lunes, 11 de agosto de 2014

Meditaciones al alba: La misteriosa mirada

Existe una mirada que  no está anclada. Tiene más edad de la que marca el cuerpo y abarca insondables escenarios a lo largo de la historia. Es tan fresca como anciana, puede atravesar el umbral del signo de los tiempos y transportarse sin fronteras al inicio de la evolución. Con ella se puede vivir infinidad de situaciones: plácidas, dramáticas, lúcidas, oscuras. Ha muerto y  renacido quien sabe si más de mil veces sin alcanzar la fuente de la sabiduría. Es por esa razón que esa mirada no desiste en caminar, con el bagaje de lo aprendido y con la esperanza de que sus pasos no sean estériles. Esa mirada siempre nos acompaña en los tránsitos, ella no se pierde en el perfil de una existencia. El camino es largo y ella bien lo sabe, por eso nunca deja de avanzar y de ilustrarse.


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