No lo dude usted don
Raimundo,
de trepas y lameculos
está lleno el Mundo.
De dudarlo no lo dudo
Don Vicente,
pero es que acaso no
sabe,
que también existe,
la buena gente.
Pero estos no pesan,
son livianos,
no pertenecen a este
Mundo,
ni se les ve… son
enanos.
Me sorprende usted,
Don Vicente,
le tengo en buena
estima,
y nunca ha dejado de
ser, elegante.
Lo se, lo se Don
Raimundo…
pero es que estoy
cansado
de ver tanta miseria,
en este Mundo.
Abra los ojos Don
Vicente,
no se confunda, esté
alerta,
y descubrirá el bien
entre la gente.
¿El bien?... solo
suena la maldad,
en los que mandan,
hablan y ejecutan,
¿donde, donde se
encuentra la bondad?
Creo Don Vicente que
en todo lado,
ella es discreta,
silenciosa, no destaca,
todos tenemos junto así ese hado.
…Y la violencia, el hambre, la miseria,
que me dice usted, Don
Raimundo,
este Mundo, no es más
que una feria.
Cierto, pero es que hay
de todo, como en botica,
las buenas gentes no
hablan, actúan,
son ellas, quienes al
Mundo ponen árnica.
Pero es que no lo ve
Don Raimundo
que todo se rompe…la
maldad es más fuerte,
nada que hacer, se va
al carajo este Mundo.
Discrepo de usted Don
Vicente,
el Mundo se sostiene
por el bien,
tengo esperanza, aún
creo en la gente.
Ojala tuviera usted
Razón, Don Raimundo
No se si la tengo Don
Vicente… pero si algo entiendo
es que en este
Mundo…aún somos divergentes.
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