… Una noche
junto a Miguelín, otro interno, decidimos escapar. No fue difícil, nos
deslizamos al exterior por la ventana de un pasillo, llegamos a las escaleras
de salida, saltamos la valla y desaparecimos entre la arboleda hasta llegar a
las calles de la ciudad. El era de etnia
gitana y como yo había recibido toda la tanda de castigos e insultos habidos y
por haber. Lo que encontráramos allá afuera no podía ser peor. Cruzamos toda
Barcelona hasta llegar al Campo de la Bota, junto al mar, donde decía Miguelín
que allí deberían de haber familiares suyos. Dormimos el resto de esa noche
junto a una de las numerosas barracas que había por doquier, y al amanecer
empezamos a deambular por la zona sin rumbo fijo. De familiares no encontramos
a ninguno, pero no tardamos en contactar con una pandilla de niños como
nosotros, que al enterarse que habíamos huido de la Ciudad de los Muchachos nos
aceptaron sin más. La siguiente noche por la influencia de uno de ellos, ya
dormimos dentro del Castillo de la Bota. Recuerdo que era cuadrado con cuatro
torres en las esquinas. Estaba abandonado por los militares y varias familias
de emigrantes se habían instalado allí. No tardé en oír historias truculentas,
aquel castillo decían que había sido una cárcel y que en su entorno hubieron fusilamientos masivos, pero a mí entonces todo
aquello me parecían simples historias de tintes fabulosos. Una de las aficiones
de esos niños, era por ejemplo buscar casquillos de balas que habían quedado
enterradas por los alrededores. Luego con el tiempo supe toda la verdad de lo
que representó aquel lugar…
Raúl, al
respecto, no incide en más detalles en su diario, pero yo quise indagar: El ya desaparecido castillo del Campo de la Bota (en catalán, Castell del Camp de la Bota),
también llamado castillo de las Cuatro Torres, fue un
edificio militar construido en el año 1858 en el barrio del Campo de la Bota, en el límite del municipio de Barcelona con San Adrián de Besos (Barcelona)
Realizado por Juan
Zapatero, capitán general de Catalunya. Se convirtió
en la sede de la Escuela Práctica de Artillería hasta el inicio de la Segunda República Española. El terreno
antes ya había sido utilizado por tropas napoleónicas a principios del siglo
XIX como campo de prácticas de tiro, su nombre por lo tanto parece provenir del
francés butte (en castellano: campo de tiro).
Al principio de la Guerra Civil Española el castillo se utilizó como lugar de
fusilamientos de militares sublevados. Tras la
victoria de las tropas franquistas se transformó en una cárcel donde hasta el
año 1952 se fusiló a unas 1.700 personas, pertenecientes al bando republicano
en la Guerra Civil Española y opositores a la dictadura franquista.
En la década de
1950 el ejército abandonó el castillo, que a continuación fue ocupado por
vecinos de los barrios de Pequín y Parapeto e inmigrantes recién llegados
a Barcelona. Hoy en día en el terreno donde estaba el castillo hay un monolito
en recuerdo de los fusilados justo al lado del Edificio Forum, al final de la Avenida Diagonal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario