sábado, 28 de abril de 2018

Meditaciones: "Sociedad ciega"


   Es una época extraña, curiosa la que nos toca vivir. Desde un tiempo a esta parte ocurren circunstancias no gratas, que son así consideradas por una parte importante de este País llamado España. La calle está revolucionada y las pacíficas protestas son generalizadas. Un día las mujeres se manifiestan solicitando igualdad. Otro día les toca el turno a  los pensionistas demandando justicia social. Muy recientemente es  el sentido común el que protesta por una justicia sujeta a unas leyes obsoletas y machistas, que no sabe discernir lo que es una violación. Constantemente nos manifestamos en contra del alto índice de corrupción. También nos manifestamos y escandalizamos por la falte de sensatez, por las mentiras y caras duras de algunos personajes influyentes de la política. Son muchos los que entienden que la libertad de expresión es partidista, unos pueden decir disparates y otros no. Y porque no decirlo, son múltiples los que se suman en la línea del independentismo, cansados de gobiernos nacionales que van a su bola y están salpicados de corrupción.   La calle protesta por estas y otras causas consideradas injustas, pero la mitad de este País no se entera.

Esa mitad del País, seguirá votando a los mismos, les importa un “pimiento” las injusticias sociales y considerará que es mejor que todo siga igual, algunos  incluso recordando con cierta nostalgia épocas pasadas. En consecuencia, el gran valor que el  voto tiene en un estado democrático se divide, dando como resultado una evolución social lenta y hasta a veces dolorosa.


Yo le pediría a esa Mitad del País que no se entera o no se quiere enterar, que meditara su postura y que permitiera el intento de cambio hacia algo más digno. Que no ocurra como en mi pueblo me dijeron una vez: “Mira, no te metas, mejor que todo siga igual, como siempre ha sido”   


lunes, 23 de abril de 2018

Poemas: "Homenaje a las rosas"

   Tu nombre es una flor,
en el tallo espinas.
   Para llegar al color
sé que lo adivinas,
una herida... y dolor,
pétalos de hebras finas
delicado y fragante olor.
   Sí... lo imaginas
te hablaré de amor
y de todo aquello
que te dé calor.
   Tu cuerpo es bello
transmite candor
pero... y eso
que deseas con fervor.
   Como siento que lo sientes
y como quiero que lo cuentes,
en una tarde al sol,
tranquila y relajada
desde tu crisol.
   Sabes, mi bien hallada,
te creo enamorada
y no puede la vida
dejarte, sin morada.

...        ...        ...

   Como el capullo de seda

que deja paso a la mariposa.

   Como las bayas oscuras

que liberan al exquisito jazmín,

dejemos que las rosas

se abran por si solas,

tiempo habrá para el color,

para el deleite del perfume,

para sentir, que todo es amor. 



martes, 17 de abril de 2018

Meditaciones: "El circo de la política"

…Del que no pienso comprar entrada alguna. Como es posible que impere tanta desfachatez, tanta mentira. Tanto embolado de ideas y planteamientos. Es que se piensan que la mayoría de la población somos “tontos del culo”, y perdón por la expresión. Me sabe mal decirlo, pero es que escucharlos ya es una tortura. Creo que los que nos gobiernan no son los mejores, sino una ralea de seres que solo desean el poder y les importa un pimiento la sociedad. Por un político decente (y los problemas que debe tener para mantenerse digno), puede haber una docena que no lo son. Siento, siento de verdad decir todo esto, pero es una cuestión de imagen y la que dan es en verdad penosa.

   Mentiras, corrupción, privilegios, una justicia partidista, apoderamiento de títulos sin esfuerzo, que decepción. Deberíamos de una vez soltar el lastre de la ignorancia y decir basta. Ese estilo de vida que nos marcan los políticos no es deseable. Cuanta valentía falta, cuanto criterio se necesita. Es necesario que algo cambie, porque sino es así vamos directos al caos.

   Por cierto, no doy nombres, para qué, para que me apliquen la ley mordaza. Además no hace falta, en este País España también existe el sentido común y la decencia lo cual nos permite entenderlo todo. Abogo por la resistencia  y por la fortaleza del raciocino  para no caer en el engaño. Porque hasta que no se demuestre lo contrario y como ya dijo hace unos años Saramago: “La democracia se ha convertido en un instrumento de dominio del poder económico y no tiene ninguna capacidad de controlar los abusos de este poder”.


viernes, 13 de abril de 2018

Poema: "La cruda realidad"


   Es duro ver más allá,
de lo que nos quieren hacer ver,
por eso imploro al vacío
y reniego, de tanta falsedad.
   Me pregunto…
si es necesario pensar,
si vale la pena luchar
para intentar, cambiar.
   Me surgen las dudas de todo
y no dejo de preguntar:
   Podrá la belleza paliar
la horrenda vanidad del miserable.
   Podrá el amor sobreponerse
a las necias acciones
de los seres repugnantes.
   Podrá la sensibilidad defenderse,
de la crudeza de un mundo absurdo.
   Podrá la libertad desatarse
del yugo de la dependencia.
   Podrá el criterio vencer,
a la estúpida insensatez.
   Podrá la verdad imponerse,
en el ruedo de la mentira.
   Podrán mis ojos cerrarse
y soñar con maravillas,
sin que al abrirse observar,
que todo sigue… igual 


jueves, 12 de abril de 2018

Meditaciones: "Inteligentes, listos y listillos"


   Me atrevo a aseverar que las personas inteligentes no necesitan haber pasado por la universidad. Es más, incluso pueden llegar a ser sabios en su ámbito natural sin titulación alguna, y curiosamente suelen ser humildes.

   Listos los hay a miles pero no todos son inteligentes y sí que pueden tener no una sino varias titulaciones adquiridas con relativo esfuerzo en función de sus capacidades innatas. Aunque creo que entre el listo y el inteligente existe una frontera que no es fácil de traspasar.

   En cuanto a los listillos… ufff estos si que son peligrosos. Se creen inteligentes, por supuesto que se esfuerzan por ser listos pero no siempre convencen. Saben mentir y aparentar con una facilidad pasmosa. Su verborrea es a veces prodigiosa para intentar convencer a la ignorancia. Forman parte casi siempre de círculos cerrados. Desean tener títulos a mansalva, muchos de ellos adquiridos de manera demasiado fácil o fraudulenta. Les interesa sobre todo aparentar, simular que son grandes seres humanos, cuando en realidad están a la cola de lo que representa la dignidad. En el fondo son pobres seres incapaces de reconocerse a si mismos.


Y lo más preocupante es… que muchos de los listillos  suelen estar en la punta de la pirámide social. 


martes, 10 de abril de 2018

Novela: "La senda del porvenir" (Capítulo primero-"siete")

Tras el incidente y el buen detalle de la anciana, ocurrió que acerté a alzar mi mirada hasta obtener un plano horizontal. Pude ver la circulación de vehículos a mi derecha y gente de todo género y condición deambulando por la acera. No estaba yo para conseguir atinar con más detalles, solo una idea en mi cabeza.

El curso escolar había tocado a su fin, y en mi mochila una “bomba” a punto de explotar. Estaba atrapado, nada ni nadie podían evitar lo que ya era irremediable. Tenía muy claro lo que iba a ocurrir. No paraba de recitar como un mantra lo que indicaba la cartilla: Lengua, 3 Filo,4 Mates,2 Economía,2 Historia,4 Proyecto,3 Educación física,4… es que ni esa. Fatal, fatal, fatal,  y además repitiendo curso.

¿Qué estaba pasando en mi existencia? “Ni zorra idea”, como he oído  decir a algunos.  El caso es que en cuando se enterase mi padre, sobretodo, y ya no debería de ser una sorpresa para el, me esperaba algo más que una reprimenda. Ni pensar quería en las palabras que llegarían a mis oídos; si recibía algún tortazo que otro, ya eso me preocupaba menos…  ¿Porqué debería sentirme  tan inútil como para renunciar a todo en la vida?, aunque en conjunto mi realidad parecía indicar que yo, ya era un fracasado con tan solo quince años.

Y todo… porque simple y llanamente era un soñador, y no es que esto sea una palabra de mi cosecha, se la oí decir a una vecina cuando mi madre le estaba contando los problemas que tenían conmigo. Lo que sí había llegado a mis oídos con insistencia era una frase: “Estás en babia”. Que culpa tendría yo si me sentía desplazado de todo lo que me rodeaba, nada me gustaba, nada. Prefería siempre aislarme del entorno y dejar que por mi cabeza pasaran mil y un pajarillos, definición que recogí de uno de mis profesores: “¿Tienes pájaros en la cabeza o qué?… Vale, que sí, que la realidad es lo que muestran los ojos, el tacto, el oído, el gusto, el olfato, y las bofetadas que siempre recibía y no siempre por obra de la palma de la mano de mi padre.

Estar en babia”, “pájaros en la cabeza”… ya tengo las suficientes entendederas pese a mi temprana edad para interpretar que estas dos frases están ligadas con una sola palabra: imaginar.
Y no hacía falta mucho imaginar para adivinar lo que me esperaba.

No tomé el ascensor para acceder al ático donde vivíamos, preferí subir los escalones uno a uno y con la máxima cadencia posible, como si con ello quisiera dilatar el espacio/tiempo. Cada escalón era como acercarse al cadalso donde irremediablemente se me iba a ejecutar. Más pronto de lo que me esperaba, a pesar de tomar respiro en más de un rellano, llegó la puerta nº 2 ante mis narices. Tomé la llave, abrí y ni siquiera fui a ver a mi madre; directamente me encaminé a mi habitación. Una frase sacudió las paredes de la casa:

—Daniel, ¿estás ahí?

 Mi respuesta fue inmediata:

— “Si madre soy yo, ya he llegado

No tardó en llegar el reproche:

— ¿Tanto te cuesta hacerte ver?

Frase que cuadraba perfectamente con mi situación, me hubiera gustado ser invisible. Sabía que mi padre no tardaría en llegar del trabajo, también entendía lo que iba a suceder y me estaba preparando. ¿Cómo?, no se me ocurrió otra idea que ponerme de rodillas sobre la cama y como si fuera un autómata, mirar obsesivamente siete dedos de mi mano, uno por cada “cate”.

No se bien el tiempo que estuve en esa actitud, pero el colchón bajo mis rodillas ya parecía horadarse. Sonó la puerta de entrada con inusitado estrépito. No podía fallar, tamaña intensidad de sonido indicaba que acababa de llegar mi padre. A continuación una frase llegó a mis aturdidos oídos, la estaba esperando:

 —“María, ¿ha llegado ya Daniel?...

Diablos y más diablos, es que no podría esperar un poco más, llega y ya está preguntando por mí, que obsesión:

     “Está en la habitación, Gerardo”
      “Dile que venga María”

Ya estamos, el muy… tiene que usar a mi madre como cómplice de mi tortura.

     Daniel, sal de ahí, ha llegado tu padre”…

Como si no me hubiera enterado…

      “Voy”.

Lentamente abrí la puerta de mi habitación, apenas sufrieron las bisagras por mi empuje, más lentamente aún me encaminé hacia el punto fatídico del comedor, empujé la puerta suavemente y salió de mi garganta una palabra entrecortada, casi parecía un carraspeo:

—“Hola

Su contestación no dejó de sorprenderme:

“Que te pasa en la voz hijo, ¿estás acatarrado?”

Hubiera resoplado de buen gusto, pero me contuve. Más que una sonrisa, sentí que en mi rostro se dibujaba una mueca, fruto del desconcierto:

—“Venga, a comer, hoy tengo algo de prisa

Será posible—me preguntaba—, es que no se acuerda que hoy tenía que entregarle la cartilla con las notas. Empezamos a tomar el alimento, y a cada bocado esperaba oír la consabida pregunta:

 — ¿Y bien, donde están esas notas?,

Pero no. Acabó de comer, se rozaron sus labios con la servilleta, dio un beso a mi madre, me hizo un gesto extraño con la mano y se fue. Aquello me sentó como una tregua a mi condena… Al acabar de comer volví a la habitación, me puse de rodillas sobre la cama, justo en los dos huecos que ya existían, miré los siete dedos de mi mano y empecé a balancearme obsesivamente, recitando mentalmente el mantra: “siete, siete, siete”...




jueves, 5 de abril de 2018

Meditaciones: "La Ignominia"


(Que por cierto significa, “Afrenta Pública”)

   Como ciudadano de este País, estoy muy preocupado. Visto lo visto y tal como nos llegan todo tipo de informaciones, resulta: Que tengo derecho a dudar, de la política, salpicada por múltiples casos de corrupción. Tengo derecho a dudar de la Justicia, porque no mide a todos por el mismo rasero. Tengo derecho a dudar de la monarquía institucional porque nadie la ha votado, y porque en su entorno no todo el “trigo” es limpio. Tengo derecho a dudar del ámbito de la Universidad, porque parece ser que existe trato de favores, negocio y “regalo” de titulaciones (por cierto, si yo fuera un universitario en la actualidad, viéndome obligado a trabajar y estudiar y a esforzarme para sacar la carrera, ANDARÍA BASTANTE CABREADO), perdón si he levantado la voz.


    Prefiero no seguir para qué, si parece ser que no sirve de nada denunciar y denunciar tantas irregularidades en nuestro País. Y siento decir que me duele en las “entretelas” que gran parte de la población de esta “nación” llamada España, le importe todo esto un “pito” Amen


miércoles, 4 de abril de 2018

Cuento:"Enara, la pequeña golondrina"

EL PORQUE DE TU NOMBRE (Capítulo)

   Cuando ella nació,  las primeras golondrinas llegaban alegres al viejo pueblo de Vizcaya. No les costó mucho a sus padres decidir cómo llamarla, Enara que en Euskera significa golondrina.
   Enara fue creciendo junto a la hierba fresca, los montes redondos y verdes; y el cielo, que no siempre era azul y radiante y podía cubrirse de nubes grises y compactas que dejaban caer a menudo una lluvia fina y persistente.  Pronto conoció el curso del río, los chopos de la ribera, las fuentes que manaban continuamente agua fresca y transparente, el mugir calmoso de las vacas, el canto de los gorriones. Era curiosa, su mirada llegaba hasta los más inverosímiles rincones, sus manos lo palpaban todo, y sus palabras se llenaban de preguntas que no siempre los mayores sabían responder. Incluso sus padres, a veces, la había tratado como a una niña tonta porque no llegaban a entender su curiosidad. Cierta incomprensión no le importaba, Enara tenía el recurso de su imaginación siempre que le era necesaria, se inundaba de fantasía y solucionaba así sus interrogantes, sobre todo aquello que las personas adultas no le resolvían. Pero existían casos muy particulares donde la imaginación no le servía, era entonces cuando necesitaba de su abuela Estíbaliz, a menudo sentada tranquila en su mecedora, haciendo encaje de bolillos y viendo pasar la vida por su lado sin apenas inmutarse. Nunca le faltaba a la abuela una palabra, una respuesta precisa y puntual hacia las preguntas de Enara, gracias a ella conoció algo que siempre le había inquietado desde que apenas nació, el mundo de las golondrinas.

   Una tarde, Enara dejó sus juegos y se sentó en el porche junto a su abuela. Tenía ganas de hablar con ella y de hacerle unas preguntas que nadie hasta el momento le había sabido responder:
-         Abuela Estíbaliz, ¿Por qué me llamaron Golondrina?
-         Porque con ellas llega la alegría.
-         No es lo que quiero que me digas, ya sé que nací en primavera y que todos se pusieron muy contentos, tanto papa como mama lo han dicho muchas veces. Quiero que me expliques que tengo  que ver yo con las golondrinas.
-         Bien querida Enara, te contaré toda la historia de tu nombre... Antes, la casa era  pequeña: el comedor, la cocina, las dos habitaciones de abajo, el cuarto de baño, la terraza... y para de contar.
-         ¿Y la habitación de arriba?,  Abuela.
-         Ahora te lo explico... Arriba existía el desván. Era un desván trastero que no hacíamos servir para nada.
-         ¿Trastero..?.
-         Si mi niña, que allí nada más habían trastos... y algo más. Anda, no me interrumpas y déjame continuar la historia.
-         Está bien abuela, sigue, escucharé callada.
-         Lo dudo...   Bueno, pues como te decía, aquel desván tenía la misma buhardilla que ahora conservamos, solo que sin ningún cristal sano. El aire, la luz entraban sin oposición. Las vigas estaban deterioradas y mostraban claros signos de carcoma, había mucho polvo. El suelo aparecía con una capa de cemento y muy irregular. Nadie subía, solo yo iba de vez en cuando porque existía algo que me gustaba contemplar.  

-         ¿Qué era abuela?
-         Espera...       Hacia finales de abril, se oía en el desván unos sonidos... ¡frrttt, frrttt! , siempre acompañados de continuos revoloteos. Era un pájaro ágil y esbelto, con unas largas alas negras salpicadas de reflejos azul oscuro, el pecho blanco y una cola afilada y bifurcada. Traspasaba continuamente la ventana rota de la buhardilla para recomponer su viejo nido junto a la viga. Unas veces traía barro, otras pequeñas pajitas, en ocasiones hierba, heno. Yo observaba como ella mezclaba todo lo que traía con su propia saliva, y poco a poco iba consolidando el que sería su próximo hábitat. Luego de tener el nido bien preparado, durante tres semanas aproximadamente, se producía un silencio absoluto, la golondrina no salía apenas del nido.
-         ¿Por qué?
-         Veras mi niña... ocurría que la pequeña ave, había puesto los huevos y los incubaba pacientemente, dándole calor con su cuerpo y su plumaje. Un buen día, el silencio en el desván desaparecía y su lugar era ocupado por un suave y persistente alboroto en el nido. La golondrina sale de su cobijo, vuela y traspasa la ventana de la buhardilla. Se oyen pequeños murmullos... y silencio. Al poco rato regresa ágil y veloz. Del nido surgen tres, cuatro, cinco pequeñas cabezas con el pico exageradamente abierto... pifff, pifff, pifff, empieza un concierto. A partir de entonces se origina una urgente y pertinaz serie de vuelos por parte de la golondrina y su pareja. En cada viaje llevan un insecto que han cazado en el aire, y lo depositan en uno de los picos abiertos. Durante muchos días los papas golondrina no cesarán de volar para que a sus pequeños no les falte la comida.

-         ¿Y todo eso lo veías?
-         Sí... Las golondrinas no se ocupaban de mí, entraban y salían, salían y entraban, era un espectáculo maravilloso.
-         ¿Por qué dices era, abuela?
-         Porque un día esas escenas desaparecieron del desván, y tú tienes parte de culpa; mejor dicho, toda… querida mocosa.
-         ¿Yo?...
-         Sí, tú... Tus padres pensaron que cuando nacieras faltaría espacio y decidieron arreglar el desván.
-         Y las golondrinas... ¿qué pasó con las golondrinas?
-         Nada, no les pasó nada... ellas se fueron.
-         ¿Se fueron?...
-         Sí claro. Cuando llega el mal tiempo marchan muy lejos todas juntas. Fue el otoño antes de nacer tú cuando se iniciaron las obras del desván.
-         ¿Y a donde se van abuela?

-         Esa historia te la contará otro día, ahora se trata de que sepas la razón por la que te llamas Enara... Llegó la primavera y el desván ya estaba arreglado, se convirtió en la habitación de tus padres. Entonces fue cuando llegaste tú  y también la golondrina. No parabas de moverte en el vientre de tu madre, querías salir a conocer el Mundo. Todos esperábamos impacientes a la comadrona para que ayudara en el parto. La mamá se colocaba las manos en la tripa, se quejaba. Tú estabas a punto de salir, y entonces... se oyó un golpe seco en la ventana. Todos vimos como la golondrina quería entrar por la misma ventana de la buhardilla, ahora con un grueso cristal. Volaba en pequeños círculos, inundaba el espacio de alegría. La mamá se relajó al verla, tu padre pronunció: ¡Enara, se llamará Enara!... Vino la comadrona, y nació una niña feúcha y arrugada…


martes, 3 de abril de 2018

Poema: "Tierra"

   Es ella quien sostiene nuestros pies.
   Sobre ella fertilizamos los sueños,
y caminamos como dueños
de un destino por venir.
   Sobre ella se vierte la sangre,
de la discordia y el horror.
   Sobre ella se nace se vive y se muere,
y no siempre se hace con honor.
   En su suelo surgen los anales
colmados de historia y  evolución.
   Sobre ella se escribe la épica
la lírica y la emoción.
   Es ella quien nos alimenta,
y nos deja respirar.
   En ella reposan nuestros huesos,
para que el alma se aligere.
   Sobre ella es como viajamos,
por los espacios infinitos.
   Es ella, quien sufre los desmanes
del ser humano sin sentido.
   Es ella quien observa y se revela
cuando abusamos de su sino.
   Y es ella quien constante nos recuerda,
lo poco  que sabemos, de su memoria.


domingo, 1 de abril de 2018

Meditaciones: "El difícil ejercicio del criterio propio"


Nuestra existencia, se basa en toda una serie de causas, que genera una experiencia acumulada a lo largo de los años. Partiendo de esa interesante base, somos capaces de desarrollar un criterio propio.

Pero… y no podía faltar esta palabra, lamentablemente no siempre es así. Acostumbramos a dejarnos llevar por secuencias que nada tienen que ver con nuestro propio criterio. Ahí entran los medios informativos, agentes de comunicación, opiniones ajenas, etc. Esta costumbre nos condiciona al servicio de los otros y nos resta libertad. De ahí surgen las falsas interpretaciones, las insidias, los malos “rollos”, la manipulación, etc.

Cuando alguien desarrolla un criterio propio y se atreve a manifestarlo, se enfrenta a dos consecuencias. La primera, que sea rechazado por los que se consideren aludidos y contraataquen pero no siempre de frente. La segunda, que simplemente se encuentre cara con cara con otro criterio propio. Es fácil, que de ahí surja un debate, posiblemente constructivo. Nadie tiene la razón eterna ni la verdad absoluta.


Por cierto, la palabra “Criterio”, proviene del Griego y su significado es “Norma para conocer la verdad”… No parece nada malo pues tener el valor de desarrollar el criterio y hacerlo propio, siempre estaremos más cerca de la verdad.