Necesitamos al sol, es nuestro más claro
signo de supervivencia, el que nos centra en la cruda realidad de la vida. Es
el astro del cual dependemos, por el cual despertamos y nos anclamos en los quehaceres
diarios… pero no todo en la existencia tienen que ser signos vitales, ocurre
que el Sol con su fuerte pragmatismo nos impide ver el brillo de las estrellas…
y es ahí cuando entramos en otro aspecto de la realidad, en otro tipo de visión
existencial… ¿Que somos aparte de carne, sangre y huesos?, ¿Qué hacemos en este
Planeta aparte de sobrevivir?, ¿Cuál es nuestro real objetivo, así como el
lugar que ocupamos en el espacio infinito?.
Ocurre que la Naturaleza es sabia,
muy al contrario de lo que en la mayoría de las ocasiones demostramos ser el
género humano… La clave, siempre está en el equilibrio. El Sol por lo que
representa, es perfectamente compatible con las estrellas que componen el
firmamento. La noche y el día se equilibran. Tenemos que intentar comprender lo
que significan ambos aspectos, y aprender en consecuencia a convivir con ellos…
El pragmatismo vital y el pensamiento abstracto, son como el yin y el yang de
nuestra existencia.
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