A
comienzos del siglo XIX el imperio británico se
había convertido en hegemónico. En la segunda mitad del XIX (la denominada Era
del imperialismo) las principales
potencias de Europa se entregaron a una carrera colonial (especialmente el reparto de África)
con gran influencia en la conformación del Mundo actual. Sin olvidar a la
colonización que corresponde a los imperios Otomano, Neerlandés y por supuesto
la Europea en América del Norte.
Lo
de África fue de escándalo, en base a trazar unas líneas rectas divisorias, donde
se separaron étnias enteras por encima de su voluntad. Las potencias
extranjeras se adueñaron de la práctica totalidad del continente africano,
esquilmando sus tesoros y colocando títeres en gobiernos conformados a su
antojo.
Cierto
es que modelaron nuevas infraestructuras y dejaron huella de su paso. Como
también es cierto que no les importó arrasar a pueblos enteros si ello lo
consideraban necesario. El resultado es de todos conocidos, África sigue en
desarrollo y sus bienes más preciados continúan en poder de los herederos de
las antiguas colonias, las multinacionales. Con la agravante de que por ejemplo
China, también se ha añadido a recoger parte del “pastel”.
Por lo tanto, no es de extrañar que debido a guerras motivadas por oscuros intereses, y también por efecto del Infra desarrollo, miles y miles de africanos quieran llegar a Europa. Si nosotros los europeos nos atrevimos a asaltar sus territorios para obtener ganancias, nos parece una consecuencia que por causas bien distintas como la desesperación, la pobreza y el hambre los africanos se arriesguen a devolvernos la moneda.
Acaso nos detenemos a pensar… ?Si la colonización de África hubiera sido justa, y en vez de esquilmar sus riquezas, estas se hubieran repartido equitativamente, respetando a las diferentes culturas y ayudándolos en su desarrollo…Acaso no hubiera sido todo diferente?. Una causa, siempre produce un efecto, aunque que para ello tenga de pasar cierto tiempo.
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