jueves, 4 de junio de 2020

¿Por qué somos tan superfluos?


…me pregunto.  Yo es que alucino con una parte de nuestra sociedad. Acabamos de superar, se supone, la parte más dura de la pandemia, ya tenemos más libertad de movimiento y podemos pensar en perspectiva. Pero que ocurre: En el congreso de los diputados andan a dentelladas los unos con los otros, mejor dicho, más los unos que los otros, dando un ejemplo paupérrimo de unidad ante la crisis, no solo la que estamos pasando sino la que nos espera.

   En lo que respecta a esa parte de nuestra sociedad, andan preocupados por como van a tenerse que bañar este verano, ya que las piscinas y playas pueden estar restringidas, preocupados por no poder tomarse cómodamente una cerveza en las terrazas, o disfrutar de un buen restaurante sin limitaciones, o de cómo van a pasar las vacaciones ya que el horno no está para bollos.


   Y sin embargo, felices ellos que por lo que se ve gozan de buena salud y les importa poco o nada la de los demás, no les oigo comentar o preocuparse por la sanidad, que ha quedado después de tanta “batalla” en un estado lamentable. No les veo preocupados por el hecho que la atención primaria anda al garete, e infinidad de enfermos crónicos, de cáncer, etc, andan desatendidos, sin consultas, sin controles. No les veo preocupados por el hecho que prácticamente todos los ambulatorios del País están en mínimos o parados. No les veo preocupados por remontar el vuelo tras el desastre, y solo les veo preocupados por pasarlo bien… “felices” ellos que de lo superfluo hacen el hecho más transcendental de sus vidas.


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