Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/19 (Octubre)
Partes 20/30 (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) Partes 47/53 (Febrero)- Parte 54/59 (Marzo)
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El pueblo
entero aceptaba la marcha de los ingenieros, la entendían. Pero a la vez se
estaban preparando para despedirse también de Ramu, solo dudaban en si sabrían
o no adaptarse a un final que parecía irreversible. Bruno estaba en la línea de aceptación de la
mayoría, y luchaba con su mente para entender que todo el esfuerzo había sido
útil y se iba a perpetuar en la memoria colectiva, pensaba y pensaba en como
ello sería posible. Lo único que ahora le tranquilizaba eran las palabras de
Vanessa: “puedes estar tranquilo, no ha sido inútil”. Entonces pensó en sus
padres y deseó estar con ellos porque estaba seguro de que también sabían la noticia de la marcha de los
ingenieros, no pudo esperar más y decidió acercarse en la hora de la cena.
— Hola hijo, estábamos pensando en ti e
intuíamos que no tardarías en venir.
— Ha sido recíproco el pensamiento… ¿Cómo
estáis?
Respondió Sejo
con semblante sereno, al tiempo que Tamara dejaba sus quehaceres para acercarse
a su hijo.
— Bien… pero
como la mayoría algo inquietos por lo que parece ser que ya llamamos desenlace.
— Es curioso
papá como se transmite el pensamiento, es como una corriente colectiva, como una
preparación… Prácticamente todos manifestamos estar tranquilos en lo personal,
pero inquietos como tu expresas por ese mismo desenlace.
Bruno pensó en
su hermana Maia y se acercó a su habitación, para verla apenas respirar
mientras se mantenía completamente relajada en el mundo del sueño. Luego se
sentó junto a sus padres.
— Ella no se merece todo esto… no se lo merece.
— Quizás
tampoco nosotros nos lo merecemos, pero es un quizás porque los que tenemos
mayor edad es posible que no supimos reaccionar tiempo atrás para evitar lo que
ya ahora parece inevitable, y posiblemente encontraríamos muchos quizás en
nuestros comportamientos. Lo cierto es que pertenecemos a este mundo y tenemos
como tal nuestra particular responsabilidad en todo esto… pero objetivamente si
que tienes razón en lo que dices, Maia no se merece el desenlace, nuestro
desenlace.
Entonces
Tamara orientó su mirada hacia la habitación donde dormía Maia y con un tono
algo trémulo en su voz pronunció:
— Es cierto, ella no se merece esto… por eso
hemos decidido aceptar.
— ¿Aceptar que mamá?
— Hijo… ella ya nos ha estado preparando y me
extraña que no lo haya hecho también contigo.
Bruno se
encontró como desorientado… le parecía entender lo que estaba hablando su
madre, es más, estaba seguro de que lo sabía pero un extraño instinto de
conservación le impedía tener la claridad necesaria en su mente para aceptar lo
que estaba oyendo.
— Preparando… ¿preparando para qué?...
R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13