…Seis minutos, solo fueron seis
minutos de un sueño aún fresco en mi memoria, recordaba, seguía recordando…
Entendí, que su presencia nunca fue desconocida para ciertos gobiernos de este
Mundo, y que seguía habiendo un grado de colaboración con algunos de sus
estamentos. Medidas que en secreto,
habían permitido el resurgimiento de grandes avances tecnológicos para
nuestra Era. Ellos tenían que permanecer en la sombra para el resto de
habitantes de la Tierra ,
una gran mayoría. Lo habitual, era que solo pensar en que existieran, fueran considerados
como una amenaza. De hacer pública su presencia, a buen seguro que la reacción
de una gran parte de la humanidad hubiera sido violenta o temerosa… no
estábamos preparados para recibirlos. Por otro lado, su reconocimiento podría
suponer el derrumbe de muchos otros conceptos establecidos desde siglos, las
religiones perderían su sentido, la ciencia sería cuestionada, y la filosofía
tendría que dar un giro espectacular y brusco… Pese a todos estos
planteamientos, ellos tenían que seguir con su misión como ingenieros
espaciales, vigilantes de nuestra evolución, que en absoluto podían alterar; si
bien, no dejaban de ejercer un cierto control, existían unos límites que nuestro
sistema de civilización no podía permitirse traspasar.
Seguí caminando por la vereda, las
primeras sombras de la noche se cernían sobre el paisaje dejando atrás el
atardecer. Empezaba a sentirme extraño… a la vez que la luz se iba difuminando,
también lo hacían mis recuerdos sobre ese sueño de seis minutos… un tenue velo
se estaba instalando en mi mente…
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