jueves, 12 de marzo de 2015

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 56)

Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10  (Septiembre) - Partes 11/19  (Octubre)
 Partes 20/30  (Noviembre) - Partes 31/37 (Diciembre) - Partes 38/46 (Enero) 
 Partes 47/53 (Febrero)-  Parte 54/55 (Marzo)
...
—  Bueno yo…

—  No hace falta que intentes explicarlo, tus gestos, la expresión de tu rostro te delatan… se que quieres hablar conmigo.

— Es cierto… y de eso ya hace unos días. Los últimos acontecimientos han retrasado mi intención.

— Puedo entenderlo…

—  Vanessa… ¿tú sabes que os llamamos "ingenieros"?

— Lo sabemos…

— Para nosotros es una forma de respetar vuestro espacio, de manifestar que sois diferentes… hemos logrado poneros a la misma altura que el resto, pero todos sabemos que sin vosotros nada hubiera sido posible.

—  Y sin embargo físicamente nosotros nada hemos realizado… ¿estás seguro de tus palabras Bruno?

—  Porqué crees que os llamamos "ingenieros"… ellos planean, los demás ejecutan las ideas.

—  No estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, las ideas también han sido vuestras.

   Bruno al oír las últimas palabras de Vanessa, abrió los ojos de par en par como buscando situarse mejor en su intento de saber algo más objetivo al respecto de los  "ingenieros". Las palabras suaves y tranquilas de Vanessa pronunciadas en un tono justo y cadencioso invitaban a la reflexión. No decía nada y sin embargo lo estaba diciendo todo, eso es lo que Bruno podía captar.

—  Bien… es cierto, nosotros hemos ejecutado las obras y estoy de acuerdo con que las ideas han fluido de nuestras mentes. Pero todos sabemos o quizás intuimos que vosotros habéis sido como un canal, una fuente de inspiración, un enlace con el cosmos… eso es, con el cosmos y con todo lo que representa. Eso no me lo puedes negar Vanessa.

—  ¿Esa idea es tuya?

— Pues claro que es mía… y de los demás. Comunicamos, pensamos, deducimos y nos respetamos, es así como surgen nuestras ideas. Pero… creo que ya ha llegado la hora de destapar de una vez el secreto, si es que este existe.

—  ¿Es tu reflexión?… sabemos que no existe tal secreto, luego nada se ha de destapar.

—  Entonces porqué no hablamos claro… en el punto donde estamos, ¿Qué más se puede hacer?

—  Nada… ya está todo hecho, todo dicho.

—  Pues que hacemos… bajamos la guardia, nos dejamos ocupar, renunciamos a la vida… ¿es eso lo que hemos de hacer ahora?

—  Tu sabes que nada de lo que has dicho tiene sentido… entendemos que se necesita escuchar palabras que confirmen lo que pensamos, lo entendemos.

—  Entonces… dímelas Vanessa, lo necesito, lo necesitamos.

—   Ha llegado la hora de marchar… es algo que ya todos deben de saber.

   Bruno al oír esas palabras no se extrañó en absoluto, en cierto modo era algo que se esperaba.

—   ¿Marchar?... es lógico… éste no es vuestro lugar… primero marchan los soldados, ahora vosotros… nos quedamos solos, solos con nuestro triste destino.

—   Ni tu mismo crees en tus palabras Bruno… ni estáis solos ni vuestro particular destino es en absoluto triste.

—  Ya… pero los días del Bruno de carne y hueso, como los días de todos los demás, quizás ya estén contados… ¿habrá servido de algo tanto esfuerzo, tanta ilusión?

—  Bruno, tu sabes bien que cada uno tiene un papel en la vida, en esta particular vida. Por eso nosotros hemos de marchar y vosotros tenéis que quedaros para seguir con vuestro papel y eso no es ninguna ilusión.

—  Seguir con nuestro papel… es curioso. Mi conciencia está tranquila, no me importa acabar ya de una vez, pero sigo pensando que algo más hay que hacer, que no todo está perdido, que todo lo que hemos logrado no va a quedar en un saco roto y desaparecer su registro sin más…

— Ninguna acción sea del signo que sea es inútil, siempre crea un registro por el que tendremos que responder o presentar.

—  ¿y a quien respondemos, a quien presentamos ese registro?

— Primero tiene que pasar por el filtro de nuestra conciencia, y según hayan sido el signo de las acciones toca responder o presentar.

— Vanessa, nos estamos hiendo por las ramas, por favor, aun tengo las raíces en esta tierra…

—  A ti te preocupa que todo haya sido inútil… puedes estar tranquilo, no ha sido inútil.

—  Mira que llegáis a ser herméticos…

—  Y sin embargo por lo que parece, todo el mundo sabe quienes somos… Bruno, no podemos anticipar la historia ni el final de ella porque no existe tal final.

— Paso a paso… ¿es eso?


   Vanessa simplemente sonrió, Bruno no quiso insistir más. En su fuero interno tenía todas las respuestas, solo faltaba un elemento por descubrir y tenía que hacerlo pronto, si no nada tendría sentido. Tomó de la mano a su hermana y se dispusieron a salir de la guardería para dejarla en su casa. Vanessa salió a la puerta a despedirlos, su rostro transmitía toda la serenidad del Mundo, pero esta vez no sonreía. Bruno mientras empezaba a caminar, giró su cabeza para mirarla con una expresión en sus ojos que quizás pudiera dar a entender que algo había captado, se sentía en paz y tranquilo pero algo triste… Estaba un tanto abstraído en sus pensamientos, hasta que su pequeña hermana le dio un pequeño tirón en la mano...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13

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