Hay pueblo mio...
te pierdes en el páramo
del siempre lo mismo.
No quiero morir de viejo
aquí, triste y aburrido.
Las prímulas, hoy ...
adornan con su color
los prados solitarios y baldíos,
que aún así...
anuncian en su verdor
a la incipiente primavera.
Se que un día no es igual
a otro día... lo sé,
y aunque los ciclos parecen
un calco unos de otros,
algo cambia en mí,
algo cambia en el pueblo,
cuando la sabia nueva
invita a la regeneración.
Y aunque el riesgo es amigo,
de aquello que llaman miedo,
darme un sorbo de esperanza
... y lo beberé con gusto,
lo haré... con toda la confianza.
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