Pongamos un simple ejemplo: El agua es fuente de vida, pero si
maltratamos a la naturaleza, el agua se rebela y al igual que nos da la vida,
nos la quita…y no hablo solo de inundaciones, sino también de sequías.
La historia del descubrimiento del cambio climático, data de principios
del siglo XIX, al identificarse por primera vez el efecto invernadero natural.
A finales del mismo siglo, ya se detectó que las emisiones humanas podrían
aumentar el efecto del cambio climático. Hacia la mitad del siglo XX, la
emisión de dióxido de carbono aceleraba el proceso en combinación con otros
agentes, como por ejemplo los aerosoles. Hoy en día el problema es tan
evidente, que ya cuenta con una comisión internacional, formando parte del
Grupo intergubernamental de expertos
sobre el cambio climático (siglas IPCC). Donde intervienen las Naciones Unidas, la Organización Meteorológica Mundial(OMM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA), y
posteriormente ratificada por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 43/53.
Pero
bajo mi modesta opinión, llegamos tarde. El problema ya es tan acuciante que
dudo mucho que se pueda resolver. Las medidas que se toman, por ejemplo en
países en furibundo desarrollo como China (1.400 millones de habitantes) son
claramente insuficientes, de poco sirve que tenga 487 fabricantes de coches
eléctricos y que el 30 por ciento de todos los coches eléctricos que se venden en el Planeta, se matriculen en
la propia China. La contaminación en ese País, sobre todo en sus grandes ciudades,
es sencillamente desbordante porque China ya se ha convertido en el gran
problema ambiental del Planeta… Y por otro lado, choca este tremendo problema,
con medidas inquietantes en Países Europeos como por ejemplo España, donde se
prevé que hacia el año 2040 solo circulen coches eléctricos o de nula emisión
de gases en su territorio… Llegamos tarde me temo, y puede ocurrir que el que
llegue tarde, se ahogue en sus problemas.
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