sábado, 31 de enero de 2015

Novela: "Pueblo de Ramu" (Parte 46)

 Nota: Parte 1 (Junio) - Partes 2/10 - (Septiembre) - Partes 11/19 - (Octubre)
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... Había que obrar con sigilo para que la información que poseían no llegara al alcance de los soldados establecidos en Ramu. Si bien su comportamiento era tranquilo y hasta en ocasiones solidario, no podían fiarse en absoluto de ellos. Por esa razón tenían que evitar generar algún tipo de asamblea que pudiera suponer una sospecha, la información fue pasada a representantes de los sectores para que estos la traspasaran de forma privada a las gentes del pueblo.

    Los debates y las opiniones se fueron sucediendo entre pequeños grupos, y hábilmente se hacían llegar las conclusiones al centro de logística. Al poco tiempo todos estaban convenientemente informados y sobre todo situados. 

    Paralelamente se iba acabando el censo, Sejo y Laenuma tomaron una decisión al amparo de las circunstancias. Volver al domicilio de origen y afrontar todo lo que sucediera de ahora en adelante con sus nombres y apellidos, sin renunciar a su personalidad.  Pensaron al igual que otras personas en parecida situación, que el censo no representaba más que figurar en un papel, si llegara el caso de que los identificaran con huellas digitales, por ejemplo, o bien se decidieran a investigar pasados, de nada serviría ocultar sus identidades.

    Las dos semanas pasaron rápido. Apareció un coche oscuro a recoger el censo sin más. Asombrados, comprobaron que no llegaba en él interlocutor válido alguno. Los representantes del pueblo por lo tanto se negaron a entregarlo y el coche salió tal como había llegado. Pasados unos días desde ese incidente, intentaron sonsacar información al teniente Lorenzus, pero este le limitó a decir que solo seguía órdenes y que su única misión conocida era vigilar el pueblo y cuidar de sus habitantes. Resultaba paradójico que no pudieran entender de primera mano cual era el gobierno de la nación, si es que existía ésta como tal. Solo tenían conocimiento de unas exigencias, recibidas a través de unos emisarios y que nada tenían que ver con su propia manera de funcionar. Como su único contacto con el exterior era el ejército, y ante la incertidumbre que representaba no poder comunicar libremente con el supuesto gobierno, decidieron enviar una nota de protesta a través del Teniente Lorenzus.  Este se limitó a entregarla a sus superiores.

   En el pueblo no podía evitarse que existiera un clima de inquietud. Daba toda la sensación de que estaban obrando con ellos un cierto juego psicológico. No obstante, la mayoría optó por mantener la calma. Los que estaban o se mostraban más enteros ayudaban a los que dudaban. Procuraban en todo momento hablar y descargar sus emociones sin olvidar su trabajo en la comunidad. De esa manera, llegaron a entender que la mejor opción para mantener un cierto equilibrio, consistía en esperar con la mayor tranquilidad posible unos acontecimientos que sin duda llegarían. 

    Unos días más tarde el teniente Lorenzus se presentó en el centro de logística, sus palabras fueron de lo más escueto: — Prepárense que mañana viene un pez gordo — Al día siguiente, llegó al pueblo una comitiva muy similar a las primeras. Se detuvieron en la pequeña explanada junto al antiguo ayuntamiento. Del interior de los coches oficiales salieron la escolta y tres civiles, uno de ellos mostrando un  porte distinguido y autoritario. De inmediato buscaron a los representantes del pueblo para presentarse. El teniente Lorenzus avisado convenientemente de quien era esa autoridad, mandó a sus soldados que cuidaran la compostura y formaran para hacer el recibimiento. 

   Cincuentón largo, pelo canoso, de constitución fuerte y ligeramente orondo, la autoridad en cuestión se sacó las gafas de sol y tras ordenar a los soldados actitud de descanso, su primera intención fue acercarse a un sector del público presente, observó a un mozalbete de no más de nueve años y prácticamente sin mirarlo le acarició su rubia testuz. Luego hizo un gesto con la mano como indicando: — ¿Es por ahí? — La breve comitiva penetró en el local y se dirigió a  la sala de juntas. Tomaron posesión de sus asientos y procedieron a identificarse:

—  Me llamo Fioro Goolman, delegado gubernamental del sector HG—2D al que pertenecen.

—  ¿HG—2D?

— No les tiene que extrañar, las cosas como ustedes entenderán han cambiado y mucho.

—   Que han cambiado resulta más que evidente, pero no entendemos nada de lo que está pasando fuera de los límites de este pueblo.

—   Normal, normal… Después de tanto desastre no todo puede organizarse de un día para otro. Limítense a entender que de momento, este pueblo es el 2D y pertenece al sector HG.

—  Este pueblo tiene un nombre, Ramu

—  Entenderán que las estructuras sociales han prácticamente desaparecido del mapa… en cierto modo, todo se tiene que reestructurar.

—  Permítanos Sr. Delegado gubernamental que le indiquemos que nosotros seguimos en el mapa, con una identidad propia y con una historia que podríamos recopilar.

—  No hemos venido con la intención de discutir… pero, ¿acaso este pueblo se parece en algo a su pasado?

—  En algo. Su estructura básica, alguna de sus gentes… pero lo fundamental para nosotros es que hemos superado muchas dificultades, hemos evolucionado y adoptado un ordenamiento digno de ser tenido en cuenta.

—  Por supuesto, por supuesto, su orgullo puede ser entendido y hasta considerado…

—   Bien, esta delegación representando al pueblo, tampoco tiene la intención de discutir, ni entrar en matices históricos. La palabra considerados la hemos oído muchas veces, pero ya solo queremos entender en que posición quedamos respecto al gobierno que usted representa.

—  Me gusta la gente como ustedes, directos al grano… Esta claro, tienen ustedes las normas por el gobierno establecidas. Ellas no son un capricho, sino algo que debemos cumplir.

—  Esas normas, si que entendemos se pueden matizar…

—  Esas normas se tienen que cumplir… todavía no tenemos el censo.

—  Aquí lo tiene usted, solo esperábamos que viniera a recogerlo.

— Esta bien… esta bien. El gobierno al que represento puede entender en cierto modo su postura, pero no podemos tolerar la anarquía, no en estos momentos. Deben de tener paciencia y confiar, todo volverá a su cauce.

—  No aceptamos que se desmantele la estructura social de este pueblo, ni que se nos desconsidere tal como entendemos viene ocurriendo. Queremos ser escuchados, demostrar que todo lo que hemos conseguido puede servir a esta nación… Por cierto, ¿seguimos siendo la misma nación?

—  Seguimos, pero dentro de un nuevo ordenamiento mundial.

— ¿Ordenamiento Mundial?

— Por supuesto, no puede ser de otra forma después de todo lo que ha ocurrido.

— Ya…

—  Bueno… como ustedes bien supondrán, no he venido solo a recoger el censo. Pertenecen al sector que me ha sido encargado y debo responder por ustedes. Entiendo que no podemos proceder en modo radical, les daremos un tiempo prudencial para que recapaciten. Por seguridad, no podrán salir del perímetro establecido, solo por seguridad. Esto será mientras se consigue ordenar todas las infraestructuras, algo en lo que por lo visto no quieren colaborar.

— Nos negamos a que se desmantele el pueblo, eso supondría que nuestro esfuerzo no ha servido para nada.

— OH… por cierto. Quiero que sepan que lo que acaban de decir no es así. Tenemos los informes de los técnicos. No voy a negar un cierto asombro por lo que ustedes han logrado. Una de las razones por la que estoy hoy aquí es conocer a sus ingenieros. Esos captadores y transformadores de energía solar es algo ciertamente ingenioso, así como toda una serie de artilugios que hemos observado. Queremos sus nombres y apellidos.

— Me temo que no va a ser posible…

—  ¿La razón?

—  Un ingenio no es obra de un solo hombre… todo el mundo aquí ha colaborado. No podemos darle nombres, porque es el pueblo en sí quien lo ha logrado.


—  Nos parece un tanto banal su planteamiento… pero de momento y mientras recapacitan, lo vamos a respetar. Miren ustedes… nuestro gobierno no necesita de su tecnología, la que tenemos es suficiente. Si que necesitamos mano de obra y técnicos, por supuesto. Es solo eso lo que se les pide...

R.P.I. 02/2013/1807 B-387-13

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