sábado, 30 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: Sobre el presente, pasado y futuro del planeta, breves reflexiones


La primera reflexión puede sonar a radical: “El futuro no existe”, es un invento donde caben tanto las esperanzas como los miedos.

En cuando al pasado: Los geofísicos calculan que la edad de nuestro planeta es de 4.470 millones de años. Y los datos históricos más antiguos surgen de la era Mesozoica o Secundaria (Era de los dinosaurios) que tuvo su inicio hace 251 millones de años. Luego quien se atreve a diagnosticar que lo sabemos todo… Recojamos datos históricos desde hace tan solo 5.000 años atrás, cuando no se conocía el Mundo en su totalidad. Estaba basado en una serie de civilizaciones desconectadas entre si que aparecían y desaparecían en función de su decrepitud o conquistas, con un potencial de destrucción insignificante.  

Tan solo nos queda reflexionar sobre el presente como algo objetivo y serio, muy serio… Ahora el planeta, nuestro planeta está totalmente conectado entre sí, lo que le da una imagen de civilización única… donde tienen cabida multitud de conceptos políticos, morales, filosóficos, religiosos, económicos, culturales… donde caben tanto la coherencia y el sentido común como los fundamentalismos más extremos… y no lo olvidemos, con una inquietante y poderosa capacidad de destrucción masiva.


Entonces, si el futuro no existe… ¿A dónde vamos y de quien depende?


viernes, 29 de agosto de 2014

Poema: Utopía, sin ella...

Utopía, sin ella…
no estaríamos aquí hoy en día,
o andaríamos a gatas
sin dejar ninguna huella.
Es acaso utopía…
desear la libre energía
o liberar de la corrupción
a la dichosa economía.
Es acaso utopía…
 desear un Mundo mejor
porque en el que conocemos
no existe la armonía.
Platón, More, Bacon, Rousseau
fueron paladines de la utopía
y dejaron huella por su porfía.
Acaso desear ese Mundo mejor
es citar a la utopía…
No abracemos tanto error,
y caminemos con esa guía
que solemos llamar amor.
Contagiemos ese deseo
para que flaquee el dolor.
Abracemos a la cultura
para restar esa ignorancia
que genera, tanta amargura.
Dejemos de lado a los dioses
para encontrar el crisol
que cada uno llevamos
como un naciente sol.
Demos luz a nuestro Mundo
antes de que se apague
victima… de tanto error.

Jean-Jacques Rousseau
28/06/1712 - 02/07/1778

martes, 26 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: Corazón o cabeza

E aquí un gran dilema…

La clave de la felicidad puede estar más cerca del corazón que de la cabeza… porque es muy fácil perder la cabeza por un asunto del corazón.

Claro que… solo con el corazón no funcionamos, necesitamos de la cabeza.                     

Luego por tanto, la felicidad puede radicar en un sensato equilibrio entre la sensibilidad y la inteligencia.


lunes, 25 de agosto de 2014

Cuento: Capítulo . Rumor - "Memorias de una ardilla"

No sabíamos por qué madre nunca nos llevaba en una determinada dirección del bosque. Conocíamos las copas de muchos árboles, habíamos penetrado en peligrosas zonas de matorrales, sabíamos del río que fluía en la hondonada, atravesamos infinidad de sendas. Aquella zona no parecía distinta y sin embargo jamás la habíamos hollado. Aprendimos a observar el juego del pájaro reyezuelo en los zarzales y el temible vuelo bajo del cernícalo. Nos reíamos de la musaraña y quedábamos inmóviles ante la proximidad de la comadreja. Vimos al hombre, a la víbora, al cielo y hasta el mismo sol, a la luna que plateaba la noche; acaso podíamos encontrar algo distinto en aquella zona del bosque, el cuervo y su pareja la sobrevolaban, entre sus árboles se escuchaban signos de vida. Nada allí parecía diferente, salvo el rumor que de tanto en tanto surgía entre la espesura de ese sector misterioso.  Empezaba débil, se intensificaba hasta hacerse vibrante y luego desaparecía tal como vino. A veces los rumores eran seguidos, otras distantes uno de otro. Era imposible precisar un tiempo, un ciclo, el rumor resultaba tan intrigante como una noche sin sombras. 

Mis hermanos, prudentes, se conformaban con seguir a madre y no se complicaban la existencia; yo en cambio había nacido inquieta, curiosa, deseaba conocerlo todo. Porqué el misterio tenía que frenar mi afán de descubrir. Sin que madre lo supiera guié mis pasos hacia la zona del bosque que me intrigaba. Al entrar quedé quieta, observando. Con los pinceles de mis orejas altos rastreaba los sonidos, palpaba el aire estirando los bigotes, mientras mis ojos redondos enfocaban el entorno. Me guiaba por el rumor, orientaba mis pasos hacia él. Cuando más me acercaba menos parecían cantar los gorriones, pero el mirlo continuaba saltando desde su cobijo en los arbustos y las arañas tejían igual sus trampas a los insectos. Estaba cerca, cada vez más cerca. Ahora el rumor, cuando llegaba, se había convertido en un zumbido rápido y cortante que hería el espacio, pasaba y luego desaparecía.

Llegué a un punto donde terminaba la hierba, la hojarasca, las pequeñas ramas y los brotes. Un camino ancho, frío y gris rompía la espesura. Estaba formado por minúsculas piedras aprisionadas sobre el suelo. Quedé quieta en el margen sin atreverme a pisarlo, luego anduve por su borde. Apenas di unos pasos cuando pude ver a un sapo totalmente aplastado sobre la superficie gris, estaba tan plano como una hoja. ¿Quién podría haber hecho aquello? Decidí entrar en aquel lugar, justo entonces, percibí de repente un ruido progresivo, constante. Me giré sorprendida en la dirección del sonido, algo monstruoso avanzaba recto y veloz hacia mí. Sus patas eran cortas y rodantes, el cuerpo voluminoso y ancho, con unos ojos rectangulares y frontales que miraban fijos. Muy asustada intenté apartarme del camino cruzándolo antes de que llegara la amenaza, pero al alcanzar el otro extremo una enorme pared de piedra me impidió el paso. Quise escapar hacia el otro lado y cuando ya estaba en la mitad del camino gris, el monstruo se abalanzó sobre mí. Un instinto poderoso hizo que me quedara quieta y agachada mientras era engullida por él en la cumbre de su sonido. Como por un milagro reaccioné justo cuando el furor desapareció del lugar sin detenerse, me encontraba ilesa. No paré de correr hasta dejar atrás aquella zona maldita del bosque, y juré que nunca más volvería.

sábado, 23 de agosto de 2014

Poema: En el camino esta...

Caminas sin saber a donde,
pero caminas...
y en el camino está,
lo que deseas encontrar.
De donde sale tu fuerza,
de donde tu caminar.
Camina, camina,
que pronto lo vas a encontrar,
ese amor que tanto buscas
y que te hace despertar.
Haz un alto en el camino
y piensa... que también te buscan.
Camina, camina, no dejes de andar,
verás que pronto, lo vas a encontrar.
De donde sale tu fuerza,
de donde tu caminar.
No te avances al tiempo,
tan solo, no dejes de andar.
Y el día que menos lo esperes
los dos, os vais a encontrar.
Camina, camina...
de donde sale tu fuerza,
de donde tu caminar.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: En el País de la Utopía...

Allí… estas cosas pasan.

Energía:
Los  tipos de energía son  libres y al alcance de todos, ya sea a través de fusión nuclear fría, electromagnetismo, solar, geotérmica, etc.

Filosofía:
Se acepta que existen otros planetas habitados en el Universo, y que el ser humano evoluciona constantemente más allá de una sola existencia.

Economía:
No existen los paraísos fiscales, se confiscó en su día el dinero proveniente de la corrupción, La banca es pública y sus beneficios pasan a las arcas del estado. Se eliminaron los ajustes a la sociedad, rebajándose los impuestos. Se potencia en consecuencia la educación, las artes y las ciencias.

Religión:
Desaparecieron todas las religiones, el ser humano es el único responsable de sus actos ante si mismo.

Justicia:
 Totalmente prohibido que la justicia se quite la venda de los ojos. Será igual para todos.

Ciencia:
No es partidista, todos sus logros repercutirán sobre el buen funcionamiento de la sociedad

Política:
 Una profesión como otra cualquiera, enfocada únicamente al servicio de los ciudadanos.

Ejército:
 Se suprime... en consecuencia se dejan de fabricar armas.

Sociedad:
 Habida cuenta del grado cultural alcanzado y de la eliminación de la ignorancia, ciertos tipos de negocio ya no tienen cabida… imaginaros cuales. Se han suprimido por pura inercia las clases sociales y las castas.


Trabajo: 
Todo tipo de trabajo es una contribución a la sociedad. Al fomentarse las aptitudes positivas, se trabaja solo en lo que se disfruta. 


martes, 19 de agosto de 2014

Cuento: Capítulo- Vuelo rasante - "Memorias de una ardilla"

Pese a mis pocos meses de existencia ya llegaba a comprender que la vida en el bosque no era fácil. Los días podían ser hermosos si encontrabas comida, si nadie distraía tus juegos; o cuando en lo alto de una rama, dejabas pasar al sol peinando la cola y limpiando tu pelaje. Pero no siempre era todo tan tranquilo, el miedo y la angustia podían aparecer en cualquier momento, desde el aire, el suelo o en el mismo árbol. Madre decía que era preciso ser muy despierta para sobrevivir largo tiempo en el bosque, que la agilidad nos ayudaría pero mucho más importante era observar, y que el tiempo nos daría experiencia siempre y cuando supiéramos vivirlo.

A veces, dejaba los juegos alocados de mis hermanos, me subía a la atalaya del árbol y permitía a mi vista que se perdiera en el movimiento del bosque. Cualquier cosa podía llamarme la atención. Un día que nunca olvidaré sucedió algo aterrador, algo más fuerte que el miedo y la angustia juntos. Todo parecía normal, el ruiseñor daba su concierto en lo alto de una encina y las ranas croaban en una charca cercana. De repente apareció el silencio, señal inequívoca de que había peligro. No muy lejos de donde yo estaba, una rama se sacudió por el empuje de unas garras al despegar. Vibraron las hojas, alguna cayó oscilando suavemente hacia el suelo. Un aleteo firme y seco dejó paso al vuelo rasante del azor apenas rasgando el aire entre la espesura. Hubo un instante de quietud, el miedo cobró vida en algunos habitantes de los matorrales. Todos se escondieron, yo me abracé al tronco sin un suspiro.
Solo aquel gazapo cojo y flaco continuaba merodeando el suelo sin enterarse de nada. Se paró, irguió sus orejas y deseó no haber nacido. En un instante el azor hizo presa de él fuertemente con sus garras. Crujieron sus huesos ante el abrazo de la muerte. El estertor del pobre conejo acompañó al ave en su vuelo mientras se perdía entre los árboles.

Todo sucedió en breve tiempo. El ruiseñor continuó con su canto como si nada hubiera pasado, las ranas reanudaron su croar. Yo me despegué del tronco y volví a respirar. El bosque recobró el movimiento. Seguí observando desde mi atalaya la vida en el bosque, quizás no tan hermosa quizás no tan cruel.


domingo, 17 de agosto de 2014

Poema: A veces la vida...

A veces la vida parece un desierto,
caminas, caminas, siempre caminas.
Procuras estar siempre despierto
y el futuro jamás lo adivinas.
Las gentes te rodean,
los colores pierden su brillo,
los fantasmas planean
y pierdes si no eres un pillo.
A veces te cansas,
lloras de rabia,
te amargas en casa
y pierdes la labia.
No sabes que hacer,
sientes amargura,
nada ves florecer
y pierdes la hermosura.
A veces la vida,
nos deja sin cordura,
pero si la amas…
continuas su andadura.
recoges la esperanza
y olvidas la amargura.

viernes, 15 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: Evolución...?

Unos lo notan, otros no tanto…y algunos parece que no lo hagan. Pero si existe un sentido en la existencia, este es el de la evolución. Todo y todos evolucionamos, desde la más minúscula partícula hasta la más lejana estrella.

Y un día… entenderemos que nada fue por azar y que todo lo que nos aconteció escondía un sentido.

Pero si algo me asombra… es que en nuestra actual existencia global y tras cientos, quizás miles de años, la evolución del sentido más humano de la vida parece no haber progresado. En muchos aspectos seguimos igual de…”bestias”.



Cierto que progresamos, abocándonos en la técnica y su desarrollo, pero este impulso de desarrollo tecnológico y científico tiene que sufrir una derivación… O alcanzamos el sentido de la vida comprendiéndolo gracias a la humanización de la ciencia; o bien si ésta se mantiene fría, calculadora e interesada, esta misma ciencia con su tecnología acabará por destruirnos como civilización. 


miércoles, 13 de agosto de 2014

Poema: Locura de amor

El día que sonrías como yo
y tu mirada sea la mía
el sol y la lluvia se amaran,
lanzarán nieve sobre el Sahara
y en el polo los pingüinos solitarios vivirán.
Nada será imposible
Si tu mirada es la mía.
El día que sientas lo que siento
y seamos un solo abrazo,
ese día…
el sol y la luna se unirán para ir de vacaciones,
me sabré de memoria mil canciones
y el león jugará al parchís con la gacela.
El día que se fundan nuestros cuerpos
y el placer nos haga estremecer,
ese día…
se verán más estrellas en el cielo,
las hormigas tocarán los violines
y el oso perezoso se levantará a las seis.
El día que para los dos el tiempo ya no cuente,
ese día…
las gaviotas construirán sus nidos en el cielo
y la arena de la playa podré contar.
El día que tu quieras lo que quiero
ya nada será imposible para los dos,
porque tu y yo seremos uno
y en la vida inmensidad.
Seremos libres como el viento,
entenderemos el principio
sin importar su final,
y el que los cangrejos vuelen
nos parecerá normal.


lunes, 11 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: La misteriosa mirada

Existe una mirada que  no está anclada. Tiene más edad de la que marca el cuerpo y abarca insondables escenarios a lo largo de la historia. Es tan fresca como anciana, puede atravesar el umbral del signo de los tiempos y transportarse sin fronteras al inicio de la evolución. Con ella se puede vivir infinidad de situaciones: plácidas, dramáticas, lúcidas, oscuras. Ha muerto y  renacido quien sabe si más de mil veces sin alcanzar la fuente de la sabiduría. Es por esa razón que esa mirada no desiste en caminar, con el bagaje de lo aprendido y con la esperanza de que sus pasos no sean estériles. Esa mirada siempre nos acompaña en los tránsitos, ella no se pierde en el perfil de una existencia. El camino es largo y ella bien lo sabe, por eso nunca deja de avanzar y de ilustrarse.


sábado, 9 de agosto de 2014

Relato: La estela del enamoramiento

Sucedió un día sin saber como ni porqué. Me encontré con una figura serena y quieta. Su cabello moreno se confundía con el fondo de un abrigo nuevo y oscuro. Estaba sentada en la parada de un autobús que no esperaba y fumaba despacio un cigarrillo. Las piernas cruzadas y la mirada perdida en los recuerdos. Yo me acerqué a ella con alegría; poco sabía de su vida, pero mi mirada ya se había cruzado con su figura hacía ya tiempo en un tren, y esa figura había llenado mi corazón de sensaciones atrayentes y cálidas.

La vida pasa al igual que pasan las horas de los días, pero jamás me olvidé de ella. Cuando la recordaba, notaba una estela que me acercaba a un calor suave como un amanecer de verano y también una cierta añoranza que provocaba en mi pecho un leve cosquilleo.


 Y ahora una vez acomodado a su figura, cuando voy en busca de su sonrisa, me dejo arrastrar por la misma estela de colores que me llevará a la mar calmada donde está ella. Entonces escucho sus palabras, tomo su mano, abrazo su cuerpo, beso sus labios... y respiro ese calor, que me envuelve en una bruma plácida llena de perfumes agradables... En esos momentos tan llenos de paz y de ternura el tiempo parece dejar de existir,  pero él no tarda en mostrarse veloz y despiadado para exigir la distancia.   La dejaré, pero no voy a permitir que la luz, la calma y la plácida serenidad me abandonen… Sí, dejaré que su figura vaya a descansar lejos de mi cuerpo, y yo marcharé a mi lugar con su perfume, mientras observo a esa cálida bruma recogerse en un hueco de su corazón… Ya más calmado, noto como me acompaña una estela, la misma estela que hacía estremecer mi pecho cuando la recordaba. La misma estela que guiará mis pasos de nuevo a su figura.

jueves, 7 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: El eterno viaje de la sabiduría

Un día, pensando en la célebre frase que recogió Platón de la boca de Sócrates: “Solo sé que no se nada”, se me ocurrió la idea gráfico—metafórica de la sabiduría. Cierto, muy cierto que el hombre sabio es el más ignorante de todos, de ahí que no le quede más remedio que reflejar la humildad tanto en su obra como en sus actos.


Imaginemos un  punto de partida, donde el ser humano con criterio propio e ideas autónomas empieza a tener conocimiento y a preguntarse: ¿Dónde estoy, de donde vengo, a donde voy?  Esto sería el inicio de la sabiduría, el vértice de una infinita y abierta proyección cónica. A medida que vamos avanzando desde ese vértice, se va ampliando nuestro conocimiento. Seguimos avanzando y el conocimiento continua ensanchándose, tal es así que llega un momento que la fuente del conocimiento se hace inalcanzable porque la proyección resulta infinita. Es ahí cuando el hombre sabio se detiene y reconoce su ignorancia, a pesar de lo mucho que ha avanzado.


martes, 5 de agosto de 2014

Poema: El hilo y la cometa.

Ella es el hilo, yo la cometa.
Me sujeta fuerte y no me deja,
Pero me permite el vuelo
tanto, como tolera la madeja.
Puedo alcanzar las nubes,
flirtear con el espacio,
observar las estrellas
y mirar hacia abajo, despacio.
No me gusta lo que veo
y vuelo, vuelo y dibujo
mil formas de libertad.
Quisiera quedarme ahí,
flotando en mi ánimo.
Pero el hilo me avisa…
Tira de mí y bajo, si…
se donde está, mi trabajo.
Si ella me soltara, si no estuviera,
puede que me perdiera más allá
mucho más allá en el espacio,
o lo más fácil… que me estrellara.


domingo, 3 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: Un nuevo tipo de humanidad

Si nuestro País no funciona correctamente, si el Mundo va rematadamente mal en su conjunto, solo nos queda una solución: Que funcionemos individualmente mucho mejor a base de desarrollar la coherencia, la dignidad, la solidaridad, el criterio, la creatividad y por supuesto la empatía con el género humano y el ecosistema de nuestro planeta.

La violencia, el odio, la corrupción, la ignorancia, los fundamentalismos ya sean políticos, religiosos o financieros, no son más que ídolos con pies de barro. Claro que si los dejamos crecer, el peso puede ser tal que es fácil se produzca un caos global a base de su propio derrumbe social, moral y ético.


Existe una solución lenta pero efectiva para evitar ese caos… la revolución individual y pacífica desde la base. Estremecer los cimientos a los ídolos de barro para que no crezcan más, que no se sostengan. Que esos ídolos se vayan desmembrando poco a poco a medida que centenares de miles de individuos conscientes, honestos y solidarios nos vayamos integrando en el firme propósito de construir un nuevo tipo de humanidad. Ya se que suena a utópico pero…


sábado, 2 de agosto de 2014

Cuento: Un dulce misterio (Memorias de una ardilla)

Capítulo de: Memorias de una ardilla      - Un dulce misterio-

Decidí quedarme a pasar el invierno en la masía, que mejor sitio cuando el tiempo apremiaba. Tendría comida, compañía, un lugar donde dormir y estaría libre de todo riesgo. Pronto conocí el tejado de incontables tejas rojas. La chimenea de piedra, casi siempre caliente y humeando desde sus entrañas. El pajar lleno de escondrijos y pequeños ratones, con sus vigas de madera y nidos de golondrina hechos de barro en primavera y que ahora estaban abandonados. El corral donde apestaban los cerdos y alborotaban las gallinas. El establo donde vivía “Rubia”, la yegua. El almacén de leña, entre cuyos troncos cortados dormí mi segunda noche en la masía. La caseta de “Duc”, el enorme perro pastor alemán. El garaje con aroma a grasa y gasolina, donde el padre de Eva guardaba el coche y el tractor. La marquesina de madera bajo la cual estaba el antiguo lavadero. Las grietas de la fachada de piedra por las que subía hasta la ventana ovalada que daba a las golfas, llenas de polvo y trastos viejos. El huerto solo poblado por algunas coles. El jardín que esperaba tiempos mejores en primavera. La amplia explanada de la entrada donde antaño se aventaba el trigo. Los nogales, la higuera y el palo santo, que pacientemente aguardaban su tiempo para el fruto. El deslustrado sillón junto al pequeño soportal de la entrada, trono de “Michinu” el gato siamés.

También la masía guardaba sus misterios, incógnitas que yo no podía descifrar. Como el enigmático pozo redondo, ahora en desuso, cuyo fondo infinito y lleno de vértigo parecía atraerme hasta lo más hondo de la tierra. O la puerta al final, en el lateral de la casa, siempre cerrada, recelosa de abrirse a sus secretos.

Pero de todas las cosas que ocupaban la masía, lo que más me atraía, lo que más me impresionaba, era el enorme ciprés. Se alzaba hasta casi tres veces la altura de la casa. Era viejo y venerable. De tronco firme y recio, con una corteza gris pardusca  de arrugas superficiales en espiral. Contrastaba con todos los árboles del entorno y se alzaba majestuoso y elegante sobre ellos haciéndose visible muy a lo lejos. Me gustaba mucho subir por su espeso follaje de finas hojas color verde oscuro, progresar a través de su copa estrecha y en columna, que se iba afilando hasta acabar en un ápice puntiagudo. Desde su máximo extremo contemplaba el bosque a mis pies, imaginando ser una nube en el día y una estrella en la noche. Me dejaba mecer por el viento mientras observaba el mundo de la masía reducido en su tamaño.

Eva, con la ayuda de su padre, me había construido un precioso nido de madera, que colocó en el alféizar de su ventana. Ella no entendía porque yo renuncié a su amoroso ofrecimiento, para elegir hacer mi propio nido entre la copa del ciprés. Con pequeñas ramas de pino que recogí en el bosque, entrelazándolas, recordando como lo construía madre, di al refugio la forma de una cuenca esférica. Luego me fui al pajar donde obtuve el material que me serviría para hacer una cálida y mullida cama.

Tampoco Eva acababa de entender, porqué contadas veces tomaba el alimento que ella me dejaba junto al nido de madera. Prefería adentrarme, casi cada día, en el bosque para procurarme el sustento por mis propios medios, pensaba hacerlo mientras fuera posible. Pero siempre volvía a la masía, necesitaba de las miradas y caricias de Eva más que de sus almendras y nueces; eso para mí, una ardilla que podría parecer orgullosa e independiente, también era un misterio, un dulce misterio.