lunes, 29 de mayo de 2017

La Industria farmaceútica, un mucho que es un poco...¿Habremos perdido el norte?



   Mucho es lo que se debe a esta industria, aunque no todo son parabienes, existen ciertos aspectos oscuros de la misma que no dejan de ser preocupantes… Los principios de la producción farmacológica y su desarrollo, no andan muy lejanos. Pongamos el ejemplo del analgésico  Acetofenidina,  lo que ahora se conoce como “Paracetamol”, que nació como fármaco sintetizado allá por el año 1885 a través de la potente casa “Bayer”.

   Si desde esa fecha retrocedemos, observaremos que la solución a muchos de nuestros males, partían de los herbolarios, lo cual suponía un alto conocimiento de las plantas que nos brindaba la naturaleza. Hasta no hace mucho, era muy habitual que en los pueblos existieran muchas personas conocedoras de su entorno y que eran capaces de curarse alergias, catarros y dolores a base de extractos de ciertas plantas… Ese mucho, que significaba el conocimiento de la naturaleza de las plantas a mediados del XIX, entrando en el siglo XX y sobre todo ahora en el XXI se ha convertido en un poco. Por el contrario, lo que en el siglo XIX era poco, refiriéndose a la industria farmacológica, ahora es exageradamente mucho, hasta el punto de que hemos perdido el norte y el conocimiento ancestral de las plantas prácticamente ha desaparecido.

   Y no solo prácticamente ha desaparecido, sino que tiende a criminalizarse dicho conocimiento, por la simple razón de que el libre uso de muchas de esas plantas  podía causar inconvenientes al negocio de la industria de los medicamentos… Pongamos solo dos ejemplos de plantas milenarias, usadas por infinidad de culturas y ahora prohibidas en muchos países: La “Perilla frutescens”, un potente antihistamínico natural, y la “Cannabis Sativa” analgésico eficaz como tratamiento para el dolor, aunque su uso haya derivado hacia aspectos bien diferentes.


Resumiendo… poco a poco, las sociedades tienden a desnaturalizarse, y las Industrias farmacológicas a “forrarse”.


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