ANGEL
Lo tenía claro, la luz se apaga y punto final… pero
no, otro tipo de luz me embargaba. No era unidireccional sino que abarcaba el
espacio por completo sin que adivinara su origen, y no molestaba en absoluto.
No podría definirla sino es con un cúmulo de sensaciones agradables: bienestar,
templanza, tranquilidad, paz, mucha paz y sobre todo una gran serenidad de
ánimo, la misma que curiosamente tenía cuando se apagó la luz.
¿Y ahora qué?...-me dije-. Lo más sensato debía ser
esperar algún tipo de acontecimiento, La existencia, porque en ella me sentía,
no se detiene y algo tendría que ocurrir más allá de mi estado emocional.
Que sensación más extraña por lo agradable que
resultaba, absoluta ligereza, algo así como estar liberado del peso de la
materia. Me recordaba aquellos sueños agradables donde era capaz de batir el
más longevo record de salto en longitud, volaba y volaba antes de alcanzar el
suelo. Lo que me rodeaba creo que era una ilusión, porque representaba el más
bello paisaje natural que hubiera imaginado y que se encontraba todavía vivo en
mis recuerdos. ¿Recuerdos?, sí los había, pero podía más la abstracción del
momento que el lastre del pasado. Un pasado que observaba lejos, muy lejos, ya
inalcanzable. Nada extraño por cierto, era una práctica habitual mía, centrarme
lo mejor que podía en el presente. Siempre he pensado que no se puede volver
atrás.
¿Errores?, a montones… pero escasa mala intención,
y esa sensación era más poderosa que todo el mal estar que hubiera podido acarrear
al prójimo sin haberlo deseado.
Y todos aquellos seres que amé y que todavía amo,
pues noto que están aquí, conmigo, acompañándome, porque insisto, lo que me
estaba ocurriendo no era más que un cúmulo de sensaciones agradables, donde
solo cabía aquello que estaba relacionado con el sentido del entrañable afecto.
Claro que, no podía abrazar pero sí sentir en plenitud… sí, como cuando se está
enamorado en la distancia, como cuando abrazaba a mí amada con el pensamiento y
sentía palpitar mi corazón tan solo con recordarla.
Ellos, todos aquellos que amé y se alejaron de mí,
y los que quedaron atrás, no puedo preguntarme: ¿dónde están?, no puedo. Quien
sabe, estoy expectante, todavía nadie ha llegado a recibirme. Que curioso es
como si algo misterioso me retara a estar a solas conmigo mismo, y la verdad es
que estoy bien, me encuentro bien.
Decidí caminar por la vereda, ligero, muy ligero
pese a mis muchos años… ¿Cuántos tendría en realidad?, pues la verdad es que
siento que tengo bastantes más de los que pensaba, otra de mis muchas
sensaciones…Como decía, caminando por la vereda llena de verdor y de aromas
primaverales, los espectaculares paisajes se iban sucediendo unos a otros sin
cesar… La sensación era muy parecida a cuando en un tránsito mental, era capaz
de recorrer, detalle a detalle, curva tras curva, un recorrido de carretera en
breves segundos, cuando con el coche hubiera tardado media hora… No se si logro
explicarme correctamente, las sensaciones son muy complicadas a la hora de expresarlas.
Tampoco deseo atropellarme con mi estado emocional, pues el embargo es
inimaginable. Total que voy a optar por parar y no lo hago por descansar, porque la palabra
cansancio no entra en mis actuales parámetros de existencia, solo necesito templar el ánimo...