En
estos días convulsos tanto para Catalunya como para el resto del País, hecho
mucho en falta seres relevantes con la capacidad de templar los ánimos…Estamos
entrando de lleno en un fenómeno de radicalización; es decir, dos partes que
echan raíces de sus posturas y no se apartan de ellas.
Lo
radical, es el preámbulo de un conflicto. Ambas partes intentan manipular a su antojo a
la plebe. Instrumentan tanto leyes como medios visuales o escritos para conseguir
efectos partidistas, pero nadie toma posturas conciliadoras.
Si no
aparecen válidos mediadores capaces de apaciguar los ánimos, y se deja que el tiempo pase mientras se calientan las calles, el incendio será un hecho.
No obstante, toda revolución tiene su causa.
Sin duda que esta causa deberíamos encontrarla en la Historia de un País…Toda
dictadura lleva consigo un importante lastre que no se disipa hasta pasadas
varias generaciones. La democracia no es un efecto que se consigue por arte de
magia… lleva su tiempo consolidarla.
La libertad, en la sociedad de nuestros días bien
parece una quimera… pero debemos perseguirla por el camino de la utopía.
Y para
acabar, solo indicar que me asombra enormemente la ceguera de cierta clase de
dirigentes, incapaces de entender lo que significa que la gente, el pueblo en
gran mayoría salga a la calle a protestar por algo que consideran injusto, o ha
defender lo que entienden como justo. Es difícil explicar que tantos cientos de
miles de personas puedan ser manipuladas… es preciso detenerse ahí y tratar de
entender los acontecimientos... Si se consigue templar los ánimos a través de
un diálogo coherente y razonable, se evitará el incendio… pero lamentablemente,
entiendo que va a ser difícil evitarlo, los ánimos están en estos momentos,
muy, muy caldeados.
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