viernes, 21 de septiembre de 2018

Relato: "La revolución del coco"

   La ventaja de cumplir años, es que puedes recopilar historias del pasado a poco que uses un ápice de memoria. Hará poco más de veinte años, yo solía frecuentar una masía en el área del Bages (Barcelona), allí podías encontrar toda una serie de personajes verdaderamente atípicos, como es el caso de un australiano de rasgos mezclados entre aborigen y occidental. Vivía de manera nómada fabricando tambores con la raíz de la pita y dando clases de percusión. Una noche de verano, bajo un manto de estrellas nos contó una historia que no tenía desperdicio y que nos dejó más que asombrados:
   Decía provenir de Bougainville, la isla más grande del archipiélago de las islas Salomón, y que aún hoy pertenece a Papúa Nueva Guinea. Decía formar parte de un grupo guerrillero llamado BRA, y que luchaba desde hace unos años por la independencia de la isla.
Nos contaba, que Bougainville es una isla rica en recursos naturales, y como no podía ser menos desde doscientos años atrás había siempre estado en manos de los llamados colonizadores, primero alemanes, luego australianos y japoneses. Nos contaba Kora-así se llamaba-, que el origen de todo el conflicto en aquella isla fue en el año 1967 cuando los australianos delegaron a una potente compañía inglesa de nombre Rio Tinto Zinc, la explotación de una enorme mina al aire libre para extraer cobre. Aquello originó toda una serie de catástrofes medioambientales. Los nativos tuvieron que sufrir las consecuencias, no solo les quitaban sus recursos sino que les contaminaban la isla. En el año 1975 Papua Nueva Guinea se independizó de Australia, pero nada pareció cambiar.
Hacia el año 1988, los nativos exigieron a los propietarios de la mina una fuerte indemnización por los daños cometidos durante años, la respuesta fue reírseles a la cara. Los nativos reaccionaron y sabotearon con explosivos que robaron la alimentación eléctrica de la mina. Esto motivó la llamada “Revolución de los cocos”, donde Kora se centró y mostró un claro énfasis.

   Como era de esperar, el gobierno de la Isla envió al ejército para aplanar la rebelión. Pero lejos de claudicar, los nativos se armaron de ingenio para no solo hacer frente a los soldados sino conseguir ponerles en serios aprietos. Así nació la guerrilla, fabricaron armas primitivas como ballestas, tirachinas etc, hasta conseguir apoderarse de armamento del ejército. La respuesta fue la represión de la población civil por parte del gobierno de Papúa. Con el apoyo de Australia originaron un fuerte bloqueo a la Isla, no permitiendo que entraran ni alimentos ni medicinas, y obligando a los nativos a poner a prueba su inventiva.
   Entonces se decidió que cada familia cultivara su propio huerto aprovechando la tierra fértil de que disponían. Nos contaba Kora, que a alguien se le ocurrió que los cocos podían ser una buena solución y se centraron  en su producción. Aprovecharon cada parte del mismo: La pulpa y la leche por su valor alimenticio, la piel exprimida para curar heridas y repeler mosquitos, las hojas de los cocoteros para fabricar utensilios,  Incluso consiguieron procesando la pulpa del coco, un aceite de alta calidad, que no solo servía como lubricante y jabón, sino que además se obtenía del mismo un combustible de alta calidad capaz de hacer funcionar los vehículos motorizados. Además, reciclando materiales de la mina, llegaron a construir centrales hidroeléctricas en medio de la selva, suficiente para iluminar sus chavolas. Toda una revolución ecológica.
   Kora, nos dijo que se había tomado un respiro, pero que estaba dispuesto a volver a la isla para continuar ayudándoles en una revolución que todavía no había acabado. Le preguntamos como había conseguido burlar el bloqueo y él nos dijo simplemente, que sabía como hacerlo. Cuando volví a la masía al cabo de unos días, Kora ya no estaba.
   Por entonces era el año 1993, y la verdad que escuchando a Kora y tal como lo narraba, su historia parecía una fantasía, máxime cuando nuestra ignorancia sobre Bougainville era total. Pero no, no era una fantasía.
   Si Kora logró volver a la isla, lo más que probable es que continuara luchando con los guerrilleros del BRA. Hacia el 1997, es decir cuatro años más tarde de conocerlo a él en la masía, las fuerzas del BRA habían conseguido derrotar al ejército del gobierno. Esto originó que se decidiera contratar a una compañía de mercenarios inglesa (Sandline Internacional) para poner orden en la isla. Pero no se consiguió otra cosa que los soldados del gobierno, celosos y disconformes se revelaran a la vez por el mal trato recibido. Consecuencia,  los mercenarios ingleses se tuvieron que retirar de la isla. A principios de 1998, el gobierno de Papua Nueva Guinea inició un proceso de paz que culminó en el año 2001. Aunque hoy en día Bougainville sigue siendo una provincia de Papua Nueva Guinea,  en el año 2005, se consiguió una amplia autonomía con derecho a la autodeterminación en un plazo máximo de 10 a 15 años. Es más, ahora sabemos que el referéndum sobre la independencia de la región autónoma de Bougainville, se celebrará el 15 de Junio del año 2019. 

Y esta es la historia de la que se pueden sacar un sinfín de conclusiones… yo me quedo con el recuerdo de Kora y su narración tildada de aspectos fantásticos, en una espléndida noche estrellada en los aledaños de una vieja masía.


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