sábado, 11 de octubre de 2014

NOVELA; "Pueblo de Ramu" (Parte 14)

Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 (Septiembre) - Partes 11/13 (Octubre)
...
¿Y podremos salir a la calle?

Claro hermanita, y podrás jugar con otros niños.

Pero yo no he visto a ninguno.

Briel, escuchando a la niña se aprestó a contestarle.

Maia, ahora los niños están en la escuela o en la guardería, donde tú iras.

Que bien… ¿Cuando puedo ir?

Pronto, quizás mañana.

El semblante de la niña hasta ahora un tanto serio, cambió por completo. Sabía que existían los niños como ella, pero no había tenido aún contacto... Briel movió la maneta y abrió la puerta de la casa sin más. Sejo se extrañó un tanto por el hecho porque éste le había dicho que en ese momento no había nadie en casa.

- ¿Cómo, la puerta no está cerrada con llave?

- Oh… no tiene sentido cerrar la puerta, nadie lo hace.

- ¿Y eso?

- Aquí, en el pueblo, no hay necesidad de robar nada ni de molestar.

- Ya…

Entraron en lo que… fue su hogar, porque ahora no podían evitar sentirse un tanto extraños. Tamara desde el recibidor recuperó la sonrisa al comprobar que los muebles seguían allí, incluso en las paredes del pasillo colgaban los mismos cuadros. Aquello le pareció una señal de respeto y lo comentó.

Son los cuadros, y siguen en el mismo sitio.

Verás Tamara… Nosotros somos de Sareman, allí lo perdimos todo y pudimos conservar la vida porque se nos ocurrió saltar al vacío esperando un milagro, que encontramos aquí en Ramu. Más gente llegó y todos tuvimos que ser colocados en algún lugar. A nosotros nos ofrecieron esta casa, pero advirtiéndonos que era posible que sus ocupantes pudieran volver… ¿Que derecho teníamos nosotros a cambiar el decorado? Por si fallaba el sentido común, en una de las asambleas se discutió el tema, decidiéndose respetar el interior de las casas y no cambiar el orden si no es que fuera imperiosamente necesario. Solo los aspectos personales, fotos, documentos, ropa, etc. deberían ser recogidos y guardados en un lugar establecido de la casa por si los dueños volvieran. En definitiva no deja de ser como cuando en periodo de descanso se permuta una casa, eso obligaba a respetar el lugar a donde vas porque obviamente no es tuyo... la única salvedad es que desgraciadamente ahora no estamos de vacaciones.

Briel siguiendo el hilo de sus propias palabras, les acompañó al cuarto donde estaban recogidos todos esos objetos personales. No se molestó en enseñarles la casa porque le pareció ridículo el hacerlo, prefirió centrarse en como harían para organizarse. Decidieron esperar a que llegara el resto de la familia para hacerlo. Mientras tanto, nada mejor que los recién llegados se asearan y cambiaran de ropa para empezar a acomodarse.  

Por el pueblo había corrido la noticia con celeridad, los recién llegados eran los primeros en hacerlo en muchos meses. Alguien se encargó de comunicar a Laenuma, Carlota y Carlos el hecho de que ese acontecimiento tenía algo que ver con ellos. Los tres decidieron acercarse a su casa, la novedad era lo suficientemente importante como para no demorarse en hacerlo. Mientras tanto, Sejo ya estaba acomodado, sentado en el sofá del comedor y hablando con Briel.

Veo que la caldera de biomasa sigue funcionando bien. ¿Me imagino de donde sacáis los pellets?

Imaginas bien, habrás observado que muchas partes del monte están limpias. Bien, pues tenemos una taller que se encarga de desmenuzar y aglomerar el combustible. También hemos fabricado un montón de calderas de ese tipo para instalarlas donde no había. Con ello hemos solucionado temas de calefacción.

¿Cómo se pueden fabricar calderas aquí?, ¿De donde se obtienen los materiales?

Del hierro, de la fundición, de las fraguas, de los talleres…

Hierro… ¿Dónde hay hierro?

Tenemos todo el que quieras… 

Las torres eléctricas… ¿es eso?

Ya no tenemos ese tipo de electricidad… luego no las necesitamos para nada esas enormes estructuras. De paso que las desmontamos, mejoramos el paisaje, ¿No crees?

Asombroso, pero… ¿y la mano de obra, los especialistas para hacer todo eso?

Somos 2.000 personas, no lo olvides. De entre todos nosotros encontramos la voluntad y el suficiente conocimiento como para obrar cosas que parecen milagros.

Cómo el plástico… ¿De donde habéis sacado todas esas láminas que cubren los invernaderos?    

Hemos conseguido reciclar infinidad de objetos de plástico sacados de todas las casas. Va a ser difícil que encuentres alguno aquí mismo. El resto es triturar, estrujar y laminar. Tenemos una pequeña planta que se encarga de ello.

Santo cielo y si no hay electricidad… ¿De donde sale la energía para todo eso?

Haber no te confundas. Nuestra civilización parece haberse ido al garete. Todo el sistema tradicional está colapsado, destruido por los acontecimientos… pero eso no significa que la electricidad y la energía hayan dejado de existir. Te puedo asegurar que aquí nos apañamos de forma excelente. No nos falta de nada, porque exigimos solo lo justo y necesario para sobrevivir.

Y las máquinas… ¿De donde han salida esas máquinas que antes no habían aquí?

Algunas se han construido con materiales reciclados, la mayoría fueron traídas en su momento de fábricas en Sarreta o Sareman.

¿Traídas?

Sí… Algunas tenían dueños que se encuentran aquí, otras estaban abandonadas. Cuando esto empezó a llenarse de gente tuvimos que reaccionar y creo que lo hicimos bien.

Uf… supongo que tendremos tiempo para asimilarlo todo. 

En ese preciso instante se abrió la puerta de la casa. El resto de la familia llegaba. Al poco rato todos estaban instalados en el comedor, presentándose y dispuestos a organizarse. Laenuma fue directa a las manos de Tamara, le dirigió una sonrisa del todo reveladora que acompañó con un beso en la mejilla. Tamara todavía algo impactada por la situación, casi no supo reaccionar.  Pero pronto entendió que aquel recibimiento era sincero y que obedecía sobre todo a una voluntad de colaborar. Sonrió también y se aprestó a escuchar...

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