El Reino de los
cuentos y de los sueños tiene algo de peculiar, todo es posible…y por si no lo
sabéis, existen dos frases mágicas: una para entrar “Quieto parao” y otra para
salir “Cuidao”
Sucedió una vez que
Pedrito, niño travieso donde los haya, andaba trasteando por el bosque…
¿trastear?, ¿Que es lo que significa
esta palabra?; bien, os lo diré: “Trastear es andar con viveza y travesura en
algún asunto”… vamos, hacer el trasto.
Resulta que Pedrito
cuando ese día paseaba junto a sus padres por el camino del bosque cercano a su
casa; como de costumbre no paraba quieto, una vez rompía una rama, otra tiraba
una piedra, otra destrozaba una planta… jugando, siempre jugando pero sin
excesivo miramiento hacia lo que le rodeaba. Hasta que conforme iba caminando y
haciendo el trasto, se encontró con una hilera
de hormigas, todas ellas cargadas con algo útil entre sus mandíbulas que
llevaban presurosas al interior de su nido
Su primer instinto
fue elevar el pie y aplastar unas cuantas de un pisotón…pero ocurrió entonces
algo sorprendente:
—
¡¡¡Quieto
parao!!!
…Y de golpe Pedrito se vio reducido al mismo tamaño que las
hormigas. Una de ellas que era un soldado que andaba por ahí junto a las
obreras, le tiró de una oreja y la llevó al interior del nido, para llevarle a
presencia de la Reina Filipa, que así se llamaba.
—
Que
pretendías hacer niño…—dijo la Reina—
—
Yo
pues…
—
¿Pues
que?... acaso, según me han contado no pretendías aplastar a unas cuantas
hormigas con tu pié…Nada de excusas, Verás niño, quiero contarte algo:
Y entonces la Reina
Filipa, le contó al niño como era la organización de su nido: Resultaba ser
algo similar a un castillo, donde había hormigas soldado encargadas de la
defensa, hormigas obreras encargadas de trabajar, había además en el nido un
invernadero, sala de lactancia para las hormigas bebes, graneros, despensas,
calefacción, incubadoras donde nacían las hormigas, cámara real… una perfecta
organización. Le contó además que las hormigas ya estaban en la tierra cuando
la época de los dinosaurios, que sabían cultivar y que existían millones de
ellas en todo el Planeta y que aunque pequeñas tenían una gran importancia para
el equilibrio de la Tierra… Pedrito entendió perfectamente el mensaje que le
transmitió la Reina, se despidió de ella y se dejó acompañar por la hormiga
soldado hacia el exterior del nido… Una vez allí se asustó al comprobar que
seguía siendo pequeño y temió no poder salir
del Reino de los cuentos, hasta que…
De repente observó
como la imagen gigantesca de su padre se acercaba hacia el, y como la poderosa
planta de su pie estaba a punto de aplastarle accidentalmente junto a un montón
de hormigas que habían por su alrededor… y es entonces cuando pronunció muy
asustado:
—
¡¡¡Cuidao!!!
Y Pedrito volvió de
repente a su tamaño natural. Su padre preocupado porque hacía rato que no lo
veía, le inquirió:
—
¿Dónde
estabas, que hacías?
—
Nada
malo papá, y vigila cuando andes por el bosque, has estado a punto de matar de
un pisotón a un montón de hormigas.
FIN
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