Antaño, cuando yo era chico, allá por los
años cincuenta y sesenta del siglo pasado, los niños entre siete y catorce años
vivíamos y experimentábamos bien distinto a la actualidad…De todos es sabido
como jugábamos entonces, imaginando aventuras y realizándolas a base de
trastadas; jugando al futbol con cualquier cosa , pateando una chapa de botella
o una bola de ciprés entre dos bocas de cloaca de cualquier calle que hacían de
portería, con una pelota de trapo o si había suerte de cuero en cualquier
descampado que habilitábamos convenientemente. Fabricábamos nuestros propios
artilugios rodantes a falta de bicicletas, como esos deslizadores a base de
maderas y rodamientos que dejábamos caer por cualquier pendiente…y no sigo para
no hacerme pesado…suplíamos con ingenio la falta de recursos para divertirse.
Ahora, veo a mis nietos entre la infancia y
el principio de la adolescencia, enganchados muchas horas a sus tabletas, consolas,
ordenadores e incluso móviles, habituales de regalar cuando empiezan primero de
ESO…Es preocupante no solo el tiempo que emplean sino la información que
reciben de todo tipo, la mayoría de los casos con conexión a Internet difícil
de controlar por los mayores.
Mi visión de “abuelete” es la de observar lo
lejos que estamos las dos generaciones…la evolución tecnológica nos acerca a
muchas cosas y nos aleja de otras. Solo espero, y ese creo que es el gran
esfuerzo de la coherencia, el respeto y el amor a nuestros pequeños, que los
mayores nos esforcemos, para que ellos nunca dejen de entender que lo
fundamental es el contacto y la comunicación humana y lo secundario todo lo
relacionado con las nuevas tecnologías y la comunicación artificial…considero
que ese es uno de los grandes retos de hoy en día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario