Ya
cansado de tanta vileza,
de oír hablar de corrupción,
cada día con la misma canción.
Decidí…decantarme por la belleza,
y por todo aquello que da emoción.
Las cosas simples dan más alegría
que percibir la injusticia…Sí,
prefiero ver crecer a un tomate,
que escuchar tanto disparate.
Es mejor, pasear entre el verdor,
que no ver el mal color
del que tiene el poder y no lo suelta.
Nos oprimen, nos aprietan,
unos pocos a otros muchos.
Y aunque no sea muy ducho…Sí,
prefiero ver crecer a un tomate,
hablar, caminar, estar…
y mezclarme entre la gente.
Porque al final, el fruto sencillo,
bien cuidado y respetado,
es el que más alimenta,
el que mejor huele,
y el que más alienta.
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