Pedrafosca,
mediados de Febrero, 2016
...Paco ha
muerto… hoy a las doce del mediodía. Expiró en presencia de Mercedes, del
doctor y de mi persona. Estaba ligeramente sedado, tranquilo aunque aceptando
su organismo el oxígeno con dificultad. Levantó la mirada para dirigirla a los
allí presentes, sonrió levemente y pareció relajarse en un extraño suspiro tras
el cual ya dejó de respirar. Su mirada parecía perdida en algún lugar que ya
solo él conoce y en su rostro se reflejaba la serenidad…no solo por ese reflejo
lo se, sino por todo lo que ayer me dijo para descansar la turbulencia de su
alma, sí, se que ha muerto en paz…
Su voluntad
es que sea incinerado y así se hará… Mercedes ya es conocedora de la voluntad
de Paco, sucedió ayer también, justo después de que me relatara su estremecedor
secreto… ella no tuvo palabras, no supo decir nada… como torcer la voluntad de
un moribundo… su reacción fue acercarse a él y con ternura cogerle de la mano a
la vez que le besaba en la frente.
He hablado con Lucía y le he mostrado el
escrito una vez rectificado, ella ha quedado más que sorprendida impactada por
el tono del mismo. No es en absoluto agresivo, aunque es fácil suponer que será
de mal digerir para algunos, pero es la verdad y no hay porqué renunciar a
ella. Lucía va a asumir el riesgo y ha decidido que salga el escrito sin restar
una coma en la página Web del ayuntamiento y no solo eso, sino que aparecerá en
la revista que todos los años sale para anunciar las fiestas del Pueblo. Va a
ser en definitiva, eso espero, un certero homenaje a la figura de Paco.
Estoy
dudando sobre la dramática confidencia de Paco… no se que hacer ni si debo
comentarlo con alguien que me merezca la necesaria confianza. He hablado eso sí
con mi mujer, Carmela, del tema, para ella no hay secretos, nunca los ha habido
entre nosotros y tenemos la suficiente cordura para preservar el contenido de
la revelación de Paco. Hemos decidido esperar un poco, quizás unas horas para
también consultarlo con la almohada. No existen más que dos posibilidades, que
el secreto de Paco permanezca allí junto a sus cenizas o que en un acto difícil
de interpretar lo desvelemos… Todo fue tan impactante que por respetar el
esfuerzo que él tuvo que hacer al relatarlo para nada se me ocurrió
preguntarle, que es lo que él querría hacer tras su confesión… de esa manera,
la decisión es mía y de verdad que se me presenta enormemente compleja.
Paco no
quería saber nada de la
Iglesia , me lo indicó
con claridad, ni pensar en que se realizara ceremonia alguna de ese tipo. Me
pidió eso sí que pronunciara en el rito funerario del tanatorio unas palabras
en su nombre, simplemente para indicar que él no creía en cielos ni en
infiernos y que en todo caso el cielo y el infierno se encontraba dentro de las
propias personas, y que él como suponía que le ocurre a todo hijo de vecino, ya
había experimentado en vida ambas particularidades…y que si por un casual algo
de él siguiera existiendo, que lo sentía, pero cree que le sería imposible
comunicarlo… también me indicó que mostrara agradecimiento a todas las personas
que se habían portado bien con él y que no hacía falta nombrarlas porque ya éstas
lo sabían… y a todos aquellos que lo habían tratado con deslealtad pues que
allá ellos con sus cuitas, el ya estaba descansando en paz.
No fue
ninguna sorpresa comprobar como la mayoría de las gentes del pueblo acudieron a
despedir a Paco en el tanatorio, los había de todas las tendencias y bueno… los
que no congeniaron en vida con su persona por esta vez obraron con absoluta
corrección… otra cosa será contemplar sus caras cuando lean el artículo que ya
está preparado… Diferente fue el
acompañar sus restos a la incineración, allí solo estábamos media docena
de personas, quizás los que más habíamos aprendido a respetarle y por supuesto
a quererle… Por voluntad de Paco, yo debía quedarme con sus cenizas y no puso
en su momento ningún hincapié para que con ellas obrara un determinado tipo de
acción… así que con el máximo respeto a las mismas, estas permanecen de momento
en un decoroso rincón de mi casa, junto a su secreto que él me rogó figurara en
una declaración jurada y firmada por él.
Ya ha
pasado una semana desde el fallecimiento de Paco, sus cenizas siguen en mi
hogar. He pagado su funeral, me ha sobrado algo de dinero y siguiendo su
voluntad lo he cedido al ayuntamiento con el fin de que sirva para realizar
alguna obra de índole social, Lucía me ha prometido que se encargará de que ese
dinero tenga buen destino y confío plenamente en ella, se que así será… A
vueltas con las cenizas… mi mujer y yo estamos en pleno desconcierto, seguimos
sin saber que hacer con ellas y con el secreto que guardan. El tema es complejo
y enormemente delicado, tan delicado que éste se encuentra en una encrucijada
de dudas, de tremendas dudas. Hemos decidido esperar y confiar que en algún
momento algo ocurrirá y eso nos permitirá hacer lo que sea para que se despeje
nuestra incertidumbre.
Como es
lógico, lo de Paco, su historia, me ha marcado profundamente. Ahora no hago más
que pensar en lo que representa perder una guerra y seguir existiendo a la
contra, en lo mucho que tuvieron que sufrir los perdedores y en la fuerza que tienen
que poseer los que lograron sobrevivir… Al hilo de todo ello, me acabo de
enterar por la prensa que un periodista francés, va ha realizar un coloquio en
una sala de Barcelona sobre algo relacionado con la Memoria Histórica
y la Guerra Civil ,
según he leído es hijo de española que en su momento tuvo que exiliarse en
Francia… Solo leer la noticia he de confesar que me he estremecido, he de
suponer que todo ello es debido a los acontecimientos que recientemente he
tenido que experimentar. Un hondo impulso me obliga a asistir a esa charla y
siguiendo esa corriente no pienso ir de vacío, quien sabe si allí llego a
recoger alguna idea que nos inspire...
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