E aquí un gran dilema…
La clave de la felicidad
puede estar más cerca del corazón que de la cabeza… porque es muy fácil perder
la cabeza por un asunto del corazón.
Claro que… solo con el
corazón no funcionamos, necesitamos de la cabeza.
Luego por tanto, la felicidad
puede radicar en un sensato equilibrio entre la sensibilidad y la inteligencia.
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