines enteros
y llenar con tu fulgor
los veranos europeos.
   Cubres con tu luz las celosías.
amante del radiante sol
y al abrigo del rocío,
trepas por paredes, pérgolas y muros.
   Trinitaria, Veranera y Santa Rita
allende los mares, así te llaman.
   Y además de alegrar la vista,
todos aquellos que te suelen amar
saben, que no solo eres una hermosa planta
sino que también, ayudas a respirar.


martes, 20 de junio de 2017

Meditaciones: "Los adultos son criaturas complicadas, llenas de rarezas y secretos"


   Encontré esta frase, sobre un papel y pegado al cristal de un aula de primaria. Su autor, un niño de ocho años.

   Creo que requiere un intento de análisis: Primero de todo, efectivamente somos criaturas, y no en el sentido clásico del término, sino que en múltiples ocasiones nos comportamos así, como adultos que se manifiestan con la ingenuidad e inexperiencia propias de un niño… Somos efectivamente complicados, nada sencillos, nada llanos, manifestamos continuamente cambios de ánimo que resultan difíciles de digerir, tanto para uno mismo como para quienes nos rodean… Y raros, pues la verdad es que somos raros un montón, propio de nuestra falta de equilibrio; nada tiene que ver con que todos somos diferentes, que nadie es igual a otro. Lo de raro viene sencillamente porque nuestro comportamiento es difícil de entender para una mente transparente… Y para acabar y relacionado con la transparencia, de secretos “haberlos haylos”; cuantos y cuantos escondemos, tantos que ya ni siquiera de ellos nos acordamos, o preferimos no hacerlo… En resumen, el crío de ocho años, cuyo nombre desconozco, sencillamente nos ha retratado con una simple frase.


lunes, 19 de junio de 2017

Poema: "Francisco de Quevedo, movilizado"


Érase un hombre a un móvil pegado
Érase un  móvil superlativo
Érase un móvil molón y escriba
Érase un reloj enmascarado
Érase una figura abstraída,
parecida a un murciélago boca arriba.
Érase Mr. Spock más orejudo
Érase la vela de una galera
Érase la efigie de Guiza,
Las doce tribus con móvil eran.
Érase un móvil infinito,
muchísimo móvil, móvil tan fiero,
que en la cara de Anás fuera delito.
Érase un hombre a un móvil pegado
Érase un móvil superlativo
Érase un ladrillo medio vivo
Érase un cacharro muy ilustrado
Érase un reloj enmascarado
Érase un murciélago boca arriba
Érase un móvil molón y escriba
Érase Mr. Spock más orejudo
Érase la vela de una galera
Érase la efigie de Guiza.
Las doce tribus con móvil eran.
Érase un móvil infinito,
de pueblo Mursi, archimóvil y caratulero.
Apéndice garrafal, multicolor… y un mito.


sábado, 10 de junio de 2017

Relato: "El cazador de esencias"


   En un Mundo duro y en ocasiones cruel, Pedro Noble nació con una extraña enfermedad…todo parecía afectarle porque sus sentidos estaban más despiertos de lo habitual. No tardaron en catalogarle como un ser extraño, incapaz de ser útil a ese tipo de sociedad. Lo arrinconaron, lo marginaron por no ser un tipo duro, incluso lo etiquetaron  por su actitud como un ser contrario a su sexo.

   Nadie parecía entender a Pedro Noble, de la misma manera que él no llegaba a entender del todo, el Mundo que le rodeaba. Sin embargo, sentía latir una extraña fuerza interior, pero era incapaz de exteriorizarla, fuerte por dentro, débil por fuera.

   Pedro Noble, observaba, siempre observaba, y una extraña actitud, quizás producto de su enfermedad,  hacía que se mostrara sumiso ante las tarascadas que siempre recibía. Jamás se alteraba, nunca proyectaba gestos ni palabras, solo interiorizaba todo lo que acontecía a su alrededor.

   Ocurrió, que un día, Pedro Noble ya no pudo más, su enfermedad empezó a dejarle una desagradable secuela llamada sufrimiento…entonces entendió que debía reaccionar y buscar ayuda.

   Como en su Mundo nadie parecía entenderle, viajó lejos, muy lejos en busca de esa ayuda, allá donde todo parecía ser diferente. Su fuerza interior provocó el estímulo suficiente para detectar quien pudiera ayudarle. Aquel ser que se encontraba allá arriba en la montaña alejado de todo, parecía no pertenecer a este Planeta y sin embargo vivía en él.

   Fue el primer ser humano capaz de detectarle la enfermedad, una enfermedad congénita llamada sensibilidad. Solo faltaba el remedio para poderla sobrellevar con gallardía en el Mundo donde Pedro Noble nació. La receta fue un tanto inusual…para eliminar todo signo de sufrimiento que podría degenerar en amargura, debería dedicarse a capturar esencias, cuantas más mejor.

   Y Pedro noble se convirtió en cazador de esencias, para lo cual ante todo debía manifestar interés por lo que le rodeaba, estar presente en todo momento, mantener cualidad en su vida para hacerla real y demostrarse a si mismo que tenía sentido su existencia.

   Así fue como Pedro Noble, consiguió sobrevivir en su Mundo, capturando un día una sonrisa, otro el perfume de una flor, el sabor de un fruto, otro la conversación amable con un vecino o un desconocido, capturando el valor del silencio, la armonía del arte, de la música, de los paisajes…


 Al ser un hábil cazador de esencias, generó una considerable capacidad de criterio, y el suficiente valor para manifestar abiertamente sus sentimientos. Aprendió Pedro Noble a aceptar la dureza y la insignificancia en su Mundo, pero jamás toleró la crueldad. 


martes, 6 de junio de 2017

Meditaciones: "Carta al Sr. Donald Trump"


   Con el respeto y consideración que merece todo un presidente de los EEUU de América.

   Sepa Sr. Trump, que la inmensa mayoría de la población Mundial andamos muy preocupados. Es decir, los que tenemos la costumbre de usar el sentido común, sin el cual este nuestro Mundo estaría abocado al desastre, nos encontramos ante el impacto de no entender como usted a podido llegar a tal alto cargo, el cual no se puede obtener si no es con un ápice de responsabilidad.

   No comprendemos como usted puede mostrar tanta desconsideración hacia la salud del único habitad que por ahora conocemos, este planeta que es tanto de usted, como nuestro, La Tierra. No entendemos como puede desembarazarse de las decisiones que se tomaron en el acuerdo de París, para combatir el cambio climático, algo que científicamente está más que comprobado.


   No le voy a explicar lo que ya está más que explicado, pero sepa usted Sr. Trump que se está equivocando. De seguir la línea de despropósitos actuales, usted no lo va a poder comprobar por su edad, pero a buen seguro que tanto sus descendientes como los nuestros, van a sufrir los nefastos cambios de un Planeta que se rebela ante el mal trato que recibe. No es ninguna señal de catastrofismo lo expuesto, simplemente una muestra de empatía hacia todo lo que nos rodea y sobre todo hacia este hermoso Planeta, llamado Tierra, nuestro hogar. 


jueves, 1 de junio de 2017

Relato: "Una extraña experiencia"


   Me sucedió ahora hace un poco más de treinta años… Disponía entonces de una espléndida juventud, llena de ímpetu y descaro. Me encontraba de pleno en una investigación, que luego acabó en un libro, sobre el efecto de las rayas en la palma de las manos. Pretendía que no fuera un simple tratado de quiromancia, sino una investigación seria sobre esas arrugas que surgen a través de determinados movimientos de la mano. El planteamiento empezaba con simpleza, una persona nerviosa va a tener muchas líneas en sus palmas, mientras que una de tendencia apática tendría menos… A la vez que tenía lógica que la línea de la vitalidad partiera del movimiento del dedo más imprescindible como es el pulgar, etc.

   Ocurrió que en un congreso de parapsicología, por entonces habituales, quedé prendado de las explicaciones de un eminente neurólogo…Me faltó tiempo para contactar con él. Le expliqué lo que estaba investigando, y que consideraba que tenía un enorme sentido que el movimiento de las manos partiera de la combinación entre una tendencia emocional y otra vital, y que por supuesto el puente entre las dos tenía que ser a través de la actividad cerebral… El caso es que capté su interés, hasta el punto que no tuvo ningún inconveniente en ayudarme, y no solo eso, sino que además me facilitó compartir alguna experiencia sobre la actividad cerebral.

   Un día me llamó para que le acompañara al hospital donde el trabajaba…tenía que realizar una experiencia de madrugada y le pareció que sería interesante que yo estuviera presente. A esa hora reinaba la calma, me ofreció una bata de médico  y por uno de los pasillos, llegamos hasta un cuarto donde había una persona tendida sobre una litera. El neurólogo me explicó que esa persona estaba en coma y rondando, si no lo estaba ya, la muerte clínica…llevaba bastantes electrodos conectados a su cráneo para realizar el pertinente electroencefalograma. En la pantalla, unas líneas indicaban su prácticamente nula actividad cerebral. El paciente, estaba conectado además a un respirador artificial… Estuvimos bastante rato allí, mientras me explicaba la razón del porqué los electrodos estaba conectados sobre una determinada área del cerebro, y de la importancia que tenía medir la actividad cerebral, antes de dar por muerta a una persona… esto nos dio pie a filosofar sobre la vida, la muerte y de lo lejos que estábamos de entender científicamente si además de un cerebro y un cuerpo, existía además un alma en todo ser humano. En un momento determinado, el doctor pronunció: 

“Quien sabe si ahora esta persona nos estará escuchando”—

 Al cabo de quizás un par de horas salimos de la sala, sin más.

   Cual fue mi sorpresa, cuando al atardecer del día siguiente, el doctor me llamó para que fuera al hospital…Se había producido un “milagro”… La persona que la madrugada anterior estaba en coma en aquella sala, había “misteriosamente” reaccionado hasta el punto de haber  recuperado la consciencia. Quiso que la fuéramos a ver para que yo me percatara de los enigmas que todavía sondean al cerebro humano, y de cómo pueden ocurrir estas cosas sin que se pueda tener una explicación convincente… Pero la extraña experiencia, se multiplicó por mil, cuando el doctor, estando yo presente, tomó la mano del paciente y le preguntó como se encontraba… El paciente indicó:  

  —   “Creo doctor que he salido de esta... y sí, les estaba escuchando perfectamente... y no solo les escuchaba sino que les vi al pie de mi cama hablando sobre la vida y la muerte"   

  Sentí un tremendo estremecimiento y noté como el vello de toda mi piel se erizaba… Nos despedimos del paciente, y ya en el pasillo pregunté al doctor: 

¿Como es posible, si estaba inconsciente, conectado y en coma? 

 El doctor me contestó…

 —“No te lo sabría bien explicar, pero yo ya estoy acostumbrado a estas
      cosas”.