Mirando
fríamente el panorama internacional, no dejo de asombrarme por una serie de
hechos que considero relevantes. No es ninguna novedad, está todo dicho, pero
se puede decir una vez más. Muchas de
las guerras de las últimas décadas,
tienen que ver en gran medida con el oro negro. Las graves emisiones de Co2 a
la atmósfera que provocan el calentamiento global, con los riesgos que ello
conlleva, también tienen que ver con lo mismo. La contaminación del plástico,
algo que está más que denunciado, también…Si pensamos que el petróleo es un
fósil que proviene de una época finita, que no sea que todas estas
circunstancias, originen un bucle que nos lleve al final de otra época.
Como ser viviente en este planeta llamado Tierra, me preocupa más que el
futuro, el presente. Estamos orgullosos por la revolución tecnológica, que por
supuesto requieren de materias primas determinadas; pongamos por ejemplo los
terminales móviles u ordenadores, estos requieren del
coltán. Pues bien, la extracción de coltán es motivo de conflictos
geopolíticos, sobre todo en el Congo, donde se entremezclan los intereses del
Estado y los países fronterizos, las guerrillas que operan en la región, las
multinacionales occidentales y los contrabandistas. Lo cual da idea de que no
hemos aprendido nada.
Los gobiernos de la
Tierra , podrán tener mucho sentido de estado, pero escasa
conciencia planetaria. La solución a una posible crisis del petróleo podría
estar en las baterías de litio, el cloruro de potasio y el tritio para generar
energía eléctrica por fusión de átomos. Todo ello se podría extraer, por
ejemplo, del enorme salar de Uyuni en Potosí (Bolivia) pero… siempre existe un
pero. Y por no hablar de otro tipo de energías, no solo la solar sino las
derivadas de los estudios realizados por Nikola Tesla y cuyos tratados
desaparecieron misteriosamente tras su muerte, o de los motores de agua ya
experimentados, pero… siempre existe un pero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario