No hace
mucho releí cierto libro de Carl Rogers (El camino del ser), eminente
Psicoterapeuta de mediados del siglo pasado, creador del enfoque humanista en
Psicología, algo tan simple e importante como la terapia centrada en el cliente.
En un cierto apartado del libro titulado “El Mundo del mañana”, leí:
“Otra posible perspectiva de los riesgos que correremos en el futuro, es que nos dejemos llevar por los avances tecnológicos y que la toma de decisiones se torne artificial. Cabe la posibilidad de que el ser humano se aleje cada vez más de la naturaleza y de todos sus procesos, lo que a no dudar conlleve que se esté mucho más desvinculados del Mundo natural que en la actualidad”
Lo que Carl Rogers, fallecido en el
año 1987 a
la edad de 85 años, no podía saber es el actual alcance de los avances
tecnológicos en el campo de la información, o también llamado “redes sociales”.
Evidentemente que nos hemos alejado de la naturaleza en el conjunto global de
la humanidad, y lo que es peor, me temo que estamos atrapados, controlados por
estos avances. Lo que aparentemente es una libertad de información, puede ser
en realidad una trampa orientada al control del ser humano. De todo aquel que
use las “redes sociales” en sus diferentes temáticas, apostaría que se sabe:
como nos llamamos, en que año nacimos, donde y como vivimos, cuales son
nuestras aficiones, ideas, de que “pie cojeamos”, que necesidades tenemos,
cuales son nuestras inclinaciones psicológicas, y todo lo que nos podamos
imaginar sobre nuestra personalidad. Si esto es así, no es tanta la libertad
que tenemos, porque existe el severo riesgo de que seamos controlados tanto a nivel
político, sociológico o comercial.
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