Se desgrana la vida ante tu mirada.
Dulces arrugas de un tiempo vencido.
Hermosos frutos de un árbol bendito
por su firme arraigo, por su tronco recio.
Frágiles ramas que levemente se mecen
al airado viento de un entorno incierto.
Hojas que caen lánguidas tras la tormenta
pero que abonan el suelo de experiencia.
Inviernos crudos, primaveras dulces,
veranos cálidos y otoños pacientes,
pasan ágiles y lúcidos ante tu mirada.
Cuando más longeva sea tu corteza,
más tierna y etérea tendrá que ser
la dulce savia que alimenta tu tronco,
más templada y serena la esperanza,
y mucho más agradable el estar a tu lado,
al amparo de una dulce y plácida sombra,
para saborear el fruto que tanto amas.
Dulces arrugas de un tiempo vencido.
Hermosos frutos de un árbol bendito
por su firme arraigo, por su tronco recio.
Frágiles ramas que levemente se mecen
al airado viento de un entorno incierto.
Hojas que caen lánguidas tras la tormenta
pero que abonan el suelo de experiencia.
Inviernos crudos, primaveras dulces,
veranos cálidos y otoños pacientes,
pasan ágiles y lúcidos ante tu mirada.
Cuando más longeva sea tu corteza,
más tierna y etérea tendrá que ser
la dulce savia que alimenta tu tronco,
más templada y serena la esperanza,
y mucho más agradable el estar a tu lado,
al amparo de una dulce y plácida sombra,
para saborear el fruto que tanto amas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario