… Miguelín y yo seguíamos sin encontrar un cobijo seguro, de su familia
nada de nada. Durante el día los niños del Camp de la Bota, nos desplegábamos
por la ciudad, y deambulando por las calles pedíamos limosnas, cuando estas no llegaban buscábamos chatarras
para vender, o a gente propicia para dar tirones, también aprovechábamos despistes de cualquiera para
apropiarnos de lo ajeno. El hambre apretaba y las necesidades de sobrevivir
también.
Recuerdo por un igual la
sensación de libertad lejos de la Ciudad de los Muchachos como la soledad. En
el Campo de la Bota podía observar a familias y entender lo que representaba no
tenerla. Un día sucedió lo inevitable, mientras deambulaba por una de las calles
de la ciudad, de repente alguien se acercó a mí por detrás y me sujetó por una
oreja. Me llevaron al cuartelillo de la Guardia Civil y como no supe dar razón
de a quien pertenecía, el tribunal de la
tutelar de menores decidió enviarme a un reformatorio, concretamente al del
Asilo Durán de la calle Vilana en el barrio de la Bonanova...
Hago un
inciso al respecto. El Asilo Duran tiene una larga Historia. Nos tendríamos que
remitir al año 1834, donde al Ayuntamiento de Barcelona costeaba económicamente
un enorme edificio sito en la céntrica calle Tuset, entonces llamado “Casa Municipal de corrección”. Al poco
tiempo el edificio pasó a ser gestionado por una asociación y rebautizado como
“Escuela Municipal de Reforma”. En
1890 el potentado y empresario Toribio Duran Garrigolas se hizo cargo de la
rehabilitación del edificio pasando a ser llamado en su honor como “Asilo Toribio Durán”. Se convirtió el
lugar entonces en un reformatorio cuya gestión estaba vinculada a la orden
religiosa de origen francés “San Pedro
ad Vincula”, especializada en reformar a jóvenes rebeldes, depravados y
delincuentes. La función era intentar que los jóvenes se formaran
profesionalmente en un abanico de talleres ahí instalados. En el año 1942 el
edificio fue derribado debido a su mal estado tras sufrir las consecuencias de
la guerra civil, y sus instalaciones trasladadas a una gran finca de la Calle
Vilana, donde continuó hasta el año 1977. Hoy en día se alza en esos terrenos
una clínica de nombre Teknon. Como anécdota diré que en el año 1957 un tal
Michel del Castillo, publicó en Francia un libro que trataba de su Historia en
ese reformatorio y del trato ahí recibido, algo de lo que también coincide Raúl
en la exposición de su diario:
…Lo que puedo decir de aquel lugar, es que era un infierno, si por
infierno se entiende la explotación que recibíamos en los talleres, trabajando
casi como esclavos, recibíamos palizas por cualquier nimiedad, la comida era
una bazofia y el trato de los curas vejatorio. Por las noches dormíamos en una
de las naves cien o más muchachos, era usual que a esas horas aparecieran los
de la sotana y se llevaran a alguno de nosotros, se que abusaban de ellos por lo
que llegué a saber, yo tuve la suerte de que no me tocaran, quien sabe si
gracias a la patada que le dí a uno de ellos en la Ciudad de los Muchachos. En
aquel lugar no nos regeneraban, sino que nos acercaban a la corrupción y nos
daban todas las facilidades para que en nuestras vidas acabáramos como
delincuentes, como así les fue a muchos de mis compañeros de esa época. En
resumen se sucedieron tres años muy duros, donde escaparse no servía de nada
porque estabas marcado y no tardabas en volver otra vez al redil para sufrir
unas condiciones de vida que se endurecían más todavía...
He tenido oportunidad de recoger testimonios
de gente que estuvo en el Asilo Duran y
sus opiniones no difieren en nada de lo que aparece en el diario de Raul… y por
si esto no fuera suficiente, basta recordar historias de delincuentes célebres
que fueron asiduos a ese extraño reformatorio, como por ejemplo “El Vaquilla”.
Lo que sí me ha llamado poderosamente la atención tras las diferentes
indagaciones que realicé, es percibir en la gente una extraña nebulosa que
facilitaba el olvido, es como si se intentara tapar la historia con un tupido
velo, como si no interesara remover el pasado, y no acabo de entender bien porqué…