Albor de vida…impenitente viajera.
Desbordas los cielos desde el gris
y derramas tu ventura,
cayendo gozosa hacia la tierra.
Te deslizas por infinitos vericuetos
para brotar por nacientes manantiales,
por fuentes, por vertientes,
hasta llegar escandalosa
a la calma del estanque,
a la bravura del arroyo,
o a los vibrantes ríos,
Puede que acabes…
en el sosiego de un pantano,
o bendiciendo huertos y tierras
o que llegues ligera a los hogares.
Puede que se ensucie tu frescura,
para acabar sujeta y depurada.
Aun así, saldrás libre del encierro,
para seguir imperturbable tu camino,
hasta llegar emancipada a los mares.
Dejarás que se admire tu belleza,
y que disfruten los humanos
del perenne valor de tu riqueza.
Hasta que inquieta… un día,
aceptes que el sol te eleve,
para formar algodones en el cielo.
Cansada de volar…
dejarás que el gris te arrope
y rendida, caerás…otra vez,
gozosa hacia la Tierra.
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