...
Y me acordé de una historia que me contó mi abuelo. En su pueblo había un
hombre que heredó un manzano. Lo encontró en muy malas condiciones, lleno de
ácaros y prácticamente defoliado. Puso todo su empeño en recuperar ese árbol y
lo logró. A la temporada siguiente empezó a dar algunos frutos. El siguió
cuidándolo con esmero hasta el punto que año tras año el manzano no solo
mejoraba sino que sus manzanas empezaron a abundar tanto en cantidad como en
calidad. Estaba tan orgulloso de su manzano que decidió repartir los frutos
entre sus vecinos, guardándose para sí el resto de las manzanas. Las que no se
comía, las usaba para hacer compota y conservarla.
Pero un día ese hombre dejó de existir y el manzano pasó a manos de sus descendientes. Estos actuaron de manera distinta, decidieron acaparar y dejar de ofrecer las manzanas a sus vecinos… y no solo eso sino que apenas se cuidaron del árbol actuando con absoluta dejadez. Todas las manzanas quedaron amontonadas en un gran recipiente. Un día una de ellas se pudrió y poco a poco la corrupción fue progresando hasta dejar un olor pestilente en el depósito.
Desgraciadamente para los vecinos y el propio árbol, volvieron los ácaros y el manzano entró en decadencia, hasta el punto de peligrar su existencia.
Pero un día ese hombre dejó de existir y el manzano pasó a manos de sus descendientes. Estos actuaron de manera distinta, decidieron acaparar y dejar de ofrecer las manzanas a sus vecinos… y no solo eso sino que apenas se cuidaron del árbol actuando con absoluta dejadez. Todas las manzanas quedaron amontonadas en un gran recipiente. Un día una de ellas se pudrió y poco a poco la corrupción fue progresando hasta dejar un olor pestilente en el depósito.
Desgraciadamente para los vecinos y el propio árbol, volvieron los ácaros y el manzano entró en decadencia, hasta el punto de peligrar su existencia.
…. Que
cada uno saque sus propias conclusiones.
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