miércoles, 29 de octubre de 2014

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 19)

Nota: Parte1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/18 (Octubre)


TRES MESES DESPUÉS



...

Los días transcurrían rápidos, fluían armónicos por obra de la actividad. Bruno y toda su familia ya estaban perfectamente adaptados al tipo de vida que existía en Ramu. La convivencia en el  hogar tampoco presentaba problema alguno entre las dos familias que lo ocupaban, cada uno entraba y salía en función de sus quehaceres, se respetaban espacios y se colaboraba en su mantenimiento. Nadie tenía una función definida, pero se dejaba hacer al que como por ejemplo Laenuma, hacía que lo culinario fuera un arte y una virtud.  Lo más destacado de la convivencia en Ramu era la sensación de familiaridad que se respiraba en sus calles, mucho más intensa que el tiempo en que su hábitat  no excedía de trescientas personas.  

... En Ramu también existía un tiempo para el ocio, los viejos solían distribuirse por los tres locales sociales donde solían jugar a las cartas o a las fichas, tiempo que aprovechaban para realizar tertulias espontáneas. Bruno pudo observar que en esas conversaciones, habían borrado la nostalgia y se hablaba poco o nada del pasado y apenas figuraban los proyectos futuros. Sin embargo, existía una contradicción pues había gente en Ramu que solían tocar varios instrumentos, y en sus notas lanzadas al aire si que se notaba una cierta nostalgia quien sabe si de un pasado más venturoso.  Los no tan viejos y gran parte de los jóvenes se divertían organizando juegos de pelota ya fuera en el frontón o en la pista polideportiva. Le llamó la atención la falta de agresividad que desarrollaban, era como si no tuvieran estímulo por ganar, simplemente jugaban y ya está, vamos que no competían. Daba toda la sensación de que la gente de Ramu guardaran toda su energía, su firmeza y voluntad para el arte de sobrevivir y cuidar su sistema organizativo. El presente allí era lo único que contaba. Se ocupaban y para nada parecían preocuparse por el devenir. Otro aspecto que le llamaba la atención, era el físico de unos cuantos habitantes de Ramu, bien formados, enjutos, de estatura más bien alta y con una expresión de excelsa serenidad en sus rostros. Se diferenciaban del resto porque solían ser mujeres y hombres de pocas palabras y activos, pero obrando a un ritmo muy peculiar, sin acelerarse y muy centrados en sus actos. Si apenas ciento y pico de los habitantes del lugar eran autóctonos, se preguntaba Bruno de donde serían el resto. Había podido hablar con gente e indagar algo. Muchos provenían de lugares cercanos de la periferia, algunos habían vivido  en ciudades próximas como Sareman o Sarreta, incluso habló con un par de personas cuyo antiguo hogar estaba en Nalocebar. Sin embargo existía un tipo de gente, no sabía si catalogarla como extraña, que sin perder la amabilidad renunciaba a hablar de su pasado y procedencia.

Bruno había entablado dos buenas amistades, una con Carlos su compañero de habitación, la otra correspondía a Louise con la cual ya había iniciado un cierto escarceo amoroso. Se encontraba bien con ella, se divertía con sus expresiones, sus salidas lingüísticas y se contagiaba de su simpatía. Con Carlos tenía mucho tiempo para hablar, era su colega, su confidente y con quien más podía conversar de sus más íntimas preocupaciones. Los tres compartían su afición por la montaña y la escalada, En más de una ocasión llegaron a coincidir en alguna patrulla de vigilancia, o con el oportuno permiso organizaban salidas a alguna de las cumbres cercanas. Nadie podía salir del sector sin comunicarlo, y estaba terminantemente prohibido alejarse de un determinado radio de acción. Eran las reglas que se habían establecido y que todo el mundo se había obligado respetar. Los tres amigos se llevaban muy bien y se correspondían, Carlos sabía como desaparecer si la ocasión terciaba, para respetar la intimidad entre Bruno y Louise y cuando era el momento de lanzarse conjuntamente a algún tipo de aventura.

Un día decidieron subir a uno de los picos, desde el cual podía divisarse por un lado el valle de Ramu y por la otra una gran extensión de terreno en dirección a la ciudad de Sareman.  Lo harían por una de las caras verticales en un ejercicio de escalada no muy exigente y lo suficientemente atractivo para disfrutar del vértigo que representaba unos doscientos metros en caída libre. El día era brillante, con un sol rabioso que emitía una fuerte radiación. La luminosidad excelente y embargada de una extraña sensación, parecía como una especie del canto del cisne que en aparente armonía no dejaba de anunciar un final. Quizás por eso y para borrar el estigma de los pensamientos negativos, le gustaba disfrutar del riesgo que representaba la escalada, eran momentos en que la concentración en cada paso ascendente era máxima, y en donde sí se podía pensar en el futuro que no era ni más ni menos que alcanzar el objetivo de la cumbre. 

Los tres integrantes de la cordada se compenetraban muy bien. Louise la más experta y aguerrida solía abrir vía, le seguía Bruno y Carlos el más inexperto iba tras el esfuerzo de sus dos compañeros. En ningún momento perdían el buen humor, subían sin  prisa y aprovechaban los puntos de reunión para respirar la calma. Luego volvían tras su objetivo.

    Vamos Louise, mueve tu lindo culito que ya estamos casi arriba.

    Deja de decir tonterías y reúne la cuerda si no quieres que Carlos se quede ahí colgado.

    Vale, reúno… Venga Carlos un poco más y ya está.

    Por donde me metéis tíos…

    Díselo a esa ardilla, como es tan ligerita pasa de zonas fáciles…

En no mucho tiempo, los tres habían logrado alcanzar el punto final de la escalada. Agruparon todo el material y tras ello ya solo quedaban unos metros de cresta hasta alcanzar el punto culminante del pico. Una vez allí decidieron descansar, tomar algún alimento y cumplir con su misión de observar el entorno. Ya no existía la contaminación en el aire, toda la porquería acumulada tras más de un siglo de desorden ambiental, estaba depositada en las cicatrices del subsuelo o había dejado huella produciendo unos enormes boquetes espaciales provocados por la desaparición de gran parte de la capa de ozono.

Bruno se sentó mirando en dirección al valle de Ramu en actitud meditativa, Louise se acercó a él, se ajustó a su costado dejándose rodear por uno de sus brazos y buscó apoyar la cabeza en el hombro de su compañero. Mientras Carlos de pié observaba con los prismáticos la basta extensión de territorio que les separaba de Sareman, ambos jóvenes iniciaron una conversación:

    Que piensas Bruno…

    En la paradoja de la felicidad…

    No te pillo…

    ¿Es justo sentirse feliz, cuando el Mundo esta quebrado de miseria, de destrucción y muerte?

    Creo que sí, que es justo… La felicidad es algo muy personal, íntimo. Si tú no te sientes causante de esta hecatombe, porqué no puedes permitirte estos momentos de felicidad.

    Porque si miro al valle de Ramu, soy feliz… pero si giro mi vista hacia el otro lado, no puedo por menos de sentirme responsable. En esta desgracia todos tenemos nuestra parte de culpa, todos, nadie se libra…

    Lo peor que puedes hacer es torturarte con esos pensamientos…

    Pero no puedo evitarlo… sabes, antes de llegar al pueblo yo tuve que matar a un hombre.

    Eso no me lo habías dicho…


    No… porque ese hecho tiene que ver con lo que te acabo de decir, no podemos desprendernos del pasado por mucho que lo intentemos. Es absurdo lo que estamos viviendo, existimos sin esperanza, no buscamos horizontes, toda esta felicidad es ficticia… Mira el valle, parece radiante de vida. Pero observa como el bosque, a medida que se va extendiendo va perdiendo el brillo, se apaga el tono, el color. Más allá del valle de Ramu existe otra realidad y tarde o temprano nos atrapará...  

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13

Poema: "Las cuatro estaciones"

De niño me enseñaron
las cuatro estaciones,
todas ellas estaban
plenas de emociones.
La primavera...
donde nace el color
y brota la esperanza.
El verano...
cuando la piel respira
abrazándose al sol.
Otoño...
languidecen las hojas
y se refresca la inspiración.
Invierno...
llega el frío y en su abrigo
se recogen las almas.
Y ahora que soy viejo,
la primavera anda despistada,
el verano alocado,
del otoño no se nada
y el invierno entra brusco
como si fuera una andanada.
Y de aquello que me enseñaron
solo queda el recuerdo,
de una naturaleza
entonces... equilibrada.


lunes, 27 de octubre de 2014

Meditaciones al alba: "El verdadero arte creativo"

Dar fuerza y personalidad a un criterio propio. Dotarlo de tolerancia y lucidez. Protegerlo de las corrientes alienantes. Armarlo de valor para expresar las ideas esenciales... eso es en verdad un arte creativo.




sábado, 25 de octubre de 2014

Poema: "Mi hogar"

Veo nacer a mi hogar
entre tinieblas de espanto.
Acaricio la esperanza
sin tenerla que rogar,
de un futuro con confianza.
Es tanto lo que queda por andar,
es tan incierto el porvenir.
Pero mi hogar está ahí,
si ahí, entre la brisa,
entre el frescor de la noche,
entre el trabajo sin prisa,
entre monte y piedra rugosa,
entre casas serenas.
Los faroles tostados alumbran,
las calles desiertas respiran.
Es lunes y ya se han ido,
solo queda el pueblo bendito,
solo queda el aire amansado,
solo queda... el silencio,
silencio que no acaricio,
porque yo... también me he ido.
Pero volveré...
volveré sin mostrar cansancio,
volveré junto a la vida,
y desde ahí, defenderé a la vida.


novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 18)

Nota: Parte 1 (junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/17 (Octubre)
...

    A este chico le pasa algo…

    No te preocupes Sejo… no parece nada grave.

    Ya…

Bruno se tumbó sobre la cama con las manos bajo su nuca y la mirada perdida en el techo. Carlos acababa de llegar a la habitación, observó a su compañero y también captó algo extraño en su comportamiento.

    Ey tío, despierta…

    Qué…

    Parece que estés en una nube… ¿Qué tal ha ido la patrulla?

    Bien… muy bien…

    Parece que algo te ha afectado…

    Si tío, sí, estoy muy afectado.

    Desde luego que estas afectado…

    Carlos, ¿conoces a Louise?

    Louise… claro. Es algo feilla pero por lo menos es simpática.

    Quia… de feilla nada, esta muy bien.

    Contra gustos no hay nada escrito… nada escrito. Que descanses Bruno, y procura no desgastar la pared con tu mirada.

    Anda apaga la luz… buenas noches Carlos.

Le costó dormir esa noche, pero al final el cierto cansancio que llevaba le ayudó a conciliar el sueño. Amaneció y tras despertar Bruno acudió al comedor donde se encontró sólo con Carlota que estaba desayunando. Morena, de cabello largo y liso, exuberante  y de fuerte complexión, era una muchacha de pocas palabras. Durante las escasas semanas que llevaban en Ramu, Bruno había tenido nulas oportunidades de hablar con Carlota. Amablemente le ofreció parte del desayuno que ella había preparado y sin pretenderlo, ambos se vieron enfrascaron en una conversación. 

    Hola Carlota, hemos tenido poco tiempo para conocernos…

    Sí, y eso que compartimos la misma casa.

    ¿Qué es lo que haces en Ramu?... ¿Tiene que ver con tus estudios de derecho?

    De alguna manera sí…

    Vale… ¿pero que haces, que función realizas en Ramu?

    Estoy en la comisión de ética…

    Comisión de ética… ¿Qué es eso?

     Verás… Ahora todo está más en orden, pero al principio de la organización hubo muchos  problemas…

    Lo supongo… ¿Qué tipo de problemas?

    Sobre todo de convivencia… costó regular el proceso y entender que la organización iba a ser muy diferente a lo que hasta el momento todo el mundo habíamos vivido.

    Habrían muchos debates…

    Los hubo…

    Bien… ¿y tú, que misión tuviste en todo ese proceso?

    Se crearon diferentes comisiones, para ocuparlas se buscaron personas con los perfiles adecuados. Mis estudios de derechos me llevaron a la comisión de ética donde estoy.

    ¿Y que tipo de trabajo haces?
    Se estudian y analizan las quejas recibidas y se traspasan si procede a las asambleas… También se valoran los informes negativos recibidos de las diferentes agrupaciones de trabajo.

    ¿Dame un ejemplo?

    Supón que alguien se excede en la petición de comida, por ejemplo. Como todo queda registrado al final acaba por notarse ese exceso. Entonces se suele llamar la atención a ese tipo de personas.

    Y…

    Pues nada, que el problema se corrige de la manera más natural.

    Vale, eso es ahora que todo parece estar en orden, pero ¿Y antes?... Cuando existían esos problemas de organización, ¿Qué decisiones tuvisteis que adoptar?

    Creo que sé a donde quieres ir a parar… Hubo momentos en que se tuvieron que tomar decisiones drásticas…

    ¡Drásticas!... no me dirás que os cargasteis a la gente.

    No… no se llegó nunca a eso. Pero hubo una clase de individuos muy recalcitrantes que no se supieron adaptar al proceso, iban por libre sin ningún sentido de la colaboración… y al final se tuvo que tomar una decisión con ellos...

    Continúa…

    Fueron expulsados del sector.

    Expulsados del paraíso… ¿es eso?

    Si a esto le llamas paraíso…

    Bueno,.. se puede entender la decisión. Esto es un paraíso comparado con la locura de ahí afuera… Pero no me parece una decisión muy inteligente la que se adoptó en su momento con esa clase de gente.

    Te pillo Bruno, se lo que piensas… y esa decisión fue muy debatida.

    Me parece obvio… Unos malos tipos en el exterior con el conocimiento que tienen del lugar. Tarde o temprano pueden convertirse en una amenaza.

    Y que querías que hiciéramos, matarlos…

    No lo sé… es una decisión difícil.

    La violencia engendra violencia… eso hubiera sido peor, mucho peor y un mal ejemplo para la clase de convivencia que intentábamos desarrollar. Toda decisión drástica tiene sus riesgos… Con ese tipo de gente se intentó un montón de cosas y ninguna funcionó. Al final se tuvo que adoptar una decisión de fuerza, su expulsión del lugar.

    ¿Nunca más volvieron?

    Alguno lo intentó, pero no se le permitió la entrada al sector… Por eso se crearon las patrullas de vigilancia y reconocimiento, para evitar la entrada de indeseables, como les llamamos.

    Me parece muy chungo el problema. Alguno de esos tipos tarde o temprano pueden aparecer por aquí organizados para robar o algo peor… ¿No habéis pensado en eso?

    Claro que se ha pensado en eso… y en muchas cosas peores. Pero llega un momento en que se deja de pensar, ya no te preocupas sino que simplemente te ocupas de sobrevivir un día más y de mantener el orden y la cordura… Llevas muy poco tiempo aquí, al final lo entenderás.

    No eres la primera persona que me dice eso… Os veo a todos muy resignados con la suerte que padecemos.

    Si se te ocurre alguna idea…

    Ya lo sé, lo expongo en la asamblea de sector… entiendo como funciona todo esto.

    Entonces, no tardarás en quitarte de encima esa especie de estigma de rebeldía que tienes.

    No soy un rebelde… Colaboro en todo lo que puedo y se me designa, y pienso aportar todas las ideas que tenga. No me voy a desmadrar… entre otras cosas porque no tiene sentido hacerlo.

    Buen chico…

    Que graciosilla…


Carlota aportó cierta dosis de ironía en sus palabras. Sonrió, se secó los labios con una servilleta y sin más se levantó de la mesa para despedirse de Bruno con una sonrisa. El se quedó un rato meditando mientras masticaba un trozo de pan. Había algo en el orden de Ramu, que todavía no alcanzaba a entender... 

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13

miércoles, 22 de octubre de 2014

Meditaciones al alba: "Las formas y el equilibrio"

A los actos que salen de un sentimiento sincero no debe de preocuparles guardar las formas… Las formas si no son sinceras solo sirven a los hipócritas.

El equilibrio en la vida no es nada fácil y depende mucho del lugar donde se realiza… lo que si entiendo es que lo necesitamos y que cuesta lo suyo ponerlo en práctica. 


Novela: "Pueblo de Ramu" - (Parte 17)

Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/16 (Octubre)

...
    ¿Cuanto tiempo llevas aquí?

    Casi dos años… Vine para estudiar el idioma, vivía en Sareman. Las cosas empezaron a complicarse y no pude volver a mi país. La gente empezó a caer como moscas, con una compañera de piso decidimos huir de la ciudad y pasando la montaña, llegamos a Ramu.

    ¿Por qué aquí?

    En mi país practico el montañismo, elegí Sareman para estudiar vuestro idioma por la razón del entorno montañoso. Realizaba a menudo excursiones por esta zona, conocía Ramu y me pareció que podría ser un refugio… por suerte no nos equivocamos… ¿Qué debe de pasar allá abajo? no se observa ningún signo de vida.

     Si las cosas no han cambiado en estas últimas semanas… allá abajo solo reina el caos Louise… ¿Debes de echar de menos a tu familia?

    Vaya preguntita… claro que les hecho de menos…

    Lo siento… no doy ni una. 

    … El caos es global. Todo está colapsado es imposible saber que ha sido de ellos… es fácil que hayan muerto todos,  o quizás habrán encontrado una manera de sobrevivir como nosotros…

    …Yo he tenido mucha suerte… estamos todos.

    Eres afortunado Bruno…

Louise pronunció la última frase con la voz casi apagada, luego se separó un tanto de él para centrarse en observar con los prismáticos el fondo del valle y el horizonte. Bruno tomó sus prismáticos y se dispuso a hacer lo mismo. El silencio y la sensación de calma en nada parecían diferir de cuando antaño subía a esa misma montaña. Pero en el ambiente se cernía como una amenaza el vacío; antes, sobre el silencio y la calma reinaba la sensación de que existía vida allá abajo, algún lejano rumor que se filtraba en el aire, algún destello sutil que se reflejaba en el espacio, y sobre todo cuando sus ojos se perdían en el horizonte respiraban naturaleza. Sin embargo ahora no estaban disfrutando del paisaje sino que vigilaban posibles signos de amenaza…

    ¿Cuanto crees que va a durar esto Louise?

    Y yo que sé, ¿alguien  lo sabe?…

    Seguro que sabéis más que nosotros, que acabamos de llegar. 

    No mucho más Bruno, no mucho más…

    Me pregunto… porqué cuando intento hablar con alguien sobre el inmediato futuro, todo el mundo parece rehuir la respuesta.

    Apenas llevas un mes aquí… aun no entiendes que no existe el futuro.

    Vale, no existe, pero ocurrirá, lo que sea ocurrirá… y no me digas que nadie piensa en eso.

    Y de que sirve hacerlo, si nada más podemos hacer salvo sobrevivir.

    De acuerdo, de acuerdo, estamos sobreviviendo… pero mira Louise, si con mi familia no hubiéramos decidido salir de Nalocebar y arriesgarnos, ahora seríamos cadáveres en un ático… tú mismo me acabas de decir que cruzaste las montañas pensando en la remota posibilidad de encontrar un refugio, y lo encontraste…

    ¿Donde quieres ir a parar Bruno?

    Busco respuestas… solo busco respuestas. Percibo en el ambiente de Ramu algo que me mosquea…

    Sí, ¿y que es lo que te mosquea?

    La resignación que todos parecen mostrar…

    Acaso tú vas a arreglar el Mundo Bruno… que más podemos hacer, anda dime, ¿Qué más podemos hacer?

    No estamos solos, no podemos estar solos, otros como nosotros también deben de estar sobreviviendo en otras partes de este mundo… Y además, seguro que debemos de estar observados, lo presiento.

    En las asambleas, cuando tú no estabas se ha llegado a hablar mucho de eso, pero no podemos hacer más de lo que hacemos. Es imposible comunicar con el resto del Mundo, los satélites, las comunicaciones hace tiempo que no funcionan. Se pueden emitir ondas de radio con los aparatos que disponemos, pero nos arriesgamos a ser detectados por indeseables. Podríamos enviar emisarios lejos, pero de qué serviría…

    Resignación… ya.  Pues creo que deberíamos hacer algo más.

    Pues entonces plantéalo en la próxima asamblea y tendrás una respuesta.

Bruno quedó en silencio, llevaba poco tiempo pero en esos breves días ya había podido percatarse de ciertos aspectos en la vida de Ramu que le inquietaban. Solo había asistido a una de las asambleas de sector, donde se recogían datos para establecerlos en la asamblea general. Allí los delegados de las diferentes asambleas sectoriales, una vez al mes ordinariamente o si fuera necesario extraordinariamente, debatían sobre el sistema de convivencia en Ramu y las medidas a tomar para mantener el ritmo de subsistencia o corregir cualquier tipo de incidencia. También se establecían propuestas y se adoptaban soluciones a los diferentes problemas que pudieran tener. En esa asamblea de sector, Bruno escuchó y calló, llevaba muy poco tiempo para proponer cualquier cosa, pero si pudo captar una cierta atonía que no le gustó. El era un observador nato y había agilizado sus instintos en las peligrosas incursiones por Nalocebar buscando signos o medios que ayudaran a sobrevivir a su familia. En el pueblo ponía el máximo interés en sus quehaceres pero a la vez procuraba que no se le escapara cualquier detalle por insignificante que pareciera.  Bruno rompió su silencio al tiempo que fijaba los ojos en Louise buscando su mirada, había algo en esa muchacha que le estaba cautivando y no solo era su físico…

    Vale lo haré, pero… tú llevas en Ramu casi dos años. Me vas a decir que en este tiempo no has percibido nada extraño en el ambiente, yo llevo apenas un mes y lo tengo claro… 

    ¿Qué es lo que tienes claro Bruno…?

    Ramu, todo su entorno… es como un microclima, un sector que parece protegido. El bosque está sano, con su biodiversidad, animales, plantas, insectos… todo está en orden. Sin embargo mira el horizonte, se muestra apagado, la hierba amarilla, no hay animales y los seres humanos que están allá abajo son como despojos. Todo parece muerto o a punto de morir. Las hierbas crecen en desorden sobre las calzadas, se está extinguiendo la vida y sin embargo en Ramu…  

    Y nosotros que, acaso no hacemos todo lo posible por conservar el entorno… Además, se ha de entender la estratégica situación de nuestro pueblo, enclavado en el fondo de un valle cerrado, con agua subterránea y protegido por montañas que ejercen de parapeto al exterior.
    Vale sí… pero esas neblinas que aparecen de tan en tanto… ¿no te parecen extrañas?

    Relativamente… Mira Bruno, te aseguro que cuando lleves un poco más de tiempo aquí dejaras de comerte la olla… te aseguro que no vale la pena.

Los otros dos miembros de la patrulla hicieron una señal conforme ya era suficiente y debían regresar. Louise se incorporó para seguirles, Bruno realizó un último vistazo al horizonte y se dispuso a hacer lo mismo. Con aire despreocupado y movimientos atractivos Louise bajaba por la pendiente mientras no dejaba de hablar con sus dos compañeros, Bruno los seguía a corta distancia. La senda era estrecha y algo complicada, requería cierta concentración, sin embargo Louise parecía un ser etéreo salvando las rocas con una agilidad asombrosa. Solo cuando dejaron atrás la fuerte pendiente para caminar por un terreno más suave, Bruno pudo ponerse a la altura de Louise.

    Te he estado observando durante toda la marcha, estás… eres muy buena.

     Que…

    Quiero decir… que se nota que no es la primera montaña que subes…

    Ya te lo dije…

    ¿el qué?

    Que no es la primera montaña que subo… por cierto, no lo haces nada mal…

    ¿el qué?

    Subir montañas hombre, subir montañas…

Louise se estaba tronchando de risa a costa de él, su rostro con claros signos de picardía se iluminaba mientras el mantenía una expresión algo aturdida. Supo reaccionar positivamente mientras se mesaba sus cabellos rizados, como sacudiéndose su timidez.

    Eres muy graciosa… no solo se subir montañas.

    Eso hay que demostrarlo…

    Vale… no me caes mal del todo, te mereces que lo intente.

    ¿el que?

    Anda déjalo y camina… eres la monda tía, eres la monda.   

En ese momento sus sonrisas adquirieron un cierto contagio, hasta llegar a Ramu no pararon de hablar. Una vez en el pueblo tras dar el informe se separaron con un:   —nos veremos—. Bruno trasladó su sonrisa hasta el hogar, durante la cena mantuvo el mismo rictus de ensoñación, parecía ausente. Luego sin decir nada se retiró a su habitación. Su padre al verlo salir de la mesa como un zombi, no pudo más que comentar a su mujer...


R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13