Andra nació para caminar… le costó
entender hacia donde, pero nunca renunció. Le contaron que su nombre era de
origen griego y significaba ser fuerte y valiente. Estudió filosofía porque
ella quería amar la sabiduría, pero pronto comprendió que sus afanes no
encajaban en el llamado Mundo Moderno, plagado de otra clase de amores. Cierto
día escuchó una canción de un antiguo cantautor, y se quedó con unas frases de
la misma:
“Harto ya de estar harto, ya me cansé
de preguntarle al mundo por qué y por qué.
La Rosa de los Vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear,
entre el cielo y el mar.
Vagabundear.
Como un cometa de caña y de papel,
me iré tras una nube, pa' serle fiel
a los montes, los ríos, el sol y el mar.
A ellos que me enseñaron el verbo amar.
Soy paloma torcaz,
dejadme en paz.”
de preguntarle al mundo por qué y por qué.
La Rosa de los Vientos me ha de ayudar
y desde ahora vais a verme vagabundear,
entre el cielo y el mar.
Vagabundear.
Como un cometa de caña y de papel,
me iré tras una nube, pa' serle fiel
a los montes, los ríos, el sol y el mar.
A ellos que me enseñaron el verbo amar.
Soy paloma torcaz,
dejadme en paz.”
Sentada sobre una roca y con el horizonte a lo
lejos, se dijo a si misma: “Si soy fuerte y valiente, si estoy cansada de todo
lo que me rodea y no encajo, me voy allá a donde no haya nadie, sola conmigo
mismo”… y empezó a caminar.
Sus pasos le llevaron lejos de la gente y de
sus historias más o menos turbulentas… Recorrió espacios donde solo la
naturaleza le hizo compañía, hasta que entendió que eso no era suficiente para llegar
a saber la razón de su caminar…y buscó la soledad más absoluta en un desierto
de arena luz y sol…Llegada la noche, contempló el cielo plagado de estrellas, y
fue justo entonces cuando un reflejo de claridad entró en su mente.
No…estamos…solos —se dijo— Es imposible que
tamaña magnitud no tenga un sentido, al igual que lo ha de tener mi vida.
Andra
entonces recordó la última de las estrofas de esa canción:
“Es hermoso partir sin decir adiós,
serena la mirada, firme la voz.
Si de veras me buscas, me encontrarás,
es muy largo el camino para mirar atrás.
Qué más da, qué más da,
aquí o allá...”
serena la mirada, firme la voz.
Si de veras me buscas, me encontrarás,
es muy largo el camino para mirar atrás.
Qué más da, qué más da,
aquí o allá...”
…y empezó a caminar, ahora entre la gente, porque entendió
que el sentido de amar la sabiduría, solo lo encontraría en la dificultad de
vivir entre el género humano y sus historias… pero siempre al abrigo de la
naturaleza.
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