domingo, 23 de junio de 2019

Meditaciones: "La ley de mínimos"

   Tiempo atrás conocí en cierto pueblo, a un tendero de los que se podía considerar como sabio, tanto por su experiencia como por su don de gentes. Hablando sobre su negocio, el me comentaba: “Existe la ley de mínimos y también la de máximos, yo aplico siempre la intermedia.”

Como es natural necesitaba más explicaciones para poder conocer su significado, me dijo: “La ley de mínimos no lleva a ningún lugar, es racanear. Si limito mis artículos a lo mínimo, sin arriesgar ni un ápice, muchos clientes no encontraran lo que quieren, me criticarán y acabaran por dejar de serlo. La ley de máximos es despilfarrar, dado que no sabría calibrar las necesidades de mi clientela y muchos de estos artículos acabarían siendo obsoletos o se estropearían” Ya solo quedaba la intermedia, el me la explicó: “Obviamente me debo a mi clientela, de ella vivo. Luego es necesario tener capacidad de servicio para no dejarlos en la estacada. Debo procurar que ellos se vean siempre bien atendidos y evitar que hallan quejas y si las hubiera, mi obligación es tanto atenderlas como entenderlas… esta siempre ha sido la clave de mi éxito”


martes, 18 de junio de 2019

Meditaciones: "Visiones"

   Recuerdo haber visto una película donde se jugaba con el factor tiempo espacio dentro de un marco donde a los seres humanos les quedaba poco tiempo de estancia en la Tierra. Unos astronautas viajan a través de un agujero de gusano en busca de un nuevo hogar para esa humanidad. La película acaba con un pequeño sector de esta humanidad habitando en una inmensa estación espacial en la órbita creo que de Saturno, y de la Tierra poco más se supo.

   Quien sabe si ese precioso Planeta estuviera consumiéndose por la acción de los cuatro jinetes del Apocalipsis, uno de ellos representa a la guerra, otro al hambre, el tercero a la muerte y el más misterioso de ellos el jinete blanco pudiera representar la macabra modernidad en base a los mayores negocios ilícitos que allí existieron: Trafico de animales, personas, drogas y armas, explotación ilegal de recursos naturales y falsificación de marcas, dando lugar a la corrupción que estaba devorando a la Tierra.


   No podría dejar este breve relato sin mostrar una visión más… que es la Tierra sino una enorme estación espacial orbitando alrededor del sol y dentro de la impresionante magnitud de nuestra galaxia. Que necesidad tenemos de huir hacia otras galaxias a través de agujeros negros, cuando lo más fácil es preservar la maravilla de Planeta que tenemos… pero que difícil resulta.  

      

sábado, 15 de junio de 2019

15 de Junio, "El día de la vara"


En fecha de hoy, tras las elecciones municipales, se constituyen todos los ayuntamientos de nuestro País, ya sean pueblos o ciudades. Es el día de la vara, símbolo del poder municipal,  unos alcaldes la retendrán y otros la traspasaran. Esta costumbre según cuentan los historiadores se remonta a la prehistoria donde se usaban huesos o palos como símbolo de distinción de mando.
¿Pero que papel tenemos en todo esto los ciudadanos? Constantemente el poder municipal nos remite a nuestras obligaciones como ciudadanos, ósea pagar impuestos, portarnos decorosamente, etc. pero pocas veces nos recuerdan que también tenemos derechos, y como muestra me remito a la ley de transparencia del 10/12/14. Citaré solo la primera parte del preámbulo de dicha ley:


 “La transparencia, el acceso a la información pública y las normas de buen gobierno deben ser los ejes fundamentales de toda acción política. Solo cuando la acción de los responsables públicos  se somete a escrutinio, cuando los ciudadanos pueden conocer como se toman las decisiones que les afectan, como se manejan los fondos  públicos o bajo que criterios actúan nuestras instituciones podremos hablar del inicio de un proceso en el que los poderes públicos comienzan a responder a una sociedad que es crítica, exigente y que demanda participación de los poderes públicos.” 


martes, 11 de junio de 2019

Meditaciones: "La transparencia·


   Cuando yo era un adolescente, alguien me dijo: “Chaval, si sigues así de transparente, vas a recibir muchas hostias en esta vida”. Reconozco que esa frase me dejó tocado, cierto que solía pecar de ingenuo, cierto que mucha gente se aprovechaba de mi buena fe, pero de ahí a recibir “hostias” en la vida. Por fortuna puedo decir que en aquella época siempre que tenía dudas, solía recurrir a la sabiduría de mi abuelo, de él era fácil recibir consejos en forma de metáforas que normalmente me solían funcionar.

   Es un asunto un tanto complicado - me dijo- imagínate que llevas unas gafas cuyos vidrios están tan sucios que ya no tienen un ápice de transparencia…los demás no podrán ver tus ojos, pero tus ojos tampoco podrán ver a los demás.

   Siempre que mi abuelo me soltaba una de las suyas, me quedaba bastantes segundos en babia hasta que no había otro remedio que inquirir y esperar la respuesta:

“Verás, la transparencia siempre es algo positivo, no tienes porque ocultar tu personalidad. Todos deberíamos llevar las gafas limpias, todos, tanto en los asuntos públicos como en los personales, así no habría nada que ocultar, ¿lo entiendes? “ 


sábado, 8 de junio de 2019

Novela: "El diario de Raúl" (Extracto) - El Asilo Durán-

… Miguelín y yo seguíamos sin encontrar un cobijo seguro, de su familia nada de nada. Durante el día los niños del Camp de la Bota, nos desplegábamos por la ciudad, y deambulando por las calles pedíamos limosnas,  cuando estas no llegaban buscábamos chatarras para vender, o a gente propicia para dar tirones, también  aprovechábamos despistes de cualquiera para apropiarnos de lo ajeno. El hambre apretaba y las necesidades de sobrevivir también.
   Recuerdo por un igual la sensación de libertad lejos de la Ciudad de los Muchachos como la soledad. En el Campo de la Bota podía observar a familias y entender lo que representaba no tenerla. Un día sucedió lo inevitable, mientras deambulaba por una de las calles de la ciudad, de repente alguien se acercó a mí por detrás y me sujetó por una oreja. Me llevaron al cuartelillo de la Guardia Civil y como no supe dar razón de a quien  pertenecía, el tribunal de la tutelar de menores decidió enviarme a un reformatorio, concretamente al del Asilo Durán de la calle Vilana en el barrio de la Bonanova...

   Hago un inciso al respecto. El Asilo Duran tiene una larga Historia. Nos tendríamos que remitir al año 1834, donde al Ayuntamiento de Barcelona costeaba económicamente un enorme edificio sito en la céntrica calle Tuset, entonces llamado “Casa Municipal de corrección”. Al poco tiempo el edificio pasó a ser gestionado por una asociación y rebautizado como “Escuela Municipal de Reforma”. En 1890 el potentado y empresario Toribio Duran Garrigolas se hizo cargo de la rehabilitación del edificio pasando a ser llamado en su honor como “Asilo Toribio Durán”. Se convirtió el lugar entonces en un reformatorio cuya gestión estaba vinculada a la orden religiosa de origen francés  “San Pedro ad Vincula”, especializada en reformar a jóvenes rebeldes, depravados y delincuentes. La función era intentar que los jóvenes se formaran profesionalmente en un abanico de talleres ahí instalados. En el año 1942 el edificio fue derribado debido a su mal estado tras sufrir las consecuencias de la guerra civil, y sus instalaciones trasladadas a una gran finca de la Calle Vilana, donde continuó hasta el año 1977. Hoy en día se alza en esos terrenos una clínica de nombre Teknon. Como anécdota diré que en el año 1957 un tal Michel del Castillo, publicó en Francia un libro que trataba de su Historia en ese reformatorio y del trato ahí recibido, algo de lo que también coincide Raúl en la exposición de su diario:
Lo que puedo decir de aquel lugar, es que era un infierno, si por infierno se entiende la explotación que recibíamos en los talleres, trabajando casi como esclavos, recibíamos palizas por cualquier nimiedad, la comida era una bazofia y el trato de los curas vejatorio. Por las noches dormíamos en una de las naves cien o más muchachos, era usual que a esas horas aparecieran los de la sotana y se llevaran a alguno de nosotros, se que abusaban de ellos por lo que llegué a saber, yo tuve la suerte de que no me tocaran, quien sabe si gracias a la patada que le dí a uno de ellos en la Ciudad de los Muchachos. En aquel lugar no nos regeneraban, sino que nos acercaban a la corrupción y nos daban todas las facilidades para que en nuestras vidas acabáramos como delincuentes, como así les fue a muchos de mis compañeros de esa época. En resumen se sucedieron tres años muy duros, donde escaparse no servía de nada porque estabas marcado y no tardabas en volver otra vez al redil para sufrir unas condiciones de vida que se endurecían más todavía...
   He tenido oportunidad de recoger testimonios de gente que estuvo en el Asilo Duran  y sus opiniones no difieren en nada de lo que aparece en el diario de Raul… y por si esto no fuera suficiente, basta recordar historias de delincuentes célebres que fueron asiduos a ese extraño reformatorio, como por ejemplo “El Vaquilla”. Lo que sí me ha llamado poderosamente la atención tras las diferentes indagaciones que realicé, es percibir en la gente una extraña nebulosa que facilitaba el olvido, es como si se intentara tapar la historia con un tupido velo, como si no interesara remover el pasado, y no acabo de entender bien porqué…



viernes, 7 de junio de 2019

Novela: "El diario de Raúl" (Extracto) - El castillo de la Bota-

Una noche junto a Miguelín, otro interno, decidimos escapar. No fue difícil, nos deslizamos al exterior por la ventana de un pasillo, llegamos a las escaleras de salida, saltamos la valla y desaparecimos entre la arboleda hasta llegar a las calles de la ciudad.  El era de etnia gitana y como yo había recibido toda la tanda de castigos e insultos habidos y por haber. Lo que encontráramos allá afuera no podía ser peor. Cruzamos toda Barcelona hasta llegar al Campo de la Bota, junto al mar, donde decía Miguelín que allí deberían de haber familiares suyos. Dormimos el resto de esa noche junto a una de las numerosas barracas que había por doquier, y al amanecer empezamos a deambular por la zona sin rumbo fijo. De familiares no encontramos a ninguno, pero no tardamos en contactar con una pandilla de niños como nosotros, que al enterarse que habíamos huido de la Ciudad de los Muchachos nos aceptaron sin más. La siguiente noche por la influencia de uno de ellos, ya dormimos dentro del Castillo de la Bota. Recuerdo que era cuadrado con cuatro torres en las esquinas. Estaba abandonado por los militares y varias familias de emigrantes se habían instalado allí. No tardé en oír historias truculentas, aquel castillo decían que había sido una cárcel y  que en su entorno hubieron  fusilamientos masivos, pero a mí entonces todo aquello me parecían simples historias de tintes fabulosos. Una de las aficiones de esos niños, era por ejemplo buscar casquillos de balas que habían quedado enterradas por los alrededores. Luego con el tiempo supe toda la verdad de lo que representó aquel lugar… 

   Raúl, al respecto, no incide en más detalles en su diario, pero yo quise indagar: El ya desaparecido  castillo del Campo de la Bota (en catalán, Castell del Camp de la Bota), también llamado castillo de las Cuatro Torres, fue un edificio militar construido en el año 1858 en el barrio del Campo de la Bota, en el límite del municipio de Barcelona con San Adrián de Besos (Barcelona)
Realizado por Juan Zapatero, capitán general de Catalunya. Se convirtió en la sede de la Escuela Práctica de Artillería hasta el inicio de la Segunda República Española. El terreno antes ya había sido utilizado por tropas napoleónicas a principios del siglo XIX como campo de prácticas de tiro, su nombre por lo tanto parece provenir del francés butte (en castellano: campo de tiro).
Al principio de la Guerra Civil Española el castillo se utilizó como lugar de fusilamientos de militares sublevados. Tras la victoria de las tropas franquistas se transformó en una cárcel donde hasta el año 1952 se fusiló a unas 1.700 personas, pertenecientes al bando republicano en la Guerra Civil Española  y opositores a la dictadura franquista.

En la década de 1950 el ejército abandonó el castillo, que a continuación fue ocupado por vecinos de los barrios de Pequín y Parapeto e inmigrantes recién llegados a Barcelona. Hoy en día en el terreno donde estaba el castillo hay un monolito en recuerdo de los fusilados justo al lado del Edificio Forum, al final de la Avenida Diagonal.


jueves, 6 de junio de 2019

Novela "El diario de Raúl" (Extracto)

...Al poco tiempo aparecí en la Ciudad de los Muchachos, Casa Puig  en la Sierra de Collcerola de Barcelona, fui trasladado allí al hogar Cuna con quizás un año de vida. Más tarde pasé por el hogar Infantil de ese centro hasta llegar al de aprendizaje donde con doce años me escapé… ¿Que recuerdos tengo de ese centro?, horribles. Ese centro de supuesto auxilio social, estaba regentado por miembros de la sección femenina de la falange española con el aporte incondicional de la Iglesia Católica… Lo que recuerdo, es que aquello era un auténtico centro de reclusión donde imperaba una disciplina diría que pseudo militar de gran transfondo ideológico. Nos adoctrinaban en los valores del catolicismo y de lo que luego supe que era el régimen franquista. Muy rebelde debería de ser para que no me escapara de todos los castigos que imperaban allí. Prefiero omitir los detalles por los que recibí coscorrones, golpes y azotes,  o el aceite de ricino que bebí, o las largas estancias en cuartos oscuros, o la reducción en las raciones de comida. Durante la noche no podíamos mantener conversaciones después de la cena y de esa manera el desahogo era prácticamente imposible…De educación, salvo aprender a leer, escribir, y las operaciones básicas de números, solo recuerdo rezos, canciones patrióticas y proclamas nacionalistas. No tengo ninguna sensación agradable de aquel lugar, ninguna, como no sea la patada en los testículos que le dí a un cura cuando se acercó a mí con insanas intenciones. Nada ni nadie se ha instaurado en mi buen recuerdo… Este puede ser el resumen de mi primera y reprimida  infancia, porque luego todo cambió...