Tolousse, dos
semanas más tarde tras el entierro del foraster.
...Me lo ha
contado Emmanuelle la que durante años ha sido su asistenta y directamente se encargaba de cuidarla… Eran las
13 horas de un lunes, mi madre acababa de comer con absoluta normalidad, nada
hacía presagiar el desenlace, decidió sentarse a echar una cabezadita en el
sillón como siempre lo hacía… cuando al cabo de un rato Emmanuelle se acercó a
ella para ver como se encontraba, observó algo extraño, no le pareció normal su
estado. Enseguida pudo comprobar que no respiraba… llamó urgentemente a un
médico y cuando llegó solo pudo certificar su defunción. Mi madre, mi querida
madre, Doña Eva Molina, acababa de fallecer.
Justo el día
anterior estuvimos hablando, ella se encontraba animada y muy dicharachera, expresaba
sentirse sosegada, tranquila, satisfecha con su vida. No paró de decirme que
continuara con la labor de desentrañar la memoria de su País de origen, que no
cediera porque todavía mucha gente necesitaba conocerla a fondo y sin tapujos.
Enseguida pensé en como había comenzado todo, justo después de que el periódico donde trabajaba decidiera que
había llegado la hora de mi jubilación, y en lo
conseguido en tan solo unos pocos meses…Lo cierto es que sin ella,
quizás hubiera abandonado, pero bien se encargó de estimularme. No hace falta
que me escuche, si pudiera hacerlo, puede descansar tranquila porque no la voy
a defraudar, como ella siempre decía, “En la lucha hijo, siempre en la lucha”…
y bien que tenía razón, no podemos bajar nunca la guardia porque es mucho lo
que aún queda por hacer.
Cierto que la voy a echar de menos, pero me siento
bien porque se que mi madre murió en paz.
Pedrafosca,
Dos semanas más tarde tras el entierro del foraster.
“Se ha
armado la de Dios es Cristo”… no se me ocurre otra expresión para explicar lo
acontecido en el pueblo tras la aparición de mi escrito. Bastantes personas me
lo han recriminado de forma directa, otros se encargan de echar “mierda” a mis
espaldas y son muchos los que asienten sobre el contenido del mismo pero sin manifestarlo abiertamente. Solo unos
pocos, muy pocos me han felicitado con más o menos vehemencia. Lucía también ha tenido que soportar lo suyo,
sobre todo por las recriminaciones del alcalde y su “séquito” al considerar que
el escrito podía enturbiar la vida del pueblo.
Pero he aquí que un periódico de la comarca se hizo eco del mismo y de
la figura de Paco, dejando al autor y a
la concejala del ayuntamiento bastante bien…Total que el pueblo anda dividido,
como siempre, pero por lo menos tras leer la crónica de ese periódico, muchos
de los que asienten sobre el contenido del escrito han despertado de su
silencio y se han manifestado prestándonos su apoyo. He tranquilizado a Lucía y
la he animado a seguir con su labor, murallas más fuertes han caído, la
tormenta pasará y todo volverá a la normalidad, al fin y cabo el escrito no
falta a la verdad, que por cierto ya era conocida por la mayoría del pueblo,
nosotros solo hemos hecho que recordar unos hechos históricos, nada más.
Acabo de
recibir una llamada de Jean Philippe, su madre ha muerto. Recuerdo como si
fuera ahora mismo, las pocas horas que estuvimos juntos y como ella emocionada
escuchaba de mi boca, el relato sobre la historia de su hermano. Me impactó su
fuerza, su personalidad arrolladora y la energía tan positiva que transmitía.
Descanse en paz.
La familia
de Doña Eva Molina ha decidido respetar su voluntad y pese a que para nada era
partidaria de los nichos, quiso que sus restos reposaran junto a los de sus
padres y su hermano en el cementerio de Montjuït, Jean Philippe me comentó que
su madre hablaba de ello como si quisiera homenajear así la memoria de su
familia. Nos vamos a encontrar pues de nuevo en Barcelona.
Jean
Philippe y yo nos hemos hecho muy amigos, hablamos muy a menudo de sus
proyectos para trabajar en la recuperación de la Memoria Histórica
y yo me he comprometido a ayudarle en todo lo que pueda. La historia de Paco y
su tardía amistad está muy fresca, él me enseñó a conocer muchos aspectos de
nuestra historia que no deben de ser olvidados.
Ahora más
que nunca entiendo que lo más fácil es que la historia la escriban los
vencedores, y los vencedores con el tiempo, adquieren el poder de obligarnos a
creer lo que escribieron, de hacernos olvidar lo que no se escribió y de
inducirnos a tener miedo de indagar en lo que ocurrió, todo para seguir
ostentando el poder, ya sea de índole religioso, político o mayoritariamente
económico. Da igual, a ellos, a los vencedores, deja de importarles la
verdad y así consiguen que a la mayoría
de los mortales, también. Es así como se
consigue hacernos cómplices de aquellos que nos engañaron, nos asustaron y nos
dominaron. Pero el pasado tenemos derecho de escribirlo todos, la Historia no es
inamovible, la historia no está escrita en piedra, no tiene una única versión
ni una única interpretación, aunque así nos lo hagan creer. Debemos defendernos
de las ortodoxias, de las grandes verdades, para llegar a entender con más
claridad, como fueron las guerras, los enfrentamientos, las divisiones… si no
lo hacemos, corremos el riesgo de que los que no quieren sacar a la luz la
verdad, nos ganen para siempre. Ahora más que nunca, entiendo que es necesario
que nos armemos de valor, demos un paso atrás y dos hacia delante, para
entender la Historia
desde puntos de vista diferentes a lo que nos han pretendido enseñar. Se que
eso significa aprender y descubrir desde la incertidumbre, pero si no lo
hacemos nada cambiará. Está escrito: “La verdad nos hará libres”… pero si la
verdad la escriben los vencedores… que de fácil es esconderla si les interesa.
Se que en el
cementerio de Montjuïc, aparte de él y su hija Priscila me voy ha encontrar
rodeado de mucha más gente, como también sé porqué así me lo ha confirmado Jean
Philippe que la historia del “Foraster” pasará a engrosar las líneas de su
futura novela… Ambos nos hemos
comprometido más que nunca a seguir luchando por que la historia que enmarca la Guerra Civil se ajuste lo más posible a la verdad , lo haremos por la
memoria de su madre, de Paco y de tantos y tantos que lo perdieron todo.
…
— FIN
DE LA NOVELA —
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