jueves, 4 de octubre de 2018

Novela: "El Banco" - extracto-

   ...Observar nos permite tener latente la capacidad de asombro, nunca es tarde para fascinarse por algo…  Por obra de la órbita elíptica de la luna, ayer en nuestra latitud pude disfrutar del perigeo, la fase en que el satélite está más cerca y brillante que nunca. Esto me hace recordar, que cuando yo era niño, mirando la luna y las estrellas en la atmósfera limpia de un pueblo cercano al Pirineo donde veraneaba, me preguntaba quien podía sostener todo aquello, y me maravillaba al observar que nada caía, no lo acababa de entender, yo me sentía seguro en una plataforma llamada Tierra donde pensaba que no se movía, así que pregunté a los adultos…me dijeron que Dios, era Dios quien obraba semejante milagro. Pero yo entendía a Dios, así me lo habían enseñado, como un ser todopoderoso, con una excelsa barba al que debías pedir perdón por tus pecados y ayuda si era necesaria… mi razonamiento interno y secreto era de no creérmelo, no, no es posible me decía, ese ser no puede tener tanta fuerza como para sostener por si solo a la luna y las estrellas.

     Hoy en día conozco algo más, pero sigo rodeado de misterios, entiendo a la Tierra como mi hogar en el espacio cósmico y con una linda vecina a la que llaman luna…pero son muchos los que comparten este hogar y que no lo ven así…que lástima. Claro que todo es cuestión de visiones, hace unos días por casualidad leí una entrevista que le hicieron hace tiempo a Scott Kelly, astronauta de la Estación Espacial Internacional, le preguntaron: ¿Cómo se ve a la Tierra desde allá arriba?, él contestó: Desde aquí arriba, se ve a la Tierra como algo muy frágil, casi desolada en el inmenso espacio cósmico, es algo que irremediablemente tenemos que cuidar… y me digo: que demonios hacemos nosotros aquí abajo, como niños malcriados estropeándolo todo...


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