Una de las ventajas de tener cierta edad, es
que puedes hacer balance de tu propia existencia.
Fui educado en una sociedad católica,
patriarcal, autoritaria y por supuesto machista, de eso no tengo ninguna duda.
Todo ser humano tiene sensibilidad, como
podemos dudar de esto. Pero el hecho de que un varón nacido en una sociedad de
este tipo, la manifieste sin complejos,
puede generar cierto desconcierto en la mentalidad de un adolescente.
En aquella época, que no dista mucho de la
actual, por el hecho de tener amigas, podías correr el riesgo de ser tachado de
“mariquita”. Si te manifestabas contrario a la brutalidad, por ejemplo con los
animales, también eras un “mariquita”. Si eras un soñador que preferías
contemplar las estrellas a realizar gamberradas, más “mariquita” aún.
Si digo todo esto, es simplemente porque
entonces ya podías darte cuenta, de la tremenda disgregación que tenía el
género femenino. De entrada niños y niñas estaban separados en la educación.
Las niñas de princesas en la primera comunión, a jugar con cocinitas y
muñequitas. Eran rechazadas en los juegos masculinos, miradas de reojo y
burladas.
Transcurre el tiempo, ya no eres un
adolescente sino un conquistador… y descubres desde el latido masculino como se
conceptúa a la mujer como un objeto. Se las observa, lo que provoca más atracción es su “belleza” y se deja un tanto
de lado a las “feas”. Si alguna de ellas abandonaba ese rol y transgrede ese
tipo de “belleza”, pues pasa simplemente a ser un “marimacho”.
Ahora, ya soy adulto, muy adulto, todavía
observo que la mujer sigue teniendo problemas de cara a su total integración en
una sociedad todavía machista, no parece tener los mismos derechos que los
varones, las mismas oportunidades. Por el hecho de ser mujer, simplemente por
este hecho y no por otra cosa, no puede competir por la igualdad. Para muestra
un botón: En mi empresa, se llegó a rechazar para un puesto de responsabilidad
a varias mujeres, por supuesto que perfectamente preparadas, solamente por una
circunstancia totalmente inevitable…”estaban en edad de procrear”.
Podría extenderme más y
más… pero me quedo con una frase: Nuestro Planeta, en todos sus órdenes,
necesita sensibilidad. Si las mujeres estuvieran al frente, otro gallo
cantaría. Pero me conformo simplemente con que tengan los mismos derechos, las
mismas oportunidades. Y porque no, soñar con que los varones seamos capaces de abandonar el
estúpido machismo, y tengamos la suficientemente valentía para manifestar sin tapujos nuestra
sensibilidad.
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